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Minho llegó hasta la entrada de la institución a omegas abandonadas y abandonados por sus parejas, encontrándose con un joven en recepción que nunca antes había visto. Era un beta, pues no tenía ningún aroma. 

–Buenas tardes señor, ¿En qué lo puedo ayudar? 

–Hola, creo que no nos conocemos. Soy voluntario y socio activo. Mi nombre es Hwang Minho, vengo a ver a Ryujin.

Felix abrió sus ojos. La directora de la institución ya le había hablado del señor Hwang. Era un importante alfa, dueño de una empresa de inversiones con un gran corazón. Le había dado trabajo a muchos omegas. Tal vez a él también podría ayudarlo. 

–Es un placer conocerlo. Mi nombre es Lee Felix. Llegué hace poco a esta institución, han sido muy generosos en aceptarme y darme este trabajo.

En ese momento apareció Shin Ryujin la directora, quien se puso muy feliz al ver a Minho. 

–Minho... Me alegra que hayas venido. Pasa por favor. Veo que conociste a Felix. Empezó hace una semana. Es nuestro flameante recepcionista. Pero espero que pronto nos pueda dejar. 

–Noona... Sabes que eso será muy difícil. –Minho los observaba sin entender. Hasta que Felix salió detrás del escritorio... Estaba en silla de ruedas.

–Felix... No pierdas la esperanza. Estoy segura que pronto tu suerte cambiará. –Dirigió su mirada a Minho.– ¿Quieres pasar? Te pondré al día.

Minho se despidió de Felix quien quedó pensativo y nervioso. Sabía que Ryujin le hablaría al señor Hwang sobre él, pero también sabía que sería muy difícil que aceptaran a un omega... invalido.

–Ese chico... Es un beta, ¿Qué hace aquí?, ¿Es por qué está inválido? 

–Felix es un omega. –El alfa se quedó asombrado.– 

–Pero es imposible, el chico no tenía ningún aroma...

–Felix estudió economía en Cambridge, en Estados Unidos. Su padre es profesor en la universidad de Seúl y consiguió una beca para él, pues siempre fue un alumno brillante. Y continuó siéndolo. Fue el mejor de su generación, superando a Alfas y Omegas. Destacó además en deportes y artes. Un pequeño prodigio. Cuando volvió a Corea, la familia Kang, ya lo había detectado y le ofreció contratarlo.

Minho frunció el ceño. Los Kang eran sus mayores competidores y no tenían buenas relaciones, pues sabían que no usaban estrategias muy limpias en su lucha comercial.

–Felix ya conocía su fama y no quería, pero su padre lo convenció pues a pesar de ser brillante, muchos no querrían contratarlo por ser un omega.

Hace seis meses, cuando Felix iba hacia su entrevista de trabajo, fue atropellado por un conductor borracho. Fue horrible. Sufrió múltiples heridas, entre ellas un golpe en su columna que lo dejó inválido. Pero el daño no fue sólo físico. De alguna manera ese accidente también hirió a su lobo. Felix a penas lo puede sentir... Es como si estuviera dormido... Desde entonces perdió su aroma... Los médicos solo pueden curar el cuerpo humano, pero su parte lobezna... Nadie sabe como repararla.

Minho estaba totalmente conmovido con lo que estaba escuchando. Ese muchacho no debía tener más de 22 o 23 años. Y a pesar de su condición, lo había con una amplia sonrisa. Era increíble y pensó que debía tener una gran fuerza interior, a pesar de que su lobo esté dañado.

–¿Y qué pasó con el trabajo ofrecido?

–Naturalmente los Kang decidieron contratar a otro. No querían a un omega inválido, le dijeron que dañaría su imagen frente a los clientes. Podían aceptarlo a pesar de ser un omega pero... ¿Inválido?, era demasiado para ellos. Esos desgraciados... Por eso Minho, pensé que tú podrías darle algún trabajo.  Él es brillante y un joven alegre, chispeante. A pesar de todo lo que ha pasado. Su sueño es trabajar en el área bursátil. Si tan solo le dieras una chance, sería maravilloso. –Le extendió una carpeta con los antecedentes académicos del joven omega.–

Seré Tus Pies, Seré Tu AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora