Mi Culpa

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La tía Olivia me dijo antes de marcharse con mis padres a la casa de negocios, que escuchara los mensajes en la contestadora. Creí que los había borrado pero parece ser que ella los guardo

Ha sido una noche agobiante y solo quiero dormir, pero si mi tía Olivia dijo que era algo importante, lo haré

Me siento sobre el sofa al lado de la contestadora automática y presionó el botón oir lo que sea que esté ahí, pero el timbre de mi puerta suena

Ya es demasiado tarde, quizá sean los chicos con noticias del paradero del rubio

Vuelvo a escuchar el timbre sonar otras tres veces. Parecen insistir demasiado, debe ser alguna emergencia

Aunque tengo un mal presentimiento

—¿quien es?— pregunto levantándome del sofa y dejando de lado la contestadora, sin resivir respuesta —¿quién es?— vuelvo a preguntar acercándome a la puerta de la entrada

Comienzo a preocuparme

—no se me permite abrir tan noche, tendrá que volver mañana— tomo la perilla y le pongo seguro

—y entonces como es que me dejabas entrar a mi en la madrugada— la rasposa voz de Billy me estremese el estómago de pánico, volviendo a tener un escalofrío por todo el cuerpo

No se que responder. Suena como Billy pero se que no es Billy

—quiero hablar contigo Drew—  habla detrás de la puerta con voz calmada

Mis piernas se paralizan del miedo junto con mi cuerpo

—abre la puerta Drew— dice alterando un poco la voz pero no tanto —¡abrela ya!— se altera más dando un golpe a la puerta

—¡largate!— le grito —¡t-tu no eres Billy!— digo tartamudeando por los nervios

Corro al teléfono que está en la sala marcando al número de la casa de su hermanastra, no puedo pensar en alguien más 

El desollado golpea cada vez más fuerte la puerta, cada golpe se intensifica mientras me sigue ordenando que le abra

¿Que hace aquí?

Nadie contesta el teléfono antes de que Billy logre tirar la puerta y  caminar hacia la sala, parándose frente al sillón que nos separa

—¿que quieres de mi?— pregunto calmando mi tembloroso cuerpo

Billy no me pierde de vista, como un depredador asechando a su presa

—sabía que había alguien más igual que la mocosa, pero no creía que fueras tu— me da una mirada siniestra —tenía mis sospechas... Al igual que él—

—¿y para eso tienes que venir hasta mi casa?—

—piensa que arruinaras sus planes, piensa que eres peor que la mocosa, yo intente alejarte de mi pero no hiciste caso— suspira fuerte, viendo el suelo y de nuevo viéndome a los ojos —pero lo convencí de no hacerte daño si decides venir con nosotros por voluntad propia— estira su mano hacia mí, esperando a que la tome

—¡no tienes que hacer lo que te ordena!— grito enojada

El desollado cambia su expresión serena por otra enojada, corre hacia mí pero intento mover el sofa pequeño para que se ponga en su camino, dándome tiempo de correr a la cocina, donde intento abrir el cajón donde están los cubiertos pero Billy corre demasiado rápido

corro en dirección de las escaleras subiendo

Mi miedo me hace una mala jugada y tropiezo con un escalón

Billy me alcanza y me toma del tobillo con mucha fuerza

—¡no por favor!— grito con pánico —¡por favor sueltame, tu no eres así! ¡El es el que te controla! ¡Despierta por favor! — grito con todo el aire que tengo en mis cansados pulmones

Sus ojos azules se cierran unos segundos soltandome y retrocediendo, como si mis palabras le hubieran echo algo. Pierde un poco el equilibrio, su pie derecho resbala un poco y lo hace doblegarse

—¡ella no!— me parece escuchar la voz de mi Billy —te dije que ella no— vuelve a gritar con sus ojos cerrados llevándose las manos a la cabeza desesperado

Aprovecho su shock para irme corriendo al baño que es la habitación más cercana, cerrando la puerta con seguro y poniéndome detrás de ella

los pasos de Billy se acercan

—¡abre la puerta!— grita

—por favor, este no eres tu— sigo temblando tomando la perilla con fuerza 

se queda callado unos segundos antes de golpear de nuevo la puerta

—no quiero hacerte daño Drew, eres la única por la que he sentido algo, nunca me perdonaría si te llega a pasar algo, por favor ven y te prometo que no te hará daño—

—no iré contigo, ese no eres tú, es esa cosa que te está controlando— trago saliva

Billy vuelve a golpear la puerta con tanta fuerza como para empujarme lejos de ella, para golpearla repetidas veces intentando abrir

Coloco mis manos en el aire, pensando en cerrarla, en poner mis poderes sobre ella para que no logre abrirla. Sus golpes empiezan a sesar al darse cuenta que es imposible abrirla con su fuerza física contra mis poderes

—¡tu tienes la culpa de que me haya poseído esa cosa!—

Me quedo en shock. A mi mente viene el recuerdo de todo lo malo que le dije la noche de mi cumpleaños. Tiene razón, es mi culpa

Billy lanza un grito similar al que escuche en el sauna, las luces comienzan a parpadear y el escalofrio en mi nuca regresa, golpea repetidas veces la puerta con la misma fuerza sobrehumana que hace unas horas atrás, abriendo la puerta viéndome arrinconada en la pared, trató de lanzarlo lejos pero mis poderes no salen, Billy me da una cachetada fuerte tirándome al suelo, me toma de la cintura y me carga sobre su hombro

—¡sueltame!— reaccionó al ver como me baja por las escaleras de mi casa —¡sueltame!— muevo mi cuerpo demasiado hasta que termina tirándome sobre el suelo de la cocina, algo adolorida por la bofetada, comienzo a llorar

—deja de hacer las cosas más complicadas— dice acercándose nuevamente a mi, hasta que se topa con mis ojos llenos de lágrimas, se queda en cunclillas al lado de mi, como si estuviera luchando contra el desuellamentes al ver el estado en el que me encuentro, al ver mi mejilla enrojecida por su brutal fuerza

—se que muy el fondo sigues ahí, y que tienes razón— acerco mis manos de poco a poco a su rostro para tocarlo, acercando mi cara más a él —tengo la culpa de esto— mis manos tocan sus mejillas y su sien —regresa a mi, lucha contra él— las yemas de mis dedos palpitan rápido, mis manos se ponen algo cálidas y siento un cosquilleo desde mi cabeza hasta mis dedos, como si estuviera utilizando mis poderes dentro de su cabeza

Billy se queda hipnotizado un momento con los ojos cerrados, aprieta sus puños y comienza a sudar

¿Acaso estoy logrando sacarle al desuellamentes con mis poderes? ¿Eso es posible?

—¡NO!— Grita Heather abriendo la puerta del jardín trasero al lado de la cocina

Billy reacciona quitándo mis manos de su rostro, me empuja y retrocede inmediatamente. Heather logra tomarlo de uno de sus brazos y lleva al chico débil hacia su camaro, manejando ella y corriendo del lugar despavoridos. Como si me tuvieran miedo.

NARCISSISM   | Billy Hargrove | Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora