Adios familia hestia

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Primero que todo perdón por las faltas de ortografía del cap anterior. Noté un shingo de faltas pero bueno.

Lo escribí rápido, después de todo nadie es perfecto.
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En tiempos de antaño donde el caos y la oscuridad regia con un mandato absoluto.

Determinante ante las 6 especies que sufrían de impotencia e incompetencia.

Usando la figura de los seres oscuros quienes trincaban a todo ser vivo.

Elfos, enanos, pallum, demi-humanos, humanos e incluso espíritus.

Eran resignadas ante el abrupto ejército de sangre derramado por bestias.

Pero esa raza, esa especie. La más susceptible de todas, la menos avanzada, carente de fortaleza y recursos.

La humanidad. Sin ninguna cualidad o habilidad específica era la vergüenza del mundo.

Envidiando a quienes tienen magia. Celosos de los que son fuertes.

Calleron en desesperación, creyendo ciegamente que su fin era inmutable.

Que estaba fijo, indeleble.

Como una llama de esperanza una luz fue dada.

Un elegido nació.

El hombre que cambió la balanza a favor de los habitantes del exterior.

Ese pequeño destello después de la garúa. Nacido de la raza más decadente, el más fuerte.

Quien era el llevado al gran apogeo de las masas. Conocido por incontable nombres.

El protagonista de dungeon oratoria seguirá ahí incluso después de su caída ante ese demonio.

Pero no en mi. Su deseo era proteger a quienes no podían.

Yo antes deseaba hacer eso.

Ir por el sendero del héroe.

Sin embargo ese era un sueño estupido e inmaduro.

De una forma drástica lo comprendi. Yo no seré quien traiga paz sino quien la arrebate.

XXX

En este momento hestia corría.

Mirando fijamente el camino en frente de ella.

Se movía con fuerza e ímpetu cargando una bolsita con jagamaru-Kun.

No tenía perseguidores o algo parecido sin embargo ella corría como si de vida o muerte se tratara.

Agitada la diosa se detuvo a un lado del camino.

Agarrándose a un pared próxima a ella, exhalo fuertemente. Mirando el oscuro cielo que la acompañaba en la solitaria calle.

Retomo sus fuerza y siguio rumbo a su destino.

Repentino un fortuito y súbito ruido salio del callejón al lado de la pared de la cual se apoyó.

"¿Eso . . . Fue?"

Un sonido mudo salió de hestia.

Miró hacia ese oscuro callejón, esperando a que su vista se acostumbre a la oscuridad.

"Debe de haber sido mi imaginación"

La diosa reflexionó sobre ese extraño ruido.

Rápidamente giró su cuerpo en sus propios pasos.

A cada segundo parecía auto convencerse, llegando hasta no tomarle la mínima importancia.

Después de una larga jornada de trabajo el cansancio era notorio. Su mente estaba agotada, aún así ella persistía en su idea.

La Despedida De Un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora