Un respiro del mar | 3

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Hay un sobresalto de parte del más bajo de ellos, no esperaba a nadie más en el salón, y sinceramente el rizado se encontraba demasiado perdido en un trance infinito por el aroma de su destinado y el dolor de no poder acercarse a él y ahora aquí está, mirándolo con esos ojos extraños, con aquel único color en su rostro, un mar que lo envuelve poco a poco y lo ahoga lentamente, aquella mirada que hubo buscado tanto tiempo. Un rostro gentil sin muchas expresiones. Y esta apenas es la segunda vez que de verdad están cerca el uno del otro, la segunda vez que la distancia es tan corta que al fin pueden tocarse.

Y entrarían en un trance infinito de nuevo, pero un rayo desvía su mirada hacia el ventanal, y el razonamiento y cordura de Izuku regresan como una bofetada, se da cuenta de que lo ha visto llorar, se da cuenta de que está en el suelo con él y su chaqueta sigue en sus brazos, como si no fuera lo bastante vergonzoso, está seguro de que estuvo murmurando idioteces, y Shoto lo ha visto en su forma más vulnerable.

- Lo siento... no quise tomarla

Izuku extiende la chaqueta hacia Shoto, sus ojos no lo miran y su rostro se inclina hacia abajo intentando ocultar la vergüenza.

El más alto no dice nada, toma la chaqueta, pero no se levanta de donde esta, la deja en el piso y se acerca un poco más al niño de cabellos alborotados frente a él, sorprendentemente Izuku no hace ningún intento por alejarse, parece bastante tranquilo, pero aquel rubor en sus mejillas lo delataban.

Shoto no es alguien que pueda expresarse en palabras, nunca lo fue y no sabe como decirle que quiere intentarlo, que quiere saber lo que se siente ser amado, o al menos, que se siente tener un amigo sincero. No esperaba demasiado, sabía que son almas gemelas, aún así, en su mente seguía pensando que Izuku necesitaba a alguien mejor, pero inconscientemente su cuerpo lo empujaba a acercarse más y más.

Era una rareza y a la vez un fenómeno tan hermoso, el poder ver almas gemelas interactuando entre si, porque la misma naturaleza lo decretó aún antes de que nacieran, porque el mismo destino brillaba feliz. Y la lluvia parecía ser la elegida para admirar como Izuku y Shoto encontraban aquello que tanto buscaron, pues cantaba a la par de pequeños roces y toques inconscientes. Una vez más, la mano del rizado fue a parar en su rostro, y se volvió algo tímido respecto a su cicatriz, pero esta vez no huye, y el rizado no toco demasiado cerca, quizá por miedo a lo que pasó la ultima vez, se lo agradecía.

Y ahí estaba de nuevo pequeños destellos verdes juguetones desprendiéndose del cuerpo del más bajo, una clara muestra de su falta de control y nerviosismo, un llamado desesperado de su cuerpo diciéndole – Míralo, está frente a ti, está aquí contigo – e iluminan el ambiente y los ojos de Izuku brillan más que nunca.

Su mano baja de su rostro inconsciente hacia el brazo derecho de Shoto, y es solo aquella sensación, ese sutil roce de sus dedos el que desata un calor intenso acompañado de minúsculas llamas alrededor de su piel, y por un momento, el menor de la familia Todoroki reacciona, pues varias han sido las veces en las que causo heridas sin querer, e intenta alejar su brazo, no lo logra.

- Esta bien... no me haces daño

Las palabras del menor diciéndole con una sonrisa gentil que esta bien tocarlo, que no le hace daño, que no tiene miedo del fuego en su piel. Su corazón late desenfrenado, y su mente se pregunta como es posible no lastimar a alguien así, como es posible tanta comprensión de parte de alguien... aún así tiene algo de miedo, y se refleja en los amagos de alejar su brazo, pequeños y esporádicos.

- Pasó lo mismo la primera vez, no te preocupes... supongo que es cosa de almas gemelas.

Izuku se encuentra fascinado con las flamas que desprende, jugando con sus dedos en un intento por llevarse una pequeña luz con él, pero se desvanecen en el aire apenas aleja sus manos del mayor, le parece curioso como es que puede acercarse a él tan lleno de confianza, con la seguridad de que no se lastimaría tocando algo tan peligroso como el fuego, pero sentía que era normal que el alma de aquel joven de apariencia extraña jamás se atrevería a lastimar a la suya, por lo tanto, el control de temperatura en su don era inconscientemente regulado.

Colores Gemelos | Tododeku (BokuNoHero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora