Jack Dallas "Recuerdos Manchadod De Sangre"

CAPÍTULO 6 - DEL CIELO AL INFIERNO

CAPÍTULO 6 - DEL CIELO AL INFIERNO

Los siguientes 5 meses fueron de pura felicidad. Supimos que el bebé que esperábamos era una niña, y Mía me dijo que le gustaría que se llamara Jessica, como mi hermana. Ella sabía que era un nombre rodeado de pena, pero al fin y al cabo era el nombre de mi hermana, y la que siempre sería la mujer de mi vida a pesar de estar lejos de ella.

Quien diría que dios me daría una vida nueva para arrebatarmela después. Nunca me imaginaría que lo que un viernes me dio, me lo quitaría otro, el viernes era el día que más dinero había en la caja de la tienda, y se ve que los de Grove Street llevaban semanas vigilandola. Ella nunca me había dicho que le hubiese pasado nada, robos,acoso... Nunca.Todo lo contrario, siempre me decía que estuviese tranquilo, que nunca habían tenido problemas en la peluquería, que me preocupaba por nada.

El 12 de Abril de 2013, sería el día que cambiaría todo. Mi vida, mi persona, todo. Recibí una llamada a eso de las 23:00, miré el teléfono, era un número desconocido. No había cogido la llamada, pero mi corazón empezó a acelerarse sabiendo que algo malo pasaba:

"¿Buenas noches, estoy hablando con Jack Dallas?, le llamamos del Hospital de Los Santos, es por Mía"

En ese mismo instante mis piernas empezaron a temblar y mi teléfono se cayó al suelo mientras yo lo veía caer como en una escena a cámara lenta. No necesité escuchar lo que tenían que decirme para saber qué había pasado. Si no me llamaba ella es por que algo pasaba.

Me puse mi vieja chaqueta de cuero, cogí las llaves de mi moto y me dirigí al hospital entre lágrimas. En mi vida había pasado muchas cosas, pero uno nunca está preparado para lo que tuve que ver y vivir esa noche. Llegué al hospital y me acerqué al mostrador. Pregunté por ella, el recepcionista habló por la radio y su cara lo dijo todo:

"Esperé ahí en la salita por favor, ahora mismo viene la doctora a hablar con usted"

La doctora salió del ascensor junto a un agente de policía. En ese mismo instante mi mundo se vino abajo, mi cuerpo no me respondía y empecé a ver borroso.o siguiente que recuerdo es estar en una camilla con un sedante corriendo por mis venas. La doctora se acercó a mí junto al agente, me puso su mano en la mano y me dijo lo que yo de alguna manera ya sabía:

"Señor Dallas, siento ser tan directa, pero no existen buenas palabras para lo que le tengo que decir, su pareja Mía a fallecido. S que no es el mejor momento, pero el agente Rodríguez tiene que hablar con usted"

Le dije entre llantos que no iba a hablar con ningún agente, y poco a poco notaba como la rabia invadía mi cuerpo. En cuanto me sentí mejor me arranque la vía y me levanté de la camilla con el único propósito de largarme de ese lugar. Pero varios patrullas me estaban esperando fuera. La doctora preocupada me siguió hasta la puerta y los agentes me pidieron "amablemente" que les acompañara a comisaría. Sabía que no me iban a dejar irme de ahí solo, así que me subí a una de las patrullas lleno de rabia.

Al llegar a la comisaría, me llevaron a un elegante despacho donde me esperaba el encargado de la investigación. Pronto descubrí que su brillante sonrisa ocultaba una oscura alma. Me senté en la silla y miré al suelo mientras escuchaba lo que tenían que decirme:

"Jack, siento que tengas que estar aquí, sabemos que no es un un buen momento para ti, pero por tu seguridad no podemos dejarte marchar y que hagas una locura. Tu mujer ha sido asesinada en la puerta de la peluquería, al parecer para robarle el bolso. Hemos encontrado a un hombre con su bolso y una navaja que podría ser el arma del crimen, pero no tenemos las pruebas suficientes. Has perdido a tu prometida pero no podemos dar pasos en fal.."

Antes de dejarle acabar me levanté de la silla tirándola hacia atrás, con mis ojos llenos de lágrimas y rencor miré al agente agarrándole de la chaqueta mientras el resto de agentes se acercaron a mi:

Jack: "¿Como que no hay pruebas suficientes? No he perdido a mi prometida, me la han quitado, a ella y a mi hija"

Apreté las solapas de su chaqueta y las solté pocos segundos después. Me abrí paso entre los agentes y abandoné la comisaría, con más dudas que respuestas.