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MinSeok tenía razón, necesito ir a terapia.

Sentado frente a SeHun, desayunando juntos, viendo en sus ojos todo el amor que me tiene y escuchando sus razones, me sentía ridículo por mi ataque de ansiedad de los últimos días.

Había roto un celular, tomado calmantes y dormido dos días seguidos. Eso no se podía repetir.

Ciertamente estaba molesto, pero tal vez no era para tanto.

Pero por ahora, eso no era lo que importaba. Nos rodeaba música de jazz bastante anticuada, el barullo de la gente que entraba y salía del lugar y un intenso aroma a café.

Lo miré unos instantes. Su rostro lucía serio, como siempre. Muchos de sus empleados le temían por eso, pensaban que siempre estaba enojado... para mí sólo parecía estar en paz; su frente no formaba arrugas, sus ojos jamás se abrían de más y sus labios se mantenían en una suave línea.

Tamborileé con mis dedos mientras me distraía viendo en una de las pantallas del lugar un video musical viejo que definitivamente no iba con lo que estaba sonando.

Irene trajo nuestros pedidos en cuestión de minutos. Pude notar que su labial lucía recién retocado y estaba indeciso sobre si era por mi o por mi novio. Su perfume olor a chicle también era más intenso y las náuseas volvieron.

No es que me desagradara por completo, en realidad el malestar nunca se fue y eso sólo lo intensificó. Tan pronto como mi taza estuvo llena de café la tomé y di un largo trago, sin que importara quemarme. Mantuve la taza cerca de mi rostro, esperando que el aroma se llevara el malestar.

Desayunamos tranquilamente.

O tal vez no tanto. Él iba por la mitad de su omelette mientras yo seguía revolviendo la fruta en mi plato. Sentí su mirada encima, pero no volteé. En su lugar metí un trozo de manzana a mi boca y lo mastiqué con cuidado hasta que dejó de mirarme. Tomé otro bocado, esta vez creo que había sido un trozo de pera, pero era difícil saberlo, todo me sabía igual: a nada. Di un trago mas a mi taza y dejé el tenedor de lado, no podía con más.

Escuché algo deslizarse en mi dirección.

-Al menos bebe eso- pidió y me di cuenta que era su vaso de jugo- no has comido en dos días, em cualquier momento podrías desmayarte

-Ya lo hice- dije sin interés y tomé el vaso para dar un sorbo. Extremadamente dulce, luego ácido y se sentía espeso. Reprimí una arcada y bebí café. Recuperé mi tenedor y comí tres trozos de fruta de un sólo bocado. Él miró el vaso expectante- no voy a beber eso- en sus ojos vi algo de frustración y una mirada que decía "haz lo que te digo"

-Pide algo más- susurró e hizo una seña a Irene para que se acercara- me gustaría algo más de café, por favor- pidió

-Pediré lo que sea que haya pedido... el chico de por allá- señalé una mesa por en medio del local. Tenía un tazón, por lo que supuse que era algo de sopa- y más café, gracias cariño- le sonreí y se sonrojó. Así que el labial y el perfume habían sido por mi... me pregunto si...

-No me molestaré si le coqueteas, si es lo que estabas pensando- me cortó- es una chica, Lu

-He tenido sexo con varias chicas y una novia- le recordé

-Bien- suspiró y me miró a los ojos- confío en ti- rodó los ojos- y si te gusta mucho puedes invitarla a jugar con nosotros, no me molesta mirar

Cuando vi la sombra de una sonrisa en su rostro fui consciente de cómo se habían tensado los músculos en el mío. Había querido molestarme y mi expresión confirmaba que lo había logrado.

Secreto [HunHan] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora