Un sueño extraño

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Lamento la demora y larga espera, pero me encontraba sin ideas de cómo seguir el siguiente capítulo, o sea, este. Teniendo en mis anotaciones de cómo será la historia, más o menos. 

Aunque este no es el único fanfic que está en hiatus.

Me encontraba con un grupo de personas vestidas de blanco, quien uno de ellos acababa de transformar una persona en un enorme infernal con cuernos, más conocido como demonio

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Me encontraba con un grupo de personas vestidas de blanco, quien uno de ellos acababa de transformar una persona en un enorme infernal con cuernos, más conocido como demonio.

Detrás de mí se encontraba aquel hombre con esa extraña máscara y una mujer, acompañada de un hombre fortachón, quienes ambos tienen tapados sus ojos por una corona y por un pañuelo, de manera consecutiva.

- Ahora (T/N), muéstranos tus poderes. - Ordenó el extraño hombre de manera seria.

Yo, simplemente, cumplí su orden. Invoqué mis llamas hasta formar unas enormes alas llameantes, donde antes se encontraban mis brazos y en mi espalda baja, aparecieron una cola llameante con unas plumas alargadas similares a las de un pavo real. Alcé el vuelo y fuí directa al demonio.

El demonio atacaba sin control, al mismo tiempo que yo esquivaba sus ataques. Logré llegar a su espalda y empecé a cubrir su cuerpo con mis enormes alas llameantes, convirtiéndome por completo en un enorme y hermoso fénix. 

Las personas de blanco observaban con asombro el extraordinario poder de la joven, quien había despertado su poder hace sólo 6 meses. Lo estaba consiguiendo, el demonio comenzaba a decrecer y sus cuernos comenzaban a desaparecer cuando, de pronto, el demonio se liberó del abrazo flamígero de la chica, debilitada por el enorme esfuerzo que conllevaba al intentar "curar" un demonio. Iba a apartarse de él, pero ya era demasiado tarde, aquel demonio le asestó un fuerte golpe a la espalda de la chica, dejándola unos profundos y largos cortes en su espalda, causados por el arañazo de las enormes cuchillas que hacían de garras e impactándose contra el suelo.

Las personas de blanco ni se inmutaron, pero la mujer al ver los cortes que le dejarían cicatrices, provocaron que se dibujara una enorme sonrisa en su rostro.

- Ha sido un fracaso absoluto. - Refunfuñó el enmascarado.

- Ju, ju. No del todo. - Dijo la mujer risueña. - Charon.

- Si, Augmea. -Dijo el grandullón.

- Destrúyelo. 

El grandullón fue directo hacia el demonio, quien le asestó varios golpes bastantes fuertes, pero que aquel hombre ni se inmutó. Después de haber sido golpeado varias veces, él liberó su poder y destruyó al demonio, sin ningún esfuerzo.

- ¿A qué te refieres Augmea? - preguntó el enmascarado.

- A que ahora está conectada con el Adolla.

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Me desperté alarmada, estaba jadeando y empapada en sudor y no sabía de qué. No recordaba qué es lo que había soñado, pero sea lo que sea, no pareciera que fuese un buen sueño.

Me levanté del futón y me dirigí a la puerta que llevaba al patio, para respirar aire fresco.

Estaba amaneciendo y quería ver el amanecer, así que usé mis poderes para subirme al tejado y contemplarlo. Mientras observaba el hermoso amanecer, noté que alguien me observaba de lejos, me giré y me pareció ver a una persona de blanco, pero cuando quise volví a mirar, ya había desaparecido.

¿Qué extraño?

Volví mi mirada hacia el amanecer, pero el paisaje había cambiado por completo.

Todo el lugar estaba en llamas de un color negro como el hollín, no sabía dónde estaba y tampoco salía ningún sonido de mi boca al encontrarme con un demonio con cuernos en donde deberían de estar sus ojos.

Inconscientemente, invoqué mis llamas, pero esta vez las alas se encontraban en mi espalda y no en mis brazos, acompañadas de la icónica larga cola de un fénix. 

Yo no podía verme en este momento, pero sentí como mi poder aumentaba y mis llamas cubrían poco a poco mi cuerpo, hasta quedarse como si llevase un segundo kimono, pero más ligero y más ceñido a mi cuerpo como si de una segunda piel se tratase.

Mis ojos verdes brillaban tal intensidad, que formaron una estrella de cuatro puntas en él.

Aquel demonio se estaba acercando, pero la voz de una persona hizo que volviese a la realidad de manera instantánea y cuando me percaté, ya estaba normal. Salvo por una ligera molestia en mi espalda.

Volteé para ver quien me había llamado y ví que fue Benimaru.

- Dije que ¿qué estas haciendo en el tejado? - preguntó, parece ser de nuevo.

- ¡Oh! Estaba contemplando el amanecer. Por cierto, buenos días. - Dije alegremente.

- Buenos días a tí también. - Me devolvió la sonrisa con una suya, haciendo que me sonrojara. - Ya que estas levantada, podemos aprovechar y entrenar hasta la hora del desayuno.

- De acuerdo. - Bajé del tejado sin ningún problema y me dirigí a mi habitación. - Esperame a que me cambie y comencemos a entrenar. - Cerré la puerta de mi habitación para que no me viera al cambiarme con el uniforme de la compañía.

No sabía que acababa de suceder, pero sea lo que sea, ahora sólo quiero entrenar con Benimaru. Aunque, sigo sin saber por qué me molesta tanto la espalda.








Este capítulo ha sido más corto de lo esperado, pero algo es algo. 

Intentaré ponerme al día con mis fanfics.

Así que, sed pacientes.

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⏰ Última actualización: Nov 01, 2020 ⏰

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La sacerdotisa de AsakusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora