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Recordar.

Tocaba las hojas de su cuaderno con tranquilidad.

Sus dedos identificaban las palabras.

"El sol brilla, aún no puedes ver"

¿Qué mierda decía ese libro?

"¿Solitario?, Solitario niño. Pequeño inútil"

Acaso ese libro era para hacerlo sentir mal, por qué lo estaba logrando.

"Muchas veces lo escucharás, pero, eres mejor que ellos"

Cerro su libro, ya no quería leer nada.

"Me gusta ir a los parques, por qué era mi refugio en mi niñez"

"Me gusta salir a caminar, por qué veo a la gente hablar"

"Me gusta tu sonrisa"

"Me gustan tus ojos, Gustabo"

Oh, Horacio le había dicho esas palabras, su carita de cuando lo dijo fue borrosa.

-Ya... Te estoy olvidando- Gustabo abrazo su almohada, sabía que ese momento llegaría, pero no pensaba que sería tan pronto.

Sus lágrimas salieron de sus ojos.

"Perla, está bien. Todo va a estar bien"

No Horacio, nada va a estar bien... Dentro de su cabeza trataba de recordar su rostro.

-¿¡Horacio!?- grito levantándose de su cama, tropezando con sus pies.

El golpe fue fuerte pero aún así camino a la puerta, gateaba buscando el borde de la puerta.

"Temporal... Temporal"

No lo encontraba, buscando desesperadamente. Se golpeaba sus manos con todo lo que se apoyaba del suelo, hasta que por fin dio con la pared, ¿Por qué no tomó su bastón?.

Se levantó apoyándose en la pared, saliendo de la habitación.

-¡Ho...horac..io!- su lloriqueo le hizo que su voz se quebrará.

-¿Gustabo?- la voz de Horacio sonó detrás de él- ¿Que paso, que sucede?

Su respuesta fue un abrazo fuerte, llorando en su pecho.

Tenía razón, poco a poco olvidaría a todos.

(...)

"Otro éxito más para Horacio y..."

Sus lágrimas caían. Aún no se lo creía.

Conway no lo miraba, sus lentes podían cubrir sus ojos pero no sus lágrimas.

-Horacio, yo...-

-Conway... no es necesario... yo... no pude, ¡no pude!- Grito en su desesperación. 

(...)

-Gustabo, ¿Recuerdas las voces de tus secuestradores?-

-Si, uno creo que era un chino- hablo rápido y sin darle importancia.

-Ok, un chino-

-Otro hablaba muy lento y tranquilo- lo dijo como si lo que decía le aburriera.

-Aja, bien-

-Otro hablaba como mexicano, eso creo- pensó por un momento que aquel mexicano era el muerto de Pablito.

-¿Mexicano?- la voz sonó dudosa

-Si- afirmó.

(...)

-Así que ustedes son la dichosa mafia, ¿Yun Kalahari?- Conway miraba al chino...

-No sé de qué hablas- el de cabellos rojos se burló.

Su nariz sangraba, estaba siendo golpeado cruelmente por el demente policía.

-Vete a el infierno...

Fue sus últimas palabras, Antes de caer inconsciente en aquel cuarto de interrogaciones.

(...)

-Horacio, ¿Cómo eres?- Gustabo lo "miraba" una miraba muy triste.

-Gustabo... Tócame, puedes sentirme- llevo una de sus manos a su cara, dejando que el chico sintiera cada poro de su piel, cada vello, cada arruga, todo su cara.

-Eres muy hermoso Horacio.

-Tu lo eres mas, mi héroe. Te quiero Gustabo.



Esta historia tendrá solo 5 capítulos, y si me salen los cojones católicos 6 pero no mas. Un beso. 

Ciego. FINALIZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora