ஐ 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐎𝐏𝐈́𝐀 | EUNSAN

𝙼𝚊𝚛𝚣𝚘 𝟹𝟷 📌

- 𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑓𝑖𝑛𝑎𝑙 -

"La luna se elevó y mientras estaba ahí, cavilando sobre un viejo y desconocido mundo. Pensé en la sorpresa de Gatsby al ver por primera vez la luz verde del final del muelle de Daisy. Había llegado tan lejos y su sueño debió parecerle tan cercano que no podía fallar al alcanzarlo; pero lo que él no sabía era que ella ya lo había dejado atrás. Gatsby creía en la luz verde al final del muelle; el orgásmico futuro que año tras año se aleja de nosotros, nos elude, pero no importa, mañana correremos más rápido, estiraremos los brazos más lejos y una buena mañana, tal vez lo consigamos, así que seguimos adelante, con los botes contra la corriente, en reversa, incesantemente, hacia el pasado."

Habían transcurrido casi cinco semanas desde la última vez que Eunwoo sintió su pecho oprimirse de una manera precipitada y violenta, impidiéndole respirar, provocándole un pánico inmenso sobre la muerte qué nunca antes había sentido. Aquella noche de febrero la recordaría como la peor de su vida, había sido humillante pero necesaria para su recuperación, o al menos eso le había dicho Minhyuk, el novio de Bin, que resultó ser un psicólogo especializado en la clase de desórdenes que Eunwoo sufría desde hace siete años.

Esa noche sin duda lo había arruinado, todos entraron en pánico con él, antes de darse cuenta siquiera, ya estaba rodeado de otros dos hombres, uno de ellos, Bin, su compañero de oficina al que conoció hacía tan poco, que se había convertido en su amigo por pura casualidad o destino, no importaba, aún así tenía la confianza suficiente como para mantenerse en el suelo, llorando con él, dándole palmaditas sobre la espalda. Al otro no lo había visto en su vida, sin embargo estaba enfrente suyo, mirándolo con preocupación, tenía un rostro amable, automáticamente, el por ciento tan reducido en su cerebro que se preocupaba por su entorno, supo que era la persona que se suponía era el centro de atención esa noche.

Eunwoo estaba seguro de sólo una cosa en los últimos siete años y eso era que estaba cansado de seguir dependiendo emocionalmente de un sentimiento que había estado vivo hace tanto tiempo y ahora ya ni una sola ceniza de él existía, fue tan efímero, que se pudo haber sentido como un pestañeo en el tiempo que con cada segundo se desgastaba y ahora ya no quedaba nada, ni siquiera la certeza de que sus recuerdos fueran tal como se repetían en su memoria.

El tiempo pasaba lento desde el principio de su nueva vida, sin embargo, cada mañana le costaba menos levantarse de la cama, intentaba sonreír más, incluso dejó de atender la rutina del fin de semana, en su lugar se concentraba en otras cosas, como relacionarse, poner atención en los detalles que antes no le importaban, como la oficina, que se veía un poco más agradable una vez que pudo aprenderse todos los nombres de sus compañeros y almorzaba en la cafetería y no en su escritorio.

Bin le ayudaba en todo lo que podía y por primera vez no lo sentía como un acto de compasión, sino de amistad, realmente esa fue la primera vez que
Eunwoo se sintió necesario y parte de algo, sin embargo, las malas noticias aparecen una vez que crees que todo va bien. YoonIn, decidió no volver al trabajo con un, "Tristemente es cierto, Eunwoo, a mi esposo le ha tomado veinte minutos poder dejar al bebé para ir al trabajo, yo intenté salir por la puerta del recibidor y me fue imposible seguir, finalmente no pude dejarlo, Un cliché bastante triste eso de que una buena madre no puede ser la mujer más exitosa y la mujer más exitosa no puede ser buena madre, pero voy a intentar alcanzar otros sueños."

Lo último que supo fue que había empezado jornada como maestra del elemental, donde sólo tenía que cubrir treinta horas a la semana, un excelente horario para una madre, a comparación con las cuarenta y cinco que demandaba el bufete, aunque, el buen turno no era sinónimo del triunfo laboral.
El agrio Park se enfureció en una mirada que aterró a su equipo de trabajo mientras musitaba entre dientes ''Las mujeres jóvenes no deberían tener bebés'' sin embargo, unos días después volvió a las bromas estúpidas que nadie entiende y le prometió la plaza a Moon Bin sí a caso lograba graduarse, porqué, estaba en su segundo año y aún le faltaba mucho dolor por delante.