1: El inicio puede ser la condena.

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El día estaba espléndido pero el corazón de Jungkook no se encontraba así. Su mente vagaba buscando algo en qué consolarse y no pensar en su madre postrada en cama.

Él está aquí, Jungkook —murmuró,  dejó salir una pequeña risa que hizo a Jungkook sentir un escalofrío.

—¿De qué hablas? —inquirió buscando algo, pero sólo vio a un pájaro gris colarse por la ventana abierta.

—Ha venido por mí.

La mujer sonrió al ave, acariciándolo mientras murmuraba algo que el omega no lograba captar.

El clima se puso helado, el Sol desapareció y Jungkook vio a su madre cerrar sus ojos, el ave voló fuera de casa.

Sin entender qué sucedió, el omega tomó el pulso de la mujer y no sintió nada, estaba tan fría como si hubiesen pasado horas de su muerte cuando no llevaba más de cinco minutos.

Tapó levemente el rostro de ella, con la sábana que la acompañó durante todo el día. Salió del lugar y le informó al médico que ya había muerto, quien sólo asintió.

Al siguiente día fue dada sepultura en la soledad de un campo donde los únicos acompañantes era un sacerdote y Jungkook, su madre nunca gustó de tener amigos y Jungkook tampoco quiso compartir su dolor con nadie más, menos pedir a alguien que le ayudase con todos los gastos.

Al llegar a casa, aún sentía el olor de la mujer, esperaba escuchar su voz preguntando cómo estuvo su día para después comer y pasar un buen tiempo juntos.

Pero no sucedió. Jungkook cayó en cuenta que la nueva rutina sería lo más difícil que había enfrentado en toda su vida; considerando que huyó de su país natal cuando su madre fue acusada de brujería y tuvieron que pasar varios años escondiéndose entre la suciedad, careciendo de comida e higiene hasta que su madre encontró un empleo que los sacó a ambos de la pobreza, no del todo pero sí lo suficiente para ser feliz.

El omega movió un poco la cabeza para olvidar los recuerdos de su torturoso pasado y emprendió paso hacia la habitación de madre. Aspiró ligeramente el olor que se encontraba ahí: una mezcla de nardo, el olor de su madre, y de hierbas que ella solía utilizar.

Inhalando y exhalando para evitar que las lágrimas se hicieran presentes, es como dio inició a limpiar la habitación que alguna vez le perteneció a su madre. Pasó horas metiendo todo en cajas de madera que pudo conseguir en el pueblo, hasta que se topó con un libro de pasta gruesa y oscura: el título estaba en un idioma que Jungkook no lograba identificar y lo abrió, vio la letra de su madre.

Recordó que ella le enseñó a leer y escribir, aunque nunca se enteró cómo es que ella aprendió (muchas veces escuchó cómo hablaba varios idiomas de los cuales sólo le enseñó uno), y cuando Jungkook aprendió tuvo que ocularlo, pues los únicos que tenían esos privilegios eran las personas con dinero.

Los recuerdos se agoloparon pero el omega se deshizo de ellos y prestó atención a lo que estaba frente a él, la mayor parte del libro estaba en distintos idiomas y sólo las últimas páginas fueron las que entendió sin problema.

"El conjuro incluye una cuidadosa preparación personal, requiere una cama, mesa y una habitación, con un círculo y una vara mágica"

Jungkook no entendió para qué era, así que decidió cerrar el libro; siguió con su tarea de limpiar la habitación, cerró ese lugar con llave pero entre las manos cargaba el libro que dejó reposando en una pequeña mesa de madera de su habitación.

ᝰ⸙͎۪۫Bajando Por Todo Tu Ser ┋[KTH + JJK] Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora