·Capítulo 2·

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Me desperté gracias al estruendoso sonido de mi alarma, tan solo abrir los ojos caí en la cuenta en que hoy era el día que tanto temía, el último primer día de instituto, y encima en uno nuevo y sin conocer apenas nadie.  Me levanté de la cama para meterme en la ducha sin casi abrir los ojos, al salir ya estaba más espabilada y me puse unos pantalones beige con una cadenita al costado, una camiseta corta negra pegada de cuello alto, unos botines negros y un bolso del mismo color. Bajé a la cocina a prepararme el desayuno, hice algo sencillo; panqueques de avena y plátano y un café para el camino. Después de quince minutos, subí de nuevo a mi habitación para meter en el bolso el celular, los auriculares, las llaves de casa, la cartera, un pequeño estuche y pañuelos. Bajé corriendo y agarré las llaves del jaguar y puse la dirección en el GPS y este me marco que tardaría quince minutos en llegar.

-Mierda, mierda, mierda- susurré para mi misma en cuanto llegué, había llegado 15 minutos tarde y encima en mi primer día, así que no había nadie en los pasillos para preguntarle donde estaba el aula de lengua, así que solo empecé a recorrer los pasillos en busca de esta, gracias a Dios no tardé mucho y todavía quedaban 30 minutos de clase. Respiré hondo y toqué la puerta. Un señor con pedazos de cabeza sin cabello me abrió la puerta con una mueca de molestia en el rostro.

-Llegas tarde y has interrumpido mi clase.- me dijo de mala gana,

-Perdone señor, soy nueva y no encontraba el aula.- dije amablemente.

-Esta bien,- cerró la puerta tras de mi y dirigió la mirada a sus alumnos- Prestarme atención, esta es la nueva alumna del centro, estudiará aquí a partir de ahora, agradecería que no la molestaseis muncho,- me miró- preséntate por favor.

-Esta bien,- miré a toda la clase- bueno mi nombre es Crystal, soy de Francia, llegué al la ciudad hace una semana y todavía me estoy adaptando.- miré al profesor- ¿Dónde me siento?

-En el fondo al lado de la ventana hay dos sitios, el de la ventana esta vacío.- asentí con la cabeza y me fui a sentar en el que ahora era mi sitio. Poco después de que el profesor reanudara la clase, un chico con el casco de una moto en la mano entró sin siquiera tocar la puerta, el profesor solo lo miró y volvió a girarse para seguir escribiendo en el pizarrón.

Aquel extraño chico me miró y bufó molesto, yo no entendí nada hasta que vi que venía a sentarse el la mesa que estaba al lado de la mía. El se sentó y yo solo seguí mirando por la ventana, ya que todavía no tenía libros y no podía hacer nada. 

·Dos horas después·

Sonó el timbre que indicaba que ya por fin era hora de ir a la cafetería, y menos mal por que tenía un hambre de mil demonios, y estaba muy cansada ya que fueron tres horas bastante largas y digamos y no le caí muy bien a la profesora de matemáticas. Fui a la cafetería y me compré una ensalada de frutas y un jugo de melocotón, salí a comer fuera en el césped de al lado del estacionamiento, me senté debajo de un árbol para que no me diese el sol y me puse los auriculares y nada más conectar la música sonó complicated de Avril Lavinge, yo solo comí hasta que sentí una presencia justo en frente mía. Al alzar la vista me di cuenta de que era Dylan.

-Halo rubio- le dije con una sonrisa, estar con el era justo lo que necesitaba ahora mismo.

-¿Que tal tu primer día morena?

-Bueno, no le caigo muy bien a la de matemáticas y en lengua un chico muy extraño se sentó al lado mío.

-¿Quien era?- dijo con el ceño fruncido.

-Pues no lo sé.

Después de esto seguimos hablando de diferentes temas sonó el timbre que anunciaba que teníamos que volver a clases, el tenía historia y yo filosofía así que cada uno nos fuimos por caminos diferentes. Al llegar solo habían dos asientos vacíos, yo me senté en unos que estaba en el centro del salón. Cinco minutos después entró una chica morena y se plantó en frente mía con una cara de enojo y superioridad.

Demonios compartidos Where stories live. Discover now