The life

El día

Afortunadamente para mí no todo es llanto y desesperación, las vacaciones de enero de 2014 hasta el día de hoy fueron las mejores dos semanas que pude haber tenido en mi vida, si alguna vez amé a alguna pesona fue en esos días, su nombre no es relevante pero puedo aclarar que era un hombre, un hombre puede amar a otro hombre tal como una mujer ama a otro hombre, él con diecinueve años de edad me superaba por mucho, pero esto nunca me interesó realmente. Al principio, los primeros días, era todo fantasías, fantaseaba con que me iba a despertar uno de esos días y él me daba un suave beso de buenos días como si fuera completamente normal, fantaseaba con que iba a sostener mi mano y susurrame al oído un te amo.

Pero no todo fueron fantasías, aún no sé si todo lo que me hizo fue por algún sentimiento que tenía hacia a mí, o me estaba usando, o simplemente me trataba como a su mono hermano menor.

-Así es como te veo, como a mi hermano menor.
Esas palabras me dolían más que un disparo. -Yo no quiero ser tu hermano menor...

Amaba cuando llegaba la noche y tirabamos un colchon en el suelo frente al televisor para ver una o dos películas, amaba cuando él se quedaba dormido a mitad de la película abrazado a mi, amaba sentir su brazo rodeando mi pecho, amaba el cosquilleo de su respiración en mi cuello.

-Adrián, Adrián, ¡Adrián!
Entre suspiros y quejas dijo -¿Que quieres?
-Tu entrepierna esta rozando mi pierna -Dije riendo-.
Rapidamente se alejó un poco, pero sin dejar de abrazarme, y dijo  -Listo, ahora déjame dormir.

Uno de esos días de vacaciones fuimos a caminar por lo que recuerdo era un río seco lleno de piedras por donde se podía caminar y con suerte no resbalabas por el moho pegado en las piedras.

-¿Esta es la clase de aventura que buscabas?  -Le dije colocando cuidadosamente un pie sobre una piedra-.
-En realidad quería pasar más tiempo viendo películas -Dijo-.
Sentí el rubor en mis mejillas pero estaba seguro que no se notaba porque el sol había quemado completamente mi rostro dejándolo colorado como un tomate -Esa idea me parece muy buena -Contesté riendo suavemente-.

Nunca pregunté si me amó, nunca, pero él ya sabía mis sentimientos hacia él, o eso creo, el último día de nuestras hermosas vacaciones me regaló una tobillera, él tenía varias en su tobillo.

-Toma esto, para que nunca olvides estas vacaciones -Dijo mi amor platónico-.
-Estoy seguro de que nunca las olvidaré -Contesté apenas en un susurro casi inaudible-.
-Nunca te la quites.
Me limité a asentir, tenía un horrible nudo en la garganta y si decía una palabra lloraría desconsoladamente, el fin de estas vacaciones me estaba matando.

Aún tengo puesta esa tobillera, y no me la quitaré.

Es una lástima que ahora él consiguió más amigos y vive en su propia casa y ahora para él yo ya no soy nada, ya no soy su hermano menor, ya no soy su amor imposible... simplemente soy un amigo más en su incontable lista de amigos. Pero aún así, siempre tendré su regalo y así para mí él nunca dejará de existir.