Seguir las instrucciones de la coreógrafa, aprender cada paso y pulir cada uno de ellos hasta que salga a la perfección era mi rutina. Pero estando acá, junto a estas cuatro chicas y una coreógrafa nueva, era más complicado concentrarme. Odiaba que la música estuviera constantemente interrumpida por los gritos de la gente. Las cinco ya sabíamos perfectamente que era lo que teníamos que hacer, pero una práctica nunca venía mal.
- Todos a sus posiciones - dijo alguien por un altavoz y todos fuimos a nuestros lugares. Esto iba a ser una tarde larga.
Bailar junto a bailarines profesionales o personas que acababan de empezar era una cosa, pero bailar junto a Kol me causaba dolor de cabeza. Su "baile" consistía en balancearse de un lado a otro y hacer algún que otro movimiento decente. ¿Cómo es que a mi hermana le gusta tanto?, me pregunté. Estábamos a la mitad de la grabación, cuando noto que Amanda, la señora con la que había arreglado las cosas para participar, se acerca corriendo y con una mueca en la cara al director. Yo continué bailando, pero mi mirada no se despegó de ellos dos. Ella le dijo algo, y él pareció enojarse, pero Amanda le dijo algo que hizo que este se parara y...
- ¡Alto! -parecía alterado y preocupado. Todos en el lugar se quedaron quietos, incluyéndome. ¿Qué había pasado? Amanda y él se acercaron a donde yo estaba, y se pararon delante de mí, como si Kol y las otras bailarinas no estuvieran ahí. ¿Qué estaba pasando? Mil cosas cruzaron mi mente, pero lo que dijeron no formaba parte de esas mil cosas.
- Cariño, tu madre ha llamado - cuando esas palabras salieron de la boca de Amanda, sentí como mis ojos se humedecieron. - Dijo que tu herma... - no escuché lo siguiente que salió de sus labios. Sabía perfectamente que había pasado.
Las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas, corriéndome el maquillaje y sacándome las ganas de bailar. Mi hermana tenía cáncer en los pulmones. A veces tenía uno de sus ataques y había que llevarla al hospital. Nunca se sabía que era lo que iba a pasar o como iba a terminar, por esa razón siempre estoy con ella. Únicamente me separo de ella para ir a las prácticas, pero cuando esto pasa siempre salgo corriendo aunque esté en medio de una pieza. Pero ahora no estaba con ella, estaba filmando un video musical y ella estaba sola. Yo no estaba para apoyarla en estos momentos como había prometido.
- Nahia, tu mamá dice que ella está bien - las lágrimas no paraban de salir aunque Amanda me asegurara que ella estaba bien -, y dice que Maya dijo que si volvías para verla te iba a matar lentamente.
- Quiero hablar con ella - fue lo único que dije. Amanda me tendió el celular y yo marqué rápidamente el número de mi mamá. A los dos timbres atendió.
- ¿Hola? - se escuchó que decía.
- Mamá, quiero hablar con Maya - mi voz delataba que había estado llorando. No dijo nada más, y a los segundos se escuchó la tierna voz de la niña de diez años que tanto quería.
- Bruja, si vuelves te voy a matar - supe que estaba sonriendo.
- Pero... - empecé a decir.
- Nada de "peros", estoy perfecta - hizo una pausa y supe que iba a decir a continuación. - Y deja de llorar, las brujas no lloran.
- Esta si lo hace - una risa se me escapó entre los labios.
- Y tampoco se ríen - ambas nos reímos. - Pero prefiero a una bruja que se ría mucho, a una que llore desconsoladamente.
- No exageres - dije mientras me secaba las lágrimas con el dorso de la mano.
- Tomy pasó por acá - una sonrisa se dibujó en mis labios. - Me trajo muchos caramelos.
- Más te vale guardarme un par - aunque seguía preocupada por ella, ahora estaba más calmada.
- ¡Nahia! - gritó del otro lado de la línea. - ¡Estas One Less Day! - Y la Maya de siempre volvió. No pude evitar soltar una risa. - Ahora, por tu pobre hermanita internada, pásame con Kol.
- Eso es chantaje - me quejé.
- No, eso es "aprovecharse de tu hermana mayor con talentos" - soltó una risa picara. - Eso lo aprendí de Tomy, tus amigos son una muy buena influencia.
- Si, ya lo veo - sacudí la cabeza. Miré a Amanda, y ella tenía una sonrisa plantada en los labios. - Me está chantajeando.
- ¿Por qué?
- Se está "aprovechando de su hermana mayor con talentos" - utilicé el mismo argumento que ella. - Quiere hablar con "su ídolo favorito". - Amanda soltó una risa y antes de que ella pudiera responder, el teléfono estaba en las manos de Kol y sonreía con complicidad en mi dirección.
El grito que Maya soltó cuando él dijo un simple "hola" se escuchó fuerte y claro hasta donde yo estaba. No sé que hablaban, pero él parecía muy entretenido. Pero mis alertas se prendieron en cuando él mencionó mi nombre. La única parte que capté de esa oración (o pregunta) fue mi nombre. Luego de unos minutos Kol me devolvió el teléfono sonriente.
- Tu hermana me cae bien - y entonces me di cuenta de que ella no había mencionado su problema. Era obvio. La gente suele poner otra cara cuando se entera de que una niña de diez años tiene cáncer. - Pero todavía no entiendo que es lo que te pasó.
- Ella... - callé a Amanda con la mirada. Maya odiaba que la gente supiera de su condición. No tenía muchos amigos, solía quedarse en casa conmigo, y a veces salíamos con Tomy. Pero no había mucha gente que supiera que ella tenía cáncer, ella prefería no decirlo.
- Pensé que había sido otra cosa - sonreí en dirección a Kol. Supe que no se había tragado esa mentira, pero iba a tener que conformarse con eso. Era verdad, no suelo mentir, pero esta es una de esas ocasiones en las que si lo hago.
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An Unknown Kiss
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Ballerine
RomancePara ella, "Las zapatillas rojas" era su mayor desafío. Para él, lidiar con la fama era un obstáculo. Pero ahora, su mayor problema será el amor. UNA HISTORIA CORTA TOTALMENTE ORIGINAL. ESTA PROHIBIDA SU ADAPTACIÓN COMPLETA O PARCIAL.