🏐Capítulo 5

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Los de tercero se fueron dejando el club en las manos de Ennoshita, quien tenía todo controlado por ahora y esperemos que siga así.

Era a mediados del segundo año escolar del dúo extraño, ambos habían ganado un poco de popularidad entre las chicas. Hinata se encontraba ayudando a unas chicas de primero quienes habían perdido su salón y Kageyama se encontraba tomando una caja de leche mientras fulminaba con la mirada a aquellas dos chicas de primero.

Aquel azabache había pensado en lo que Yachi le había dicho por lo que se puso a prueba. Aquella prueba consistía en evitar mirar a Hinata fuera de los partidos, pensar en que le parecía bonito del anaranjado o simplemente fijarse en cómo pensaba sobre el, cosa que el costó mucho ya que no se fijaba mucho en esas cosas. Estuvo casi toda la mitad del año actuando raro, cosa que no pasó desapercibido por Hinata y Yachi, alrededor del pequeño anaranjado.

– Kageyama-kun, ¿Esa persona de la que me contaste que te gustaba es Hinata-kun? –Hablo una voz fémina haciendo que el más alto se sobresaltara.

– Yachi-san... No, te equivocas.

– No me mientas –encaró Yachi.

Ambos se mantuvieron callados por unos segundos hasta que el azabache habló.

– ¿Esta mal que me guste...? –Su típica mirada intimidante se había suavizado un poco.

– No, la verdad no está mal –El chico mantuvo su expresión– Ven, pareciera que tienes mucho que decir.

El chico aún con su expresión algo preocupada y su entrecejo fruncido siguió a las más baja.

A la lejanía el portador del aquel cabello que fascinaba al azabache miraba como ambos de sus compañeros se iban juntos a quien sabe donde a hacer quien sabe qué, al verlos su expresión había cambiado ligeramente a una más sería o incluso un poco molesta, ni siquiera el mismo Hinata sabía el porqué de su molestia.

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– Así que... Tu madre siempre te ha dicho que deberías buscar y casarte con una chica... Y tu no quieres decepcionarla, lo único que quieres es disculparte por no ser lo que ella quiere... Pero, lo que no entiendo es el porque deberías disculparte, no has hecho nada malo. Según yo no hay nada de malo anhelar el amor, ya sea de un chico o una chica.

– Pero... ¿Y si no me acepta? ¿Y si... Si se lo cuento la decepcionó?

– Ignorala. Ah-... S-Solo digo que si no le prestas atención a sus comentarios o la ignoras por un tiempo, finalmente te va a aceptar. Después de todo es tu madre, no puede simplemente negarte por amar a un hombre.

Antes de que el más alto pudiera responder una familiar voz detrás de ellos hizo acto de presencia.

– ¡Hey! ¿De qué hablan?

El más alto se sonrojo por el simple hecho de que pudiera haber escuchado–¡DE NADA!

– ¿Seguro~? Parecían hablar de algo importante.

– No te preocupes, Hinata-kun, solo intentaba ayudar a Kageyama con una materia que no entendía—. Kageyama estaba agradecido con ella por cubrirlo– Si me disculpan los dejo solos, le prometí a una amiga ayudarla con algo.

Y la más baja se fue dejándolos a ellos dos solos, uno confundido y el otro queriendo que la tierra se lo tragase.

Ambos estaban callados, el silencio era incómodo por el más alto, quien poco a poco le contagió aquella incomodidad al más bajo.

– ¿Te gusta Yachi-san? –El más bajo rompió aquel silencio incómodo.

El más alto se volteo al contrario sorprendido– ¿Que? No, no me gusta Yachi-san.

– Tu cara me dice lo contrario.

En efecto, el más alto estaba rojo, por lo que podían fácilmente malinterpretarlo, lamentablemente aquel sonrojo no era fácil de excusar, ya que, ese sonrojo era causado por la compañía de su querido compañero anaranjado.

– E-Eso es... Solo es que tengo mucho calor.

– Hmm... –El más bajo no se le veía bastante convencido.

El más alto inconscientemente relajo su expresión y mientras miraba al más bajo junto a él, con una casi inexistente sonrisa, acercó su mano a la cabeza del más bajo para seguidamente acariciarla.

– Ya te dije que no es así, idiota.

Antes de que aquel anaranjado respondiera la campana de la Preparatoria sonó indicando la hora de entrar a clase. El mayor se paro y se fue no sin antes despedirse del más bajo.

En el momento en que el azabache no estuvo en el campo de visión del más bajo, su rostro se tiñó de un fuerte rojizo, casi parecía que hechaba humo de la vergüenza.

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¿Como Barbie y Ken...? || Haikyuu!! KageHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora