El bosque que colapsa | 2

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Ha pasado un mes desde el inicio de clases. Y he aquí, un pequeño de ojos verdes y cabello alborotado no deja de mirar al chico detrás de su asiento, ensimismado y algo decepcionado en cierto sentido. No lo mal entiendan, es solo que, Izuku ha intentado tanto y no ha tenido progreso alguno con el que se supone que es su alma gemela. No ha querido hablarle y lo evita en lo más posible, y aunque no se conozcan de nada, esto causa cierto dolor en su lastimada alma enamorada. Porque su comportamiento muestra distancia, mas su alma lo llama con impaciencia.

Izuku piensa que tal vez se esta reprimiendo demasiado.

"Es usual que en cuanto se conocen, las almas gemelas se llamen entre ellas, te recomiendo no suprimirlo demasiado, puede traer consecuencias a futuro"

Eso había dicho el médico, desde el incidente fuera de la academia, el pequeño peliverde había tenido algunos problemas para dormir y concentrarse, alguna que otra fiebre no muy alta por las noches y una atracción suprimida hacia Shoto, creía que tal vez estaba empezando a volverse loco, todo resultó ser algo normal, tratado como un problema médico y poco visto debido a la rareza de las almas gemelas, la recomendación del viejo doctor fue pasar tiempo con su destinado porque asumía que aquella persona tenía los mismo síntomas... -como si pudiera- pensó, si tan solo pudiera hablarle no estaría en esta situación. Y no podía aceptarlo, esto evidentemente empezó a reflejarse en sus calificaciones, y al ser apenas el primer mes era preocupante. Por supuesto, sus maestros estaban al tanto del asunto tanto del joven Mirodiya como del hijo menor de la familia Todoroki.

Y es que ocultar almas gemelas jamás fue una opción viable, ni siquiera posible. Los dones de ambos se desataban sin previo aviso al estar cerca uno del otro, y no podían culparlos, eran síntomas normales, síntomas que aprendían a controlarse con el tiempo. Un tiempo que no estaban teniendo... y el mismo siguió pasando, día con día, semana con semana...

La lejanía de Shoto estaba empezando a desesperarlo, incluso estaba empezando a creer que quizá... ¿se decepcionó al verlo? ¿acaso no era de su agrado? Izuku jamás pensó demasiado en su apariencia, pero creía que, si bien no era un galán de algún drama romántico, tampoco llegaba a ser precisamente una basura completa. Pero debido a la reacción de quien se supone debería sentirse atraído a él instintivamente, estaba comenzando a creer que tal vez si era bastante desagradable. Y que el hecho de ser un hombre afectaba más toda la situación.

La voz de su maestro lo saca de sus pensamientos, está dando las últimas ordenes de nuevos entrenamientos y tareas que debían entregar.

- Eso es todo, puede retirarse

La voz de Aisawa se escucha por el salón dando finalizada la clase, y la mirada desesperada del bosque regresa hacia el invierno en busca de ser correspondida.

Y el frio azul solitario en sus ojos lo miraban de regreso, sin embargo, ante su presencia aparta su mirada al instante y tomando sus cosas de forma apresurada. Lo mismo de siempre... huía de él. No trató de perseguirlo esta vez, ya corrió demasiado detrás de Todoroki, semanas enteras intentando alcanzarlo... solo estaba un poco cansado, solo no sería hoy. Y lo miró irse por la puerta, Izuku bajó su mirada comenzando a recoger sus cosas también.

- ¿Por qué sigues aquí?

La voz de su amigo de la infancia resuena en su mente, se asusta un poco, usualmente no lo busca si no es para pelear contra él por alguna absurda razón que lamentablemente complace, porque es su amigo y así es katsuki

- Estaba apunto de salir

Dice con un tono calmado y con cierta distancia, no tiene ánimos de pelear o discutir hoy, menos con Katcchan.

Colores Gemelos | Tododeku (BokuNoHero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora