Aventura De Una Noche (OffGun)

Capitulo 4

"¿La última vez?"

Durante ese beso se olvidaron de todo y de todos, eran sólo ellos dos en la inmensidad del universo, parecía que el tiempo no había transcurrido.

Off desvió el beso al cuello del menor arrancando gemidos, quería marcarlo,
hizo un intento y el castaño lo regresó a la realidad.

—Sólo, no dejes marcas, no quiero que...—fue callado con un beso.

—No digas su nombre —dijo desviando la mirada y con un nudo en la
garganta —quién te va a hacer el amor en este momento, soy yo —lo miró por
un segundo y al tiempo que se quitaba la camisa dijo—Así que márcame tú a mí.

Sin pensarlo mucho, el castaño marcó dientes y chupones tratando de recrear
los que hizo dos años atrás. Disfrutaba los pequeños gemidos de dolor y placer que soltaba el mayor con cada mordida, sintió unas manos traviesas amasar su trasero, le gustó el tacto fuerte y firme de un hombre, deseaba que ya no hubiera ropa de por medio.

—Papii... —se alejó lo suficiente para admirar el panorama, bordeó el relieve de las marcas hechas.

Escucharlo decir aquel apodo de esa manera, tenerlo para él una vez más,
así, vulnerable, sonrojado y sudoroso, encendieron en su pecho sentimientos
encontrados. El júbilo de cumplir con su deseo contrastaba con el enojo de saberlo de alguien más, sabiendo que, podría ser la última vez decidió dar rienda suelta a sus instintos.

—Dilo de nuevo —la voz grave del de cabellos oscuros le ponía la piel de gallina al menor, haciendo imposible resistirse a cada una de sus órdenes.

—Papii —su camisa le era desabotonada con lentitud, sintiendo los suaves roces de los dedos del mayor como descargas eléctricas en su cuerpo.

Con desespero abrió la camisa y lo descubrió de los hombros dejándole las
mangas a la altura de los codos, sonrió de lado y sus ojos se oscureciendo de exitación, disfrutaría cada maldito momento de esa noche. Le acomodó los brazos en la espalda evitando que se lastimara, con la camisa los ató, dejándole expuesto e indefenso.

—Eres mío por esta noche —besó cada centímetro de la piel que tenía a su
alcance, succionó y mordió los pezones hasta dejarlos colorados.

Podía sentir la erección del castaño chocando contra la suya, ansiosa de tener contacto sin la estorbosa ropa de por medio, hizo un movimiento de cadera que tenía toda la intención de hacerle gemir.

Puso una mano en el trasero y otra en la espalda del menor, lo levantó y se giró
para sentarlo en el sofá, se hincó y le dio un corto beso que terminó con una
mordida en el labio inferior, el de ojos cafe, aún con las manos atadas sentía las grandes manos del Off subir lentamente por sus piernas, las sintió pasear por la cara interna de sus muslos y pasar sin recato por su miembro endurecido.

—Papii, tócame más —ansiaba el tacto con la piel desnuda, sus ojos se iluminaron cuando lo vio desabrochando su pantalón pero sufría al ver como se tomaba su tiempo para retirarlo.

No perdía la vista de cada movimiento del mayor, cada caricia se estaba grabando en su piel con un fuego de culpa que hacía más excitante la experiencia, era algo nuevo para él.

Off le separó las piernas todo lo que estas dieron y lo atrajo hacía él, se mojó
los labios y empezó a repartir besos alrededor de su miembro, disfrutando de los espasmos que provocaba, entonces de improvisto introdujo todo uno de los testículos en su boca arrancándole un sonoro gemido, tuvo que utilizar su mano para taparle la boca.

—Gun, adoro tus gemidos pero si no bajas la voz nos van a descubrir —llevó
la mano de la boca al miembro de Gun, se dedicó a masturbarlo mientras lamia
en su totalidad los testículos, cuando lo sintió más duro y con líquido preseminal brotando de la punta, lo humedeció para dejar caer su aliento por todo el falo.