Canto de Dos Corazones

Capitulo III

Miércoles, 3 días para el bootcamp

Harry se levanta temprano pues a pesar de que son vacaciones de verano tiene que ir a trabajar a la panadería local de su ciudad, y no se lo tomen a mal, él en verdad ama trabajar ahí. No hay muchos trabajadores de su edad en aquella panadería, la mayoría son señoras casi llegando a la tercera edad, pero eso es lo que hace que Harry adore su trabajo. Todas lo tratan como si fuera su nieto, le dan cumplidos, consejos e incluso le comparten los más interesantes chismes, sin duda les tiene gran afecto a todas ellas.

-''No vas a desayunar algo antes de ir a la panadería cariño?'' dijo su madre un poco curiosa ya que vio que Harry había caminado directamente hacia la puerta

-''Si mama, pero comeré algo allá, Margaret me prometió un jugoso chisme''

-''A veces me pregunto si estoy criando a un chico de 16 o a una señora de 50", Harry rió al comentario de su madre pero quién le puede juzgar? a todos nos gusta un buen chisme mañanero, y los de Margaret siempre eran de esos que te dejaban con la boca abierta

Mientras caminaba hacia la panadería Harry no pudo evitar preguntarse si el cielo se encontraba diferente, pues el lo notaba más azul, un azul tan hermoso y abrumador, de ese tipo de azul que una vez que te atrapa no te deja ir, un azul como el de él. Y es que el menor no sabía porque aquel chico que conoció en su primera audición no salía de su mente, lo cautivo de una manera tan inexplicable, quería saber más de él, quería conocerlo, quería ser su amigo.

Solo su amigo.

-''Harry! Mi tierno chico, buenos días!'', la voz de Margaret lo sacó de sus pensamientos

-''Margie! Te e extrañado tanto'' dijo envolviendo a la señora en un cálido abrazo

-''Ay chico solo fue un día'' dijo Margaret un poco sonrojada

-''¡Qué va! Si eso es una tortura, acaso tu no me extrañaste?'' preguntó el ojiverde mientras le da un leve y amigable beso en la mejilla como saludo

-''Pero claro! Tu madre ya me contó todo, muchas felicidades Harry, te dije que lo lograrías! Ese tal juez Louis la verdad hablaba pura mierda''

-''Margaret Smith que es ese vocabulario!'' exclamó el menor con un gran tono de sorpresa, jamás había escuchado a la dulce abuelita Margie hablar de esa manera

-''¿Qué quieres que te diga Harry? El viejo andaba diciendo justo lo que dije, mierda. Eso de que no tenías confianza, por favor! Es claro que esta celoso de tu rizado y bello cabello, el no tiene nada!'', Harry soltó una fuerte carcajada, y es que así era Margaret, la cual a pesar de tener 54 años, su alma era como el de una chica adolescente

-''Pero cuéntame Margie, cuál era el gran chisme que me tenias?" digo Harry mientras elegía un panqueque del estante, el cual luego pagaría

-''¿Recuerdas al hombre que viene todas las mañanas? Uno alto con traje rojo?''

-''El que traía bastón plateado que siempre se sienta en aquella esquina?'' dijo Harry apuntando a la esquina del restaurante, en donde se encontraba una mesa con una bella vista hacia el lago que estaba cerca de la panadería

-''Ese mismo, bueno, el sábado que no viniste, ya sabes por tu audición, el se acerco a mi una vez que terminó su rutina de todos los días, me pidió si podíamos dar una caminata, pero yo ya estaba por irme porque tenía una emergencia con el pequeño Josh, así que solo me acompaño a mi casa pero dijo que quería volver a tener un paseo, al parecer me dijo que se sentaba en esa esquina porque era la vista perfecta hacia el mostrador'' dijo Margaret muy emocionada y roja, ''El es muy atractivo y amable Harry, honestamente después de la partida de Richard no pensé que alguien se fijaría otra vez en mi''