Capitulo 4

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Cuando llegó al penthouse, Amy se encontró con los Wells y con su madre con las maletas listas. Les sonrío a sus suegros y beso a Teddy, y seguía sin sentir esa chispa que todo el mundo siente.

-Querida, que bueno que llegaste-dijo Camila-solo falta que revises tu habitación, a ver si falta algo, lo bajes junto a tu maleta y subas todo al auto de Teddy-.

Amy entró a su cuarto, y no pudo evitar que los recuerdos la invadieran. Sus pensamientos nocturnos, sus charlas con Teddy, sus llantos, sus risas; toda su vida estaba en esa habitación. Sin embargo, limpió la tristeza de su rostro y de su mente, y empezó a revisar cada rincón de la pieza, para no olvidar, dentro de lo que podía llevar, nada de sus pertenencias.

Cuando estuvo lista, bajó al auto de su novio y dejó sus cosas en el maletero. Ella y Teddy se irían en su auto y su madre con sus suegros irían en una mini van que habían rentado para poder llevar las camas.

-En el departamento nuevo, ¿tienen agua caliente y luz?- preguntó Teddy luego de un rato.

-Si, el señor Rogers, el casero, dijo que estaba dentro del alquiler que ya pagué esta mañana- respondió Amy, mirando por la ventana. Sintió la mano de Teddy en su pierna y ella la sacó sutilmente,-Teddy-lo miró- no confundas las cosas, sabes que yo te quiero, pero recuerda que estamos juntos por el acuerdo que hicieron nuestros padres. Ahora sé el motivo, las deudas del mío.- dijo Amy mirando a su "novio". Él sólo se limitó a asentir.

En lo que quedaba de camino, Amy no pudo evitar pensar todos los años en los que vivió una mentira; desde hace ocho años que sus padres sabían de sus problemas de dinero, y aún así, nunca redujeron los gastos, ni cambiaron el estilo de vida refinado que llevaban. Amy entendía que, cuando era pequeña, no hubiese entendido, pero al crecer, ella podría haber ayudado a mejorar las cosas, y a lo mejor, ella y su madre no estarían envueltas en esta situación. Esto la llevó a pensar que sus padres no confían lo suficientemente en ella y que su único "aporte" dentro de la solución era casarse con el hijo de uno de los amigos millonarios de sus padres, lo cual la hizo sentirse mal consigo misma, creyendo que no era capaz de nada más. Estos pensamientos la abrumaron, hasta que el auto se detuvo y miró hacia afuera. Su nuevo hogar. Los malos pensamientos desaparecieron y se concentró en pensar que su vida cambiaría, y Amy intentaría que fuera para mejor

Ever since New York -Peraltiago AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora