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Y sé muy bien que no estarás.

No estarás en la calle,

en el murmullo que brota de noche

de los postes de alumbrado,

ni en el gesto de elegir el menú,

ni en la sonrisa que alivia

los completos de los subtes,

ni en los libros prestados

ni en el hasta mañana.

No estarás en mis sueños,

en el destino original

de mis palabras,

ni en una cifra telefónica estarás

o en el color de un par de guantes

o una blusa.

Me enojaré amor mío,

sin que sea por ti,

y compraré bombones

pero no para ti,

me pararé en la esquina

a la que no vendrás,

y diré las palabras que se dicen

y comeré las cosas que se comen

y soñaré las cosas que se sueñan

y sé muy bien que no estarás,

ni aquí adentro, la cárcel

donde aún te retengo,

ni allí fuera, este río de calles

y de puentes.

No estarás para nada,

no serás ni recuerdo,

y cuando piense en ti

pensaré un pensamiento

que oscuramente

trata de acordarse de ti


¿. . .?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora