A little letter

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Estaba sentada en la sala de espera del hospital. Pero esta vez no esperaba entrar a ninguna habitación, ni algún resultado de un análisis. Simplemente estaba ahí sentada, pensando. Recordando.

Todavía no lograba comprender lo que había sucedido. No era posible que ella se haya ido. Se supone que la hermana mayor se va antes que la menor. No al revés. Eso no tenía sentido.

Sigue bailando. Eso fue lo que ella me pidió. ¿Pero cómo iba a hacerlo? No sentía las energías para hacerlo, no sentía las fuerzas para poder volver a hacer algo. Ella me había dejado, se había ido, y se había llevado cualquier atisbo de voluntad con ella.

No habían pasado más de dos horas y ya añoraba su sonrisa. Extrañaba esa forma suya de pedirme las cosas, de convencerme y de hacerme reír. Sabía que no estaba sola, pero sin ella algunas cosas dejaron de tener sentido.

— Me enteré de lo que sucedió —. No me había dado cuenta de que Kol estaba sentado a mi lado. No respondí, no sabía cómo. Ninguno decía nada. Yo no sabía que decir. No quería decir nada. — Puedes llamarme si necesitas algo — me dio un papel donde estaba escrito su número. Yo solo asentí.

~*~

El negro, las lágrimas y los pañuelos eran lo único que me rodeaba. Yo llevaba un vestido simple negro, unos tacos del mismo color, y mi cartera. Estaban por enterrar a mi hermanita, estaban por separarla definitivamente de mí.

— Y ahora, la hermana mayor de Maya dirá unas palabras — me tensé al escuchar esas palabras.

Me paré de mi asiento, y me dirigí al frente. Miré a los que estaban a mi alrededor. Tomy estaba al lado del asiento que yo había dejado vacío. Kol, quien había insistido en asistir, estaba más al fondo. No había mucha gente, solo algunos amigos de la familia y dos tías lejanas. Pero nada más. Me aclaré la garganta y comencé a hablar:

— Como todos acá sabes, mi hermana murió de cáncer — hice una pequeña pausa. Miré a Tomy, quien me sonrió como pudo, intentando darme fuerzas. — Ella siempre estaba sonriendo, siempre intentaba hacer a todos felices. — Una leve sonrisa se dibujó en mi rostro al recordar. — Y lo logró. Ella siempre nos sacaba una sonrisa a todos, sobre todo a mí. — Sentí como algunas lágrimas amenazaban con salir. — Y ahora, voy a leer algo que ella escribió una vez: — rebusqué en mi cartera y encontré el sobre cerrado. — "Queridas personas de mi funeral,

» Sé que mi hermana no va a poder decir nada, porque tiene la peor imaginación que existe para hacer discursos, entonces decidí que yo voy a hacer el discurso de mi propio funeral. Pero como esto de ser poco imaginativa es de familia, vamos a tener algunos problemas.

¡Tomy! Extráñame mucho, tanto que necesites dos cuerpos para poder hacerlo. Eres el mejor amigo de mi herma, pero te aseguro que eres como si otro hermano mayor (eso te deja fuera de la liga de hermanos menores). No dejes que mi muerte te desanime, sigue sonriendo y mostrando tu dentadura arreglada por frenillos. Consíguete una novia decente, una que piense en otra cosa que no sea... bueno, mi hermana no me deja decirlo, pero vos me entendiste.

Y, como se supone que cuando lean esto voy a estar con los angelitos, me voy a sincerar con vos, Thomas. ¿Te acurdas de tu novia Samatha? ¿Te acuerdas que me preguntaste como me caía? Bueno, yo te había respondido que sí, pero la verdad es que prefiero escuchar cantar a Nahia antes que volver a ver a esa chica (Na, no te ofendas, pero es la verdad)

Bruja, te prohíbo llorar. Como siempre te digo, las brujas no lloran y punto. Quiero ver tu sonrisa, nada más que eso. Quiero enterarme por mis amigos los fantasmas que estas por bailar "Las zapatillas rojas". Así que ve levántate de la cama, y ve al estudio a escuchar la insufrible voz de Madame Rose.

Los ama, Maya.

P.d: Tomy, nunca me diste mi bolsa de caramelos.

P.d.2: Nahia, confieso que fui yo la que rompió tu disco de vinilo de Los Beatles. «

No pude evitar soltar una risa. Levanté mi mirada, y me encontré con la de Tomy, quien sonreía divertido por lo que decía la carta. Me acerqué al ataúd, que tenía un gran adorno de flores blancas arriba, y dejé una barra de chocolate.

— Deuda saldada — susurré sonriendo.

~*~

An Unknown Kiss, Abb  

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