Capitulo 1

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Víctor se asomo por encima de su libro lo mas discretamente posible, con la esperanza de captar una mirada de ella.

La había visto entrar con algunos amigos unos minutos después de haberse sentado en una mesa, pero su boca se seco por completo y sus palmas comenzaron a sudar profusamente por lo nervioso que se puso con solo mirarla, así que renuncio. Así mismo a esconder su nariz en un libro.

Cuando finalmente reunió algo de valor, Víctor escaneo la biblioteca para verla en un rincón hablando en voz baja con sus amigos. Sin duda se estaba preparando para su discurso en publico al día siguiente, e Víctor jugo con la idea de caminar, presentarse y preguntar si quería prepararse juntos.

Pero... no lo hizo.

Víctor tenia dos clases con Lía, pero sabia que probablemente ella no lo noto. Se sentó tres filas detrás de ella en su curso de oratoria, por lo que nunca hablaron.

No tenia idea en que año estaba o que estaba estudiando o realmente nada sustancial sobre ella; todo lo que sabia era su nombre y como su voz era clara y brillante cada vez que respondía preguntas en clase. Cada respuesta que ella daba era reflexiva y estaba llena de una amabilidad que el nunca había escuchado, y rápidamente se volvió adicto a ella.

También tuvieron un curso de Psicología Infantil juntos en el que Víctor nuevamente se sentó tres filas detrás de ella. Era una clase basada en conferencias, con una discusión limitada, por lo que no llego a escuchar su voz, a diferencia de la clase de oratoria en publico.

Hablando de... Víctor estaba ansioso por escuchar lo que ella presentaría en su primer discurso.

Llevaba un mes de semestre y era el primero de los tres discursos que darían, El primero fue un sencillo discurso informativo en el que cada alumno explicaría un tema en profundidad durante dos minutos.

Víctor había elegido hablar la forma en que la música podía ayudar a las personas a superar discapacidades, especialmente después de accidentes traumáticos. Estaba en camino de convertirse en musicoterapeuta, por lo que decidió usar eso como su tema.

Todos tenían que escribir sobre su tema en un articulo para entregarlo antes de comprimirlo en un discurso para que no estuvieran leyendo lo que habían escrito.

Víctor casi había terminado, pero estaba mas que un poco distraído por Lía.

Tenia una buena vista de ella donde estaba sentado; podría decir que estaba trabajando duro con sus amigos mientras seguía escribiendo a un ritmo constante en su computadora portátil. Cada pocos minutos, mordía su uña, e Víctor se preguntaba si ese era un habito que tenia.

Quería saber que otros hábitos tenia. Quería saber todo sobre ella.

Víctor se contuvo de mirarla o mirarla demasiado, pero ella estaba dando vueltas por su mente que hasta el punto que apenas pensaba con claridad.

- Hola mi buen amigo - Víctor salto para ver a Miroku sacar la silla frente a el y sentarse.

- Oye - respondió Víctor mientras trababa de recuperarse. Le dio un ultimo vistazo a Lía.  Antes de fruncir el ceño a su mejor amigo y compañero de cuarto - Sabes que esto es una biblioteca, deberías estar un poco mas tranquilo...

Miroku sonrió - Oh, vamos. Mi saludo fue tranquilo... suficiente.

Víctor puso los ojos en blanco con un buen humor. Ahora que Miroku estaba sentado frente a el, no tenia una buena vista de Lía, pero pensó que eso era algo bueno. Necesitaba terminar su trabajo en una hora, así que lo puso en marcha para hacerlo.

- ¿En que estas trabajando? - pregunto Miroku mientras encendía su computadora.

- Hablar en publico - respondió Víctor mientras escribía los últimos párrafos. - Solo un breve discurso, nada de lujos.

Miroku hizo una pausa y lo miro - hablar en publico, ¿eh? eso suena... interesante.

Víctor lucho contra el sonrojo que amenazaba con derramarse sobre sus mejillas.

- ¿Y que se supone que significa eso? - pregunto, su tono se convirtió en una advertencia para Miroku que decía explícitamente que lo observara ...

Miroku se encogió de hombros casualmente - Estaba pensando que seria bueno hablar un poco... tal vez escuchar un poco... una voz que te ha gustado mucho - Víctor hizo una mueca - Nunca debí haberte dicho eso.

Miroku rio en voz baja mientras escribía su contraseña en la computadora portátil - Si no me lo dijeras, ¿con quien hablarías al respecto? Caso y punto - Víctor puso los ojos en blanco y se concentro en su tarea.

Solo le tomo unos quince minutos mas sacar el ultimo trozo de su papel. Cuando termino y lo envió, miro hacia arriba para ver a que Lía ya se había ido.

Sintió que su estado de animo decaía un poco.

Al menos he terminado con el papel, se recordó a si mismo. Además, la veré mañana de todos modos.

Cuando dio su discurso.

Los ojos de Vítor se agrandaron cuando una monstruosa ola de nervios se estrello contra el.

- ¿Qué pasa? - Pregunto Miroku - Te pusiste pálido y ... sudado.

Víctor lo fulmino con la mirada - No estoy sudado - replico.

Y no lo estaba. Solo estaba... un poco cálido. El termostato de la biblioteca debe estar roto.

O algo...

- ¿Estas nervioso? - Miroku adivino.

Víctor suspiro. Por supuesto que podría ver a través de mi. Para eso están los mejores amigos, supongo.

- Si - admitió Víctor - Nunca he hablado en clase y probablemente ella de mi siquiera me ha visto, así que esta será su primera impresión real de mí... simplemente no quiero estrellarme y quemarme.

Miroku le dio una sonrisa alentadora - Estarás bien. Conoces tu tema y te encanta. Puedes hacerlo.

Víctor sonrió - Gracias, a veces estas bien, Miroku. Aunque a veces.

Miroku sonrió - Uh-huh. A veces te lo sigues diciendo a ti mismo.


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Mas tarde esa noche, Víctor caminaba por su habitación recitando su discurso en un bucle.

Durante se séptima recitación, Miroku llamo a su puerta.

Cuando Víctor lo llamó para que entrara, Miroku abrió la puerta para revelarse masticando una bolsa de papas fritas.

- ¡Oye! - Víctor dijo de inmediato - ¡Acabo de comprar la bolsa y ya estas buscando migas en el fondo!

Miroku se encogió y se metió otro chip en la boca - Si te duermes tu pierdes.

Víctor se dejo caer en su cama, sin molestarse en discutir. No podía comer aunque lo intentara.

- Víctor -, dijo Miroku seriamente mientras se apoyaba en el marco de la puerta - Nunca te había visto tan ... excitado, especialmente por una chica. Honestamente, hombre, ni siquiera comes.

Víctor solo suspiro - Tienes razón, no lo se, pero... realmente quiero. No se que tiene ella.

Miroku dejo la bolsa de papas fritas en la cama de Víctor antes de salir de la habitación.

- Avísame si quieres practicar conmigo en vez de correr por tu habitación escupiendo el discurso.

Miroku le sonrió por ultima vez antes de cerrar la puerta detrás de el.


Confesión de una atracción desesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora