Después de la muerte de Florencia ya nada era como antes. Tenía esa culpa que parece se va comiendo todo dentro de ti. Necesitaba felicidad o amor. O si no iba a hacer algo que me parecía muy buena idea en ese entonces. Así que pensé en mis padres, pero ellos me ignoraban como si fuera un objeto de decoración más en la casa.
- Cariño ¿sabes en donde están mis llaves? - Preguntaba mi padre que tenía que salir por la noche. De seguro iba a un bar y de paso a un prostíbulo ya que mi madre no le daba la "satisfacción" que él quería.
- Fíjate sobre el lavarropas - Contesté solo porque quería que se fuera.
- Gracias amor.
- ¿Eh?Necesitaba volver a sus vidas. Necesitaba todo el amor que pudieran darme, pero no iba a ser sencillo.
- Mamá - Ella estaba escribiendo algunas cosas me parece.
- ¿Mh? - Dijo sin levantar la vista de lo que sea que estaba escribiendo.
- ¿Queres jugar al truco?
- Cariño, ahora no puedo.
- No importa, será después - "Después"Puede que mi paciencia sea infinita pero si se trata de mis padres ellos si saben como exprimirla y que no quede nada.
- Pa, ¿Te ayudo con algo? - Estaba cocinando, era una de las pocas cosas que me gustaba que hiciera.
- Esta receta es demasiado compleja hijo, déjame que la haga yo sólo.
- Esta bien - ¿En serio? ¿Demasiado compleja? Si es demasiado compleja podría ayudarte a hacerla mejor. Pero no insistí porque estaba más que claro que él no quería que yo lo ayudara.Estaba muy claro que no iba a sacar nada de amor de ellos, estaba furioso, definitivamente no eran buenos padres. Lo único que les importaba era él dinero que conseguían con sus empleos. Nunca supe porque mi madre no se divorció de mi padre, ella ya tenía más que claro que él le era infiel, quizás porque si estaba con él tenía más dinero o quizás porque no le importaba o quizás porque ella también le era infiel y así se pagaban con la misma moneda y estaban "a mano". Estaba muy enojado con ellos así que dejé que toda mi ira les pegara en la cara en la cena de navidad, era la única ocasión en la que estábamos todos juntos en una misma mesa. No sé si lo que hice estuvo bien o mal, eso ya no me importa.
Al fin, la noche ha llegado. Hoy les diré todo, les diré todo. Corrí mi silla hacia atrás y me puse de pie, dudando de mis palabras corté el silencio de la habitación diciendo:
- Mamá, papá. Quisiera decir algo - Hablaba mientras les veía directo a sus ojos, frios y desconcertantes ojos.
- Claro Mateo, puedes decirnos lo que quieras - Habló mi madre mirándome muy impresionada.
- Miren... Estos últimos años han sido muy difíciles para mí. Y al parecer ustedes no lo han notado - Hablaba con mucha inseguridad.
- ¿Te molestan en el colegio? - Preguntó mi padre, muy curioso al parecer.
- Eh, no ¿Recuerdan a la chica que era mi amiga y se suicidó? Bueno, ella era muy cercana a mí . Ella... - Se me fue la voz y no pude hablar. Rápidamente mis ojos se llenaron de lágrimas al recordarla. Mis padres me miraban impactados, esperando que continuara. Bien, si seguía así no iba a poder decir nada, respiré y me sequé las lágrimas con mis dedos.
- ¡¿Al menos pueden decir algo?! - Dije casi gritando.
- Eh yo... nosotros - No quería que mi padre siguiera con otra de sus mentiras y agregué:
- No, no papá. Ya es demasiado tarde ¿Saben lo que he sufrido? - Esta vez hablaba con seguridad - ¡¿Tienen una idea de todo el sufrimiento por el que he pasado?! Dan lástima como padres, hubiera preferido que me tiraran en un basurero cuando era bebe antes que haber sido criado por ustedes - Al parecer eso fue un golpe bajo para mi madre que bajó la vista avergonzada y no estoy seguro pero creo que vi algo llorosos los ojos de mi padre. Pero recién empiezo - Les importa tanto su dinero que se han olvidado de que tienen un hijo - Cada vez mi tono de voz aumentaba un poco más - ¡¿Acaso soy un hijo decorativo?! ¡¿He sido un accidente?! - Y por segunda vez en la noche, mis ojos se llenaron de lágrimas. Pero esto no significaba que no bajara mi tono de voz. Seguí, ignorando las lágrimas - Me parece que sí, porque me ignoran como a un accidente. Como si nunca hubiera ocurrido. Al menos sab... - Y esta vez era el turno de interrumpir de mi padre:
- ¡No nos puedes hablar de esta manera! - Dijo levantándose de su silla y quedando a mi altura.
- ¡¿Como?! ¡¿Diciéndoles toda la realidad que tanto han intentado ocultar?! - Mi madre simplemente se limitaba a mirar abajo sin decir una palabra.
- ¡Esto es una gran falta de respeto jovencito! - No podía faltar el "jovencito".
- ¡Si solo sintieran un segundo de mi dolor! - Continué, ignorando su comentario - ¡La pena, la culpa, la pérdida...! El dolor de un corazón roto... - A esto último lo dije en un tono mucho más bajo. Ellos me observaban, veía la furia en los ojos de mi padre y la angustia y la pena en los de mi madre, estaba seguro que ella estaba llorando. Por un momento sentí pena por ella, no se lo merecí... no, si estoy haciendo esto es porque en verdad se lo merecen - No tienen idea... todo el dolor... - Bajé el tono de voz a uno que parecía se quebraría en cualquier momento - Si solo hubieran sido mejores padres... - Y hasta aquí llegué, me dejé llevar por el llanto y caí sin fuerzas en mi silla y allí me llevé mis manos a mi rostro y lloré silenciosamente en frente de mis padres. Mi madre corrió su silla hacia atrás para luego ir caminando hacia mi lugar en la mesa. Y en el momento en el que sentí que puso una de sus manos en mi hombro retrocedí hacia atrás evitando su contacto como si fuera ácido y tirando mi silla al suelo. Me miró muy desconcertada.
- No, aún hay algo que tengo que decirles. Me tienen que aceptar por completo para que les perdone - No tenía pensado decirles esto, pero si quiero estar seguro de que me aman tengo que decirles todo - Soy gay... - Las palabras quedaron flotando en el aire por unos segundos, solo se escuchaban los estallidos de los fuegos artificiales en el exterior.
- Hijo nosotros te amamos, independientemente de cual sea tu sexualidad - Me habló mi madre con los ojos rojos y con una triste sonrisa en su rostro.
- ¿Que sos qué? No, no, no, no. En esta casa no se crían maricas - Como si fuera que me importa tu opinión maldito.... No, debo mantener mi compostura. Es mi padre y lo será por siempre, aunque sea un maldito viejo decrépito.
- Papá, si realmente me amas, dejarías que viviera mi vida tal como soy - Le dije mirándolo a los ojos.
- Te amo, pero... No puedo aceptar esto... Te podemos conseguir un psicólogo o alguien.
- ¿Podemos? - Mi madre lo miraba ofendida - No voy a ser parte de arruinar la sana mente de mi hijo con drogas y mentiras intolerantes.
- Necesita ayuda mi amor -Dijo él.
- La única persona que necesita ayuda en esta casa eres tú, y no te atrevas a llamarme "mi amor" otra vez, ya no soy nada para ti. Ve con tus malditas asistentes para que te den todo el placer que quieras.
- ¡Eres una perra, eso es lo que eres! - Dijo mi padre señalandola con su dedo índice.
- Vete de aquí no quiero seguir viendo tu horrible rostro un segundo más.
Él salió de la casa con un portazo detrás de él.
- Hermosa Navidad - Dije para calmar el incendio.
Y ella fue corriendo hacia mí para abrazarme.Al final mi madre se terminó divorciando y mudándose. Claro, me llevó con ella. Durante unos meses nos quedamos en un gran departamento en el centro de la ciudad. Pero mi mamá no quería saber nada de vivir en una "caja" como ella le decía, así que compró un terreno alejado de la ciudad, pagó a los constructores más caros que encontró y en unos meses ya estábamos durmiendo en la casa. Esta casa es acogedora y cálida, no fría y vacía como la anterior. Veía a mi padre de vez en cuando hablando con mi madre del papeleo del divorcio cuando mi papá venía aquí a... bueno eso, a hablar del papeleo del divorcio, no hacía más que eso. Resultó que solo mi madre me amaba de verdad, él no.
Y aquí estoy, acostado en mi cama relajándome. Supongo que he pasado la tormenta y ahora estoy en el valle con flores rosas y un arcoiris resplandeciente ardonando el cielo. Olvidar mi pasado será imposible. De vez en cuando las tragedias de mi pasado vendrán a mi mente durante las noches, pero no tendré que enfrentarlas solo, porque mi madre estará ahí. Ella me apoyará siempre que pueda y me dará todo el amor que necesite, porque eso es lo que hace una madre. El camino de mi vida ha sido difícil pero por haberlo cruzado y salir vivo me ha recompensado, quien sabe a lo mejor las recompensas van a seguir llegando o va a venir otra tormenta que se lleve todo y tendré que comenzar de cero. Estaré preparado para cualquier cosa que venga.
Gracias mamá.
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Gracias por leer.
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The life
Short StoryTe podría sorprender cuanto sufrimiento puede haber en la vida de una persona. La vida te sorprende, pero algunas personas no están preparadas para esas sorpresas. Una de esas personas es Mateo, el protagonista de esta historia, él ha afrontado much...