𝙵𝚎𝚋𝚛𝚎𝚛𝚘 𝟷𝟼 📌

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Aquel viernes por la mañana brillaba con carencia de sentido, incluso la luz que desprendían los rayos del sol estaban volviéndose más y más débiles ante el constante frío que se venía acompañado de una fuerte precipitación y estrepitosos truenos.

Eunwoo estaba sentado en la sala de espera del profesor Yang. Hacía un poco más de tres semanas que el hombre había salido del país sin dejar más que una nota con la secretaría, en la cual sólo le decía algo como, "Deja el avance con Jiseon, ella se hará cargo de entregármelo" Sin embargo la chica de atrás del escritorio, le dirigía miradas de hastío cuando le tendió el cuadernillo la primera vez y aunque intentó dejarlo pasar, no podía dejar de sentirse incómodo, por lo que tuvo que enviárselo por correo electrónico de nuevo, algo que bien hubiera podido hacer el mismo, sin la ayuda de la antipática secretaria.

Esa mañana por alguna razón estaba más nervioso que otros días, como sí su vida dependiese de ello, algo así como sí en lugar de estar en una revisión, estuviera presentando dichosa tesis ante el jurado que decidiría (de nuevo) sí era digno de al fin llamarse así mismo un arquitecto.

Las manos le temblaban y los pies tamborileaban el suelo, intentando encontrar un ritmo en la búsqueda de disfrazar la inquietud de su cuerpo.

—Cha Eunwoo. —vociferó la mujer.

Se dispuso a caminar el largo del pasillo, el cuál en realidad no lo era mucho, pero al menos le había servido para soltar las piernas y mirar objetivamente que sí seguía rechazándolo al menos no significaría nada nuevo.

La puerta se cerró detrás suyo un tanto escalofriante, pero no se atrevió a mirar, lo más seguro es que se encontrara a la señorita Jiseon con esa mirada hosca y fría, eso definitivamente no era algo que buscara en ese momento. El hombre de pronto apartó la mirada de lo que conocía como su trabajo y llevó sus ojos rasgados al chico enfrente suyo, sólo para mirarlo con desapruebo y articular un chasquido, el cual, Eunwoo realmente no supo de donde salió.

—Espero que el otro quedara peor.

—Mentiría si dijera que así fue. —contestó con los hombros al aire, ya era momento en el que al joven le importaba poco lo que pensaran de las marcas que aún quedaban en su rostro. Habían pasado ya un par de días de esa fatídica noche en la que se había involucrado en una pelea que no le interesaba ni siquiera comenzar y las marcas que habían adornado su cuerpo como hematomas, heridas abiertas y moretones no se iban, permanecían tan débiles como el sol en el exterior, pero ahí seguían para pronunciar un, ¡hey, hola! a cualquiera que lo mirara al menos por un segundo.

Eunwoo tuvo que que responder mil veces con un ''Me asaltaron'', para evitar una suspensión en el trabajo, Bin, incluso decidió respaldar su versión con un, es cierto, veníamos juntos, pero a mí no me han hecho nada, porqué agredir a un menor es cárcel segura. Y no volvían a preguntar más, probablemente, porqué tenía mucho sentido o porqué no lo tenía en lo absoluto; es decir, asaltar a alguien y golpearlo, también es cárcel segura, además, Moon Bin ya no era ni por asomo un menor, ya tenía veintiuno y aunque acabara de cumplirlos, no lucia para nada como el muchachito que se creía.

El hombre en frente de él arrojó las manos al aire restándole importancia al percatarse de la reticencia que mostraba Eunwoo sobre el tema, de lo contrario él hubiese intentando darle un consejo sí acaso lo necesitaba.

—Como sea, supongo que quedarte en casa descansando ese cuerpo lesionado y abatido, te dio la oportunidad de dedicarle a tu informe un poco más de tiempo. Me he percatado de la diferencia entre este último avance y sus correcciones con las antiguas, hay una brecha abismal con respecto al contenido. —mencionó señalando las páginas en tinta azul.— Esta era la clase de trabajo que esperaba del mejor alumno en la generación y no las basuras que te obligas a terminar los jueves a las tres de la mañana, para arrojarme algo al día siguiente, durante todos estos meses.

ஐ 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐎𝐏𝐈́𝐀 | EUNSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora