5: El final es la liberación.

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El omega era empujado para que caminase entre el largo pasto del campo; el día se mantenía tan frío que Jungkook lo comparaba como la vez que su madre partió.

Jungkook se preguntó:  ¿si ella no hubiese muerto hubiera evitado el destino que le esperaba?

Soltó una carcajada que fue callada cuando un hombre golpeó su mejilla, el omega siguió riendo, sin importarle las consecuencias.

Caminó durante horas, que le hicieron sentir como una vida caminando.

—¡Un brujo ha llegado al pueblo! —vociferó el alfa que le trajo hasta el centro.

La gente se amontó, muchos gritaron vulgaridades. Otros optaron por lanzar vegetales podridos y escupirle en el rostro.

En cambio, Jungkook sólo imagina cómo sería volver a encontrarse con su madre. Sentía la suciedad cubrir su cuerpo, pero sabía que para la felicidad habría que pasar por un gran tormento.

Después de un rato, la gente se cansó de humillarle y fue llevado a un oscuro cuarto de piedra. Las ratas y el cadáver de una mujer, eran su única compañía en ese lúgubre lugar.

Sentado, esperando que fuese sentenciando vio la puerta abrirse y su rostro se iluminó ante la poca luz que le llegó.

—Lévantate.

Jungkook acató, sus pies doliendo acusa de las horas de caminata.

Cuatro alfas, trabajadores del Santo Oficio, le esperaban sentados mirándolo con desprecio.

—Dinos, ¿qué has hecho? —pidió un alfa, que emanaba un aura tan intimidante que a Jungkook le hizo querer llorar.

—No sé a qué se refiere —respondió.

Los hombres le miraron evaluando su respuesta.

—¿Qué sucede durante la madrugada? —cuestionó el alfa, que aparentaba menos años entre todos los alfas que se encontraban en el sórdido lugar.

—¿A qué se refiere? —cuestionó, sus manos comenzaban a sudar y uno de esos alfas notó cómo jugaba con ellas.

—¿Sucede algo, omega?

—No, n-no.

Vio a los tres asentir al hombre que le trajo a ese lugar. Sólo sintió su pelo ser halado, nuevamente, hasta estar a centímetros de las rodillas de los alfas.

—¿No piensas confesar? —comentó burlón, el alfa de aura intimidante.

Jungkook cerró los ojos en un impulso de imaginar que todo estaba bien.

Su mejilla impactó contra el suelo y su estómago fue gravemente golpeado, mientras le exigían decir información.

El omega se negaba.

Los alfas siguieron mutilando su cuerpo a base de golpes que le restaban energía, si quiera para hablar.

Cuando sintió que por fin perdería la noción del tiempo, su rostro fue sumergido en agua tan helada, que ni siquiera las manos gélidas de Taehyung le hicieron sentir el dolor que sentía ahora. Sus sentido estaban congelados al igual que su cuerpo.

Jungkook gritó, moviendo su cabeza para quitar las manos que le sostenía el sedoso cabello.

—¿Qué necesitan escuchar? Si ya lo saben todo. ¡¿Por qué buscan humillarme?!. Díganme, ¡¿qué ganan con eso?!

El omega sentía que su garganta se desgarraba con cada palabra pronunciada. Jamás en su vida pensó que pasaría por esto.

—Sólo pedimos su colaboración.

—¿Necesita escuchar que tuve sexo con un hada?

Los ojos de Jungkook mostraban a su parte animal, gruñendo ante los tratos que recibía.

—Dígame, ¿qué hizo exactamente con él?

Jungkook soltó una estruendosa carcajada donde prosiguió a contar cómo invocó a Taehyung, qué hicieron y cómo lo hizo sentir eso. Ningún detalle se escapó por su lengua escurridiza, dejando atónitos a los presentes.

El omega se sintió orgulloso.

Al final, fue arrojado al suelo donde los alfas se retiraron dejando al omega en ese lugar hasta que volvieron y lo observaron como si tuviera la peste.

—Los calificadores concluyeron que hubo pacto expreso con el demonio y herejía —informó  el hombre que lo trajo al lugar— Por lo que, ha sido condenado a la hoguera.

Jungkook sonrió ante la idea de ver a su madre de nuevo, de dejar de pasar las carencias y de sentir esa gran soledad que se instaló en su pecho desde que ella se fue.

—Si me preguntan si me arrepiento, mi respuesta es no. Volvería a cometerlo en todas las oportunidades que tuviera —dijo el omega, siendo llevado a donde se encontraba la hoguera y bruscamente lo depositaron en ese lugar. A su lado una fiesta del pueblo se celebraba.

Justo cuando el fuego dio inicio, Jungkook vio a Taehyung. Ambos se sonrieron.

—Gracias —murmuró Jungkook, despidiéndose del único hombre que le hizo sentir algo.

Cuando las llamas consumían su cuerpo, él se dio cuenta que el final siempre lo estuvo esperando para darle la liberación que siempre clamó.

Las lágrimas que contuvo salieron disparadas, se sintió tan libre y supo que si volviera nacer cometería el mismo error hasta encontrarse con Taehyung, el hombre que le hizo sentir nuevas sensaciones durante la madrugada.

El fuego que destruía su cuerpo era como ser recibido al cielo, que alguna vez pensó que no existía; descubrió que cada quien construye su propio cielo. Esperaba que su madre y Taehyung formaran parte de éste.

Espero les haya gustado, mi regalo atrasado de Día de Muertos o Halloween (lo que festejen en su país).

Fue algo corto pero la idea me gustaba. Así que necesitaba publicarlo jajaja.

Estaré leyendo todos sus comentarios.
Muchas gracias por llegar hasta aquí, si quieren pueden pasarse por mi perfil donde tengo más historias cortas de distintos shipps.

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ᝰ⸙͎۪۫Bajando Por Todo Tu Ser ┋[KTH + JJK] Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora