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Volviendo al presente, Hongjoong entró a la cocina y tampoco la encontró allí, paso por el living, el baño y nada, la chica no estaba por ningún lugar. Se acercó al balcón, el último lugar en dónde podría estar, y allí se encontraba ella. Estaba parada fumando un cigarrillo mientras miraba un punto fijo en la ciudad, parecía estar tan sumergida en sus pensamientos que no se dió cuenta cuándo Hongjoong se acercó desde atrás y abrazó su cintura depositando un beso en su cuello. Suni aspiró un poco más de aquel químico y largó todo el humo que contenían sus pulmones por última vez, luego apagó el cigarro. Se giró para quedar frente a su pareja y Hongjoong le sonrió tiernamente, aquella sonrisa que tanta paz y tranquilidad le transmitía, la hacía sentir cómo en casa.
Los dos sabían que debían hablar, las cosas estaban siendo un poco más tensas y tal vez tristes entre ellos. Aún así, se seguían amando como desde el primer día, sólo que debían conversar de un tema en particular que impedía que su relación siguiera avanzando y fluyera con tranquilidad.
Y ese tema era Suni, ésta en los últimos meses había estado cambiando. Ahora se vestía con cosas menos ajustadas y compraba su ropa en locales para hombres, Hongjoong nunca se lo reprochó porque para el la ropa no tenía género y para Suni tampoco. Ésta también se había cortado el pelo bastante corto y se había comprado unas fajas para que su pecho no se notara tanto, aunque esto último nunca se lo mencionó a hongjoong, pero él no era estúpido, sabía que sus pechos eran mucho más grandes y aparte había visto ya algunas fajas mientras colgaba la ropa. La gente empezaba a confundirse a Suni por un chico, y muchas veces la llamaban con el pronombre "Él" en locales o lugares, pero Suni nunca los corregía. Era como si le gustara que la trataran así. A Hong no le molestaba aquello, claro que no, el quería que su pareja se sintiera cómoda consigo misma y que fuera feliz, pero le parecía extraño que Sun nunca le contara lo que pasaba por su cabeza y que no sé abriera con él aún sabiendo la confianza que se tenían mutuamente.
Se sentaron luego de un rato y se miraron a los ojos, los ojos de cada uno reflejaban cosas completamente diferentes, los de Hongjoong reflejaban incertidumbre y miedo, mientras que los de Suni reflejaban seguridad y valentía. La mayor tomó las manos del menor y las acaricio levemente antes de empezar a hablar.
-Hongjoong, creo que tal vez ya te haz dado cuenta y tal vez también inconscientemente no quieres aceptarlo o simplemente no me puedes ver de otra manera- Suni habló despacio con un tono tranquilo. Su pareja al lado suyo la miró en silencio y asintió, no estaba seguro de a que se refería pero una idea tenía.
En su relación a lo largo de los años habían cambiado muchas cosas, dejaron de hacer el amor seguido y hacía ya tres meses que ella no dejaba que Hongjoong la tocase, era como si no estuviera segura o conforme con su cuerpo. Suni dejó de comportarse, de alguna manera, tan femenina con él, era como si hubiera entrado en confianza con el castaño y se hubiera soltado, mostrarse cómo en realidad ella era y eso a hong lo hacía más que felíz, ya que desde un principio él se había enamorado de su personalidad, pero a veces parecía cómo si ella no quisiera que el la tratara así, tan cuidadoso y delicado, como a una flor. Y aunque notaba que su cariño aumentaba con el paso de los días, su tristeza también, Suni siempre estuvo triste y aunque Hongjoong se había prometido desde un principio hacerla feliz, parecía que su tristeza iba aumentando con el paso del tiempo. Y él no podía hacer nada para detenerla.
Hongjoong sabía que había algo, ese algo que había estado toda la vida atormentandola, ese algo que la hacía perderse en sus pensamientos por horas y luego llorar a escondidas. Porque si, Sun lloraba a escondidas de él, le mentía diciéndole que tardaba en bañarse o que quería un tiempo a solas, Hongjoong lo notaba, veía los rastros de lágrimas viejas en sus mejillas y sentía su dolor en el aire. Él no sabía cuál era el motivo de su depresión, pero ella si, y nunca quiso contárselo, ni tocar el tema. Y Hongjoong se sentía también cada día más triste porque nunca pudo hacer nada para ayudarla y aunque lo intentara, ella no aceptaba su ayuda.
Suni suspiró y volvió a hablar, Hong no había pronunciado ni una palabra desde que la encontró allí, su corazón latía con desesperación debido a el nerviosismo y miedo.
-Hong, hay algo que nunca te he dicho. Es algo que siento desde que nací y que a lo largo del tiempo fue aumentando, fue creciendo dentro de mi. Y puede que esa sea la razón de mi tristeza- susurró lo último bajando la mirada hacía sus manos entrelazadas, las apretó aún más fuerte. Contuvo el aire y levantó la vista, se encontró con los hermosos ojos de su pareja mirándola, aquellos ojos que le regalaban unas sensaciones preciosas y podía ver estrellas en ellos, así se sentía estar enamorada de alguien.
-No quiero que me odies- habló nuevamente y lágrimas empezaron a caer recorriendo su rostro. Hongjoong a su lado sintió su ser entero doler y negó fuertemente para luego abrazarla.
-Nunca sería capaz de odiarte. Nunca- le susurró al oído, y sin darse cuenta también empezó a llorar. El ambiente había pasado de uno tenso a uno triste, pero tranquilo.
-Quiero saber que pasa en tu cabeza Suni, realmente quiero hacerte la persona más feliz del mundo. Pero necesito saber que te pasa para ayudarte- Hongjoong tomó el rostro de ella en sus manos, un toque suave y dulce. Cuando sus miradas volvieron a conectar vió pasar un brillo por los ojos de su suni, uno que jamás había visto, y luego de aquella hermosa visión, ella habló.
-No me gusta el nombre Suni, siempre lo odie- susurró la muchacha y miró fijamente los ojos de su pareja para luego decir las palabras que había deseado decir desde que era una niña. -Me gustaría que me llamaras Seonghwa, Park Seong Hwa. Porque no soy una chica Hongjoong, nunca lo fui y nunca lo voy a ser. Soy un chico-
Luego de aquellas palabras Hongjoong no supo que decir, no podía moverse. Su cuerpo entero se había congelado y su cerebro parecía no poder procesar aquello. Había pensado en que tal vez era esa la razón de la tristeza de su pareja pero, una cosa era imaginarlo y otra cosa era vivirlo en persona. Respiró profundamente y al cabo de unos minutos en los que la persona en frente suyo sollozaba y él no sabía que responder, pudo ver una respuesta. Y es que ni siquiera había una respuesta, hongjoong desde un principio se había enamorado de la persona que era, no de su físico o apariencia, aquella persona era incluso mucho más alta que él y desde hacía rato tenía apariencia de chico, aún así a él nunca le importó, no le importaron las críticas de los demás ni como la gente le advertía que aquello iba a pasar. Hongjoong amaba a su pareja como a nadie más, amaba su personalidad, cómo sonreía, el brillo de sus ojos, sus gestos, su risa, su humor, su timidez, amaba absolutamente todo de su ahora novio.
-Seonghwa- susurró luego de un rato en el que el silencio se había instaurado. Hwa levantó el rostro y lo miró, sonrió asintiendo. -Es un nombre precioso- Hongjoong también le sonrió y besó su frente despacio. Su novio lloró un rato más, pero ahora de felicidad, mientras su pareja le acariciaba la espalda y le susurraba cuánto lo amaba.
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