Colores Gemelos | Tododeku (BokuNoHero)

Reiniciando | 5

A partir de aquella conversación, a partir de una disculpa todo parece haberse solucionado. 

Shoto ha dejado de huir, todavía se siente incomodo cuando lo tocan, y todavía mira su reflejo en cada vidriera que encuentran en los comercios en el centro de la ciudad cada vez que sale con Izuku, aún le cuesta mucho expresar lo que siente, pero lo intenta y no está solo.

El toque de Izuku es reconfortante y una vez que se acostumbra incluso busca un poco más, el rizado siempre intenta desviar la mirada de Shoto cuando nota que está mirando demasiado a su reflejo, y si no es así le repite una y otra vez lo lindo que se mira ese día, y entonces Shoto se sonroja y solo alcanza a agradecerle, no puede devolverle el cumplido, pero Izuku entiende... después de meses lidiando con esta situación entiende como tratar con Shoto, entiende la ansiedad que siente ante las miradas de las personas y el asco así mismo al mirarse en algún reflejo. Comprende más que nadie que no puede decir abiertamente como se siente, pero es su destinado, es su alma gemela y siente todo lo que el contrario siente, y es más fácil ayudarlo, se han acoplado muy bien. Una mirada de un azul invierno significa que esta triste, a veces su ojito derecho cambia de tonos, el azul claro significa que esta tranquilo, y a veces un azul oscuro lo invade, y sabe que necesita un abrazo, e Izuku se siente orgulloso por haber aprendido a leerlo tan fácilmente.

Las cosas mejoran, Shoto ha empezado a tomarle de la mano sin previo aviso, no se reprime más.

Han regresado a clases, el invierno se ha vuelto apacible y el clima es menos traicionero. Y sus compañeros los ven llegar juntos ese día, miran a un alegre chico de cabello rizado con una sonrisa en su rostro, pareciera como si el sol se hubiese enamorado de él, pues un rayo de luz le da directamente al rostro, pueden ver a un joven más alto, con un aura tranquila que mira al más bajo son una sonrisa gentil y amable y el aura que desprenden ambos es tan mágica y bondadosa y sienten felicidad, euforia pero a la vez serenidad y autocontrol. Es simplemente algo mágico, se sienten afortunados de poder verlos en persona, de ser capaces de admirar algo tan extraño y bonito como lo son las almas gemelas.

Y katsuki mira a lo lejos, sentado bajo un árbol de cerezos porque llegó demasiado temprano y realmente no le apetecía entrar. Mira con ojos tristes como Izuku parece halar el brazo de Shoto para que se apresure, como sus manos jamás se sueltan, como un amor incondicional se desborda por los ojos del rizado y como Shoto se deja, como pasó de huir y tirarse abajo a si mismo, a una mirada gentil y risas casi imperceptibles. Mira a Izuku besarlo esporádicamente en manos y mejilla y mira al otro revolver su cabello y acariciar su rostro. Y lo hacen tan inconscientemente... y de repente, Izuku ha notado su presencia.

- ¡Katcchan! ¡Buenos días! –

Dice, sin soltar la mano de Shoto, ahí está de nuevo, una sincera y tierna sonrisa con un brillo de colores que no puede ver...

- Buenos días ...

El tono de katsuki sale desanimado sin querer y baja la mirada, e Izuku se ha dado cuenta... era obvio, siempre pudo leerlo.

- ¿Estas bien?

Esta vez Izuku suelta la mano del ojiazul y se acerca apresurado a su mejor amigo. Shoto no dice nada, lo mira desde cierta distancia intentando no caer en los celos, comprendiendo lo que es un amor no correspondido.

Izuku toma el brazo del Katcchan, llamando su atención haciendo que este levante la mirada. Esta vez no se enfada por la cara de preocupación de Deku, no se enoja al verlo preocupado por él, un recuerdo azota su memoria, cuando era tan solo un pequeño ofreciéndole la mano el día en el que cayó al rio, por su mente pasan las miles de veces en las que una mano se extendió para ayudarlo y él la rechazó pensando que lo estaban tratándolo como un cobarde y un maldito débil, y se arrepiente tanto de eso... como no pudo verlo antes.. y ahora era demasiado tarde, recuerda a un niño desbordando lagrimas porque su mejor amigo lo está golpeando, mira a un adolescente asustado cuando le dijo que es mejor que se suicidara... y lo mira ahora... aún después de todo, con una mirada preocupada preguntándole si estaba bien.