Luna Nueva
— Así que... ¿estoy atrapada aquí hasta cuando exactamente?
— Hasta que la nieve se haya descongestionado del camino. Unas pocas semanas a lo sumo. ¿Ya estás aburrida de mi, Bri?
— Sabes que no —rió y le dio un ligero puñetazo en su musculoso hombro.
¿Está perdiendo peso?, se preguntó. Había parecido mayor los primeros días después de su enfermedad. Habiendo perdido peso o no, era ciertamente espectacular con su espeso pelo negro y sus vibrantes ojos verdes. Nunca había visto un hombre más atractivo.— Pero tú puedes cansarte de tenerme todo el día alrededor. No estás acostumbrado a tener a alguien pegado a tus talones aquí, en medio de ningún sitio.
— Nunca podría cansarme de tu compañía, no importa cuánto estés pegada a mis talones. —sus palabras fueron bromistas y ligeras, pero sus ojos estaban oscuros con una profunda pasión. Los ojos de predador se deleitaron en ella, devorándola por completo.
En la semana pasada después de su recuperación, Brianna había permanecido con Ivan, esperando porque la temprana e inesperada tormenta de nieve se agotase. No había teléfonos ni electricidad allí, y aunque Ivan le había dicho que vivía sólo a unas pocas hectáreas de distancia del pueblo más cercano, estaban prácticamente incomunicados del mundo exterior.
Al menos hasta que la nieve se derritiese un poco del camino. Habían disfrutado de una rápida y cómoda amistad, y ninguno había mencionado las caricias y los besos robados entre ellos aquella primera noche. A veces Brianna se preguntaba si todo habría sido un sueño apasionado y casi podría llegar a creerlo así.Hasta que en momentos como aquel, cuando los ojos esmeralda de Ivan ardían y resplandecían con un hambre reprimido. Entonces recordaba cada beso, cada toque y se estremecía con renovado deseo. Aquel hombre que estaba ante ella le gustaba muchísimo. Podía ser amable y gentil, tanto como divertido y pensativo. Ivan era un misterio para ella de muchas maneras, pero aún después de un tiempo tan corto junto a él se sentía como si lo hubiese conocido durante toda una vida.
La hacía reír, la hacía pensar, y nunca pedía nada a cambio más que su amistad. Ivan le había salvado la vida y ella estaba muy contenta por ello. De otro modo, nunca lo podría haber conocido.
Pero a veces...
La intranquilizaba. Como la manera en que podía quedarse sentado de forma inmóvil durante horas, sin apenas parpadear. La había observado de aquella forma durante los últimos días en que había estado postrada en cama. Excusaba su fija y vigilante mirada recordándose a sí misma que era un verdadero hombre del bosque, aislado de la sociedad civilizada y no acostumbrado a otras personas, y había intentado acostumbrarse a su mirada.
La forma en que se movía la intranquilizaba más que cuando estaba quieto. Sus músculos eran tan fluidos que se movían con gracia casi inhumana. Y era rápido. A veces ni siquiera podía ver sus movimientos. En aquellos momentos, volvía a recordarse su duro estilo de vida, uno que seguramente le había vuelto más fuerte y rápido debido a un agotador trabajo. Aquellos recuerdos la ayudaban a ignorar cualquier inquietud que sintiese cuando parecía un poco...extraño.
En aquel instante, la estaba mirando tan fijamente que casi olvidó de qué estaban hablando. De pronto quiso saber más sobre él de lo que su cháchara acogedora le había revelado.
Se aclaró la garganta.
— ¿Tienes familia cerca?
— Sí. Tengo muchos familiares en el pueblo. —Dijo, sus ojos sin vacilar sobre su cara— ¿Qué hay de ti? ¿Dónde está tu familia?
— OH, no tengo. El tío Alexi era el último de mis parientes.
— Ah, sí, aquel sobre el que me hablaste. —Su acento era espeso y jugaba sobre ella como una caricia— El tío que te dijo: "ve, ve a la madre patria, luego cáete de cabeza y haz que el pobre Ivan tenga un ataque al corazón cuando te encuentre toda magullada en un barranco", ¿ese tío Alexi?
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Lujuria de la Luna
WerewolfLuna Llena. Hoy era su cumpleaños , le había hecho una promesa a un hombre muerto. Se mordió el labio. Los guías habían mencionado que el área estaba llena de animales salvajes, especialmente zorros y lobos... Unos fríos labios se presionaron suave...