·Capítulo 3·

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Gritar.

Eso es lo único que hacíamos, ya que, este idiota no estaba de acuerdo con nada de lo que hacía ni decía y luego cuando le pedía su razón no tenía argumentos. Ni siquiera se había molestado en poner de su parte o dar ideas, solo se dedicaba quejarse por algo de lo que no tenía ni idea.

-Basta ya.- dije ya cansada del asunto- Da ideas, pero no me contradigas en cada maldita palabra que sale de mi boca. Así no avanzamos y tendremos que estar más tiempo juntos, cosa que no queremos ninguno de los dos.- Estuvimos varios minutos en silencio hasta que el habló.

-¿Bueno seguimos? - yo asentí y el siguió hablando- ¿Te parece que lo hagamos sobre el mito de la caverna de Platón?

-Vale.

Nos pasamos las siguientes dos horas empezando y terminando de hacer el trabajo, el cual tengo que decir que nos quedó de sobresaliente.

-Bueno yo ya me voy que se me hace tarde.

-Vale.- dicho esto nos despedimos y el se fue a su casa.

· Sábado 11:45 am ·

Estaba tumbada en el suelo mirando fijamente el techo decidiendo si me levantaba o no. Al final decidí que buscaría una tienda de tatuajes y me haré uno o unos cuantos, pero eso ya el lunes, hoy iba a ser un día tranquilo y digo iba porque en cuanto sonara el timbre todo iba a ser un completo caos.

Pero bueno volviendo al momento, ahora mismo estoy de pie mirando a la persona que sin duda arruinó gran parte de mi vida en Francia. Sí, así es, aquí en vivo y en directo al otro lado del umbral de la puerta Peter, el chico con el que me acosté cuya hermana solía ser mi mejor amiga.

La diferencia es que ahora su característica sonrisa era remplazada por unas ojeras moradas y una nariz y unos ojos enrojecidos inyectados en sangre, el me miró con una expresión de desolación que tenía en el rostro yo inmediatamente cuando lo vi cerré la puerta.

-Vamos Nemy ábreme.- dijo aporreando la puerta repetidas veces- No tengo donde ir.- siguió aporreando cada vez más fuerte hasta que de repente paró.- por favor.- Susurró con la voz rota.

En cuanto terminó abrí la puerta dejándolo así pasar y cruzó el umbral de la entrada se abalanzó a abrazarme y lloró desconsoladamente sobre mi hombro. Lentamente lo envolví con mis brazos, es verdad que por el se desencadenó la peor racha de mi vida pero lo conocía desde pequeña y lo quería demasiado como para dejarlo solo en este estado. Le di un empujón a la puerta con el pie así cerrándola en el acto y caminé de espaldas hasta el sofá hasta acabar los dos tumbados en una posición muy rara, pero la verdad es que ahora me daba exactamente igual todo.

Estuvimos unos quince minutos así hasta que dejó de llorar.

-¿Me vas ha contar que es lo que te pasa? - solo se escuchaba su respiración- ¿Hola? - Giré la cabeza como pude y me di cuenta de que se había dormido por lo que yo decidí solo salir a comprar algo para comer .

Cuando volví a casa el ya no se encontraba dormido en el sofá, al fijarme había una nota que decía que no tendría que haber venido y que no lo buscase.
Mi expresión era de pura incredulidad, me esperaba de todo menos eso. Pero seamos honestos tampoco me iba a preocupar tanto dado que el vino y se fue por que el quiso, yo ni lo invité ni lo eche así que estoy muy tranquila con mi consciencia.

Agarré mi laptop y busqué tiendas de tatuajes por la zona con buenas reseñas, encontré una a 30 minutos en coche así que sin perder tiempo agarré las llaves del auto y conduje hasta llegar allí.

Al empujar la puerta sono unas campanitas que llamo la atención del chico que estaba de espaldas tras el mostrador y como no con mi suerte de aquel día el chico no era nada más y nada menos que Kaden, el cual puso una expresión de fastidio en el rostro.

-¿Que haces aquí? Voy a empezar a pensar que me acosas, Crystal.- dijo dándome una sonrisa de lado.

-Pues no te acoso, quería hacerme unos tatuajes y una perforación y esta fue el sitio con mejores reseñas que encontré.

-Que puedo decir soy muy bueno en todo lo que hago.- dijo en tono coqueto a lo que yo le puse los ojos en blanco-Pasa ahora te atiendo.- soltó ya de mala gana.

Recorrí un pasillo lleno de pinturas preciosas en las paredes hasta que llegué a una sala con una camilla. No tardó mucho en llegar el odioso con una Tablet para hacer los diseños.

-Bien, ¿Qué tenias pensado hacerte?

-Estas coordenadas en la pierna y este electro en el antebrazo.- le respondí tendiéndole dos papeles para que los tomara de referencia.

-¿Que son las pulsaciones de tu novio?- preguntó burlón.

-No, fueron los últimos latidos de mi padre, ¿Algún problema con ello?

-No joder, lo siento- en su mirada vi arrepentimiento así que únicamente asentí con la cabeza.-Bueno por favor bájate el pantalón en la pierna que te quieras hacer las coordenadas.- lo hice y puesta la plantilla empezó a tatuar.

Las coordenadas son de mi casa de Francia, era un sueño vivir allí con mi familia. Es una casa tan acogedora, llena de plantas, fotografías y nunca falta una risa sacado por quien sea- pensé y seguí recordando los buenos tiempos en mi antigua vida.

40 minutos después ya tenia ambos tatuajes.

-¿Cual era la perforación?- me pregunto levantándose para cambiarse de guantes y sacar las agujas.

-Los de los pezones- murmure por lo bajo.

-¿Que?

-El de los pezones.- dije ya más alto a lo que el me miró con una ceja alzada y una sonrisa ladina haciendo que me ruborizara y agachase la cabeza.-¿Bueno que me los haces o me voy a otro sitio?

-No no, yo te los hago encantado. Quítate la camiseta y el sujetador.-dijo a lo que yo obedecí al instante y cuando mis pechos quedaron al aire el carraspeó apartando la mirada pero acercándose hacia donde yo estaba.-Voy a pellizcarlos para que se pongan en punta.- al hacerlo mandó un escalofrío directo a mi zona baja que llevaba humedecida desde que me dio la orden de que me quitara la ropa. Sacudí mi cabeza intentando borrar los miles de escenarios obscenos que cruzaban mi mente en ese mismo instante.

-¿Va a doler mucho?

-Puede ser, contaré hasta tres y pasaré la aguja. ¿Lista?- asentí con una poco de indecisión- Uno, dos y tres...

Al terminar de decir tres la aguja traspasó mi pezón izquierdo y un dolor punzante recorrió todo mi cuerpo haciéndome soltar algunas maldiciones. Cuando abrí los ojos la tenia la pieza puesta.

-Bueno voy con el otro.- dicho esto repitió lo mismo que hizo con mi seno izquierdo y esta vez dolió menos.-Pues ya está, ves al mostrador y espérame para pagar.- dijo con una voz un tanto extraña. 

Entendí su incomodidad cuando vi algo que resaltaba en cierta parte de su cuerpo, a lo que le sonreí y seguidamente le dije,

-Cuando quieras te ayudo con el asunto.- honestamente ni yo misma sabia que parte de verdad y que parte de broma tenia mi comentario. Solo se que todo en mi interior se movió cuando oí su respuesta.

-Cuando estos se te curen- dijo rozándome los pezones a la vez que no despegaba la mirada de mis ojos- y sanen completamente tu y yo resolveremos cuentas, ahora ves al mostrador y espérame.

Después de el momento tan intenso me puse mi ropa nuevamente y en vez de esperarlo deje 200 dólares encima del mostrador y me fui de vuelta a casa, ya que no sabia que iba a hacer frente a el con las hormonas tan alborotadas.

Al llegar a casa llame a Dylan para que al día siguiente fuera a mi casa y me dormí con los pezones adoloridos y con un imbécil en mi cabeza en escenarios muy obscenos.

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NOTA AUTORA

aquí nos volvemos a ver las caras, dos años o más después quiero retomar demonios compartidos. Siento la espera y valdrá la pena. 

beso de kaden;)


Demonios compartidos Where stories live. Discover now