Capítulo 14

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Recibió una fotografía y sonrió ampliándola lo más que podía para ver a la criaturita ya nacida. Estaba comiendo gelatina en su receso, cuidando también a sus alumnos mientras ellos jugaban. Le mandó un audio felicitando a su mejor amigo y dejándole en claro su apoyo ahora.

Tardaron unas dos semanas en poderse ver, pues ella estaba cansada, adolorida por la cesárea y el bebé lloraba tanto que no los dejaba dormir. Kyle les entregó su primer regalo al bebé y lo abrazó con gusto, preguntando sobre Wendy y su bienestar, felicitándola también.

-¿Y qué nombre le pondrán?

-Samantha... -Cartman interrumpió. Sí, tuvieron que ir juntos para animar al gordo a hacerlo; de todos modos ni él se imaginaba visitando a ese par de casados él solo.

-No... -sintió hasta un escalofrío mientras Stan se reía y negaba con la cabeza.

-Ella es mi Johanna. –Stan le dio un toque con su mejilla, molestándola en sus sueños, provocando un puchero.

-¿Ya vinieron Kenny y Butters?

-No, aun no. Primero tenías que verla tú. –le dijo feliz.

-Ahhh... -jadeó con dramatismo el gordinflón. –Se los diré apenas los vea. Les diré que no los quieres, que te dan asco y... que Kenny es pobre.

-A ti es a quien nadie invitó. –Wendy se sentó con dificultad, peinándose un poco por la vergüenza de verse mal.

-Kyle me invitó. –se defendió cerrando los ojos y presionando su boca, imaginando inclusive que le salían alitas de la espalda.

Stan fue quien solo le veía con curiosidad, a pesar de que él no cedía a su mirada, enfocándose en la pequeñita.

Cuando estaban por irse, Stan los acompañó a la salida y detuvo del antebrazo a su mejor amigo.

-¿Qué?

-¿Todo está... bien?

-Pues sí. –le dijo sonriendo, confundido.

-¿Vinieron en el mismo auto? –se asomó y resopló aliviado.

-No, de hecho nos vimos aquí.

-Sí, ya veo, ya veo...

-¿Por qué tanto alivio?

-No, por nada, por nada. Debo irme, Wendy se estresa con los bebés.

-De acuerdo. –le divirtió aquello y se alejó para que cerrara la puerta.

Cartman estaba dentro de su auto, buscaba la música ideal, bailoteando mientras se reflejaba en el retrovisor cuando escuchó el pitido a su lado, Kyle se despedía alzando el dedo medio. Recibió la misma señal y le rebasó haciendo gala de su super auto.

No llegó a casa, se fue directo a una plaza que no conocía todavía allá cerca de su escuela donde labora, se estacionó planeando todo, igual iría primero al cine, hace mucho que no iba solo a ningún lado; sin embargo, el estómago le avisó del cambio de planes y se fue fugaz hacia el primer olorcillo que le capturó.

Era un restaurante mexicano, pequeño, se sentó en una mesa cerca de un ventilador y una televisión que pasaban vídeos de música.

Estaba vacío cuando llegó pero no tardaron en adentrarse otras dos familias. Los meseros se apresuraron a atender y Kyle eligió de lo poco que conocía, solo asegurándose de que no tuviera mucho picante para no sufrir.

A media comida escuchó las órdenes desde la cocina y miró curioso al jefe del lugar, se atragantó cuando su cara fue reconocida.

-... ¿Kyle? ¡Eres Kyle!

La persona especialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora