CAPITULO 2.- LA INFANCIA DE YUUL LETENITÉ (parte 2)

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Fue lo último que alcanzó a escuchar Yuul.
Cuando despertó se encontraba en una gran habitación, era muy linda, se levantó de la cama con un pequeño dolor de cabeza, observo todo antes de dirigirse a la puerta, cuando llego a ella intentó abrir, pero está estaba cerrada bajo llave, afuera había dos guardias.

-Les ordeno que me abran

-No podemos hacer eso princesa, tenemos órdenes de no dejarla salir, espere un momento, hasta que llegue el príncipe Icaboth.

-¿En dónde me encuentro?

-Está en el castillo de Morkets Rige, es un honor tener al Oraculo de Trampste en nuestro reino.

-Sí, claro…

Se alejó de la puerta y se limito a revisar toda la habitación, en el armario había muchos vestidos, lamentablemente la princesa no usaba vestidos largos, prefería vestidos cortos o pantalones muy pegados, ya que le gustaba mucho el tiro con arco y era muy buena en ello, con un vestido así nunca lograría lanzar una flecha.
En la habitación había muchos osos de peluche, a ella le encantaban, pero no pensaba demostrarlo, así que decidió ignorarlos, fue muy difícil para ella. No confiaba en Icaboth, ella pensaba que intentaría enamorarla, así que realizó un hechizo que su abuela le enseñó, le dijo que cuando no estuviese segura de querer enamorarse de alguien encerrara su corazón en algún objeto, pero le advirtió que si lo hacía sería muy difícil enamorarse de alguien en un futuro. A pesar de eso, ella lo llevo a cabo, y encerró su corazón en un colgante que su madre le regaló cuando tenía 10 años, justo cuando ella termino de hacer el hechizo entró Icaboth.

-¿Como estas mi querida princesa?

En ese momento Yuul sin querer vio uno de los sueños de Icaboth, se vio a ella, con un vestido blanco en una iglesia, él estaba parado a lado del altar, todos parecían muy felices, en ese momento Yuul cometió el error de empezar a creer en él.

-¿Por qué me encierras en esta habitación?

-Es por tu seguridad, yo solo quiero lo mejor para ti, quiero ser feliz a tu lado, quiero hacerte la mujer más feliz del mundo.

-¿Cómo se que no estás mintiendo?

-Tú misma viste mi sueño, mi sueño es llevarte al altar, con una gran sonrisa en el rostro, quiero hacerte feliz cree en mi por favor.

En ese momento Icaboth se arrodillo y le besó la mano, Yuul estaba acostumbrada a ello, pero está vez era diferente, sentía algo extraño en aquel beso.
A partir de ese momento su vida fue muy agradable en Morkets Rige, siempre se levantaba temprano para cabalgar un poco en su corcel blanco y practicar su tiro con arco, enseguida de ello volvía al castillo a almorzar con Icaboth las platicas que se llevaban a cabo eran muy interesantes, hablaban de todo tipo de temas, desde política hasta magia, una vez Yuul le preguntó a Icabot si no le molestaba que hablaran de la forma en la que gobernaba su reino a lo que él le contesto que no, ya que ella también sería reina y debía saber todo sobre Morkets Rige. Después de ello, hacían distintas actividades, a veces salían a caminar a los jardines, o acudían al pueblo a comprar cosas para yuul, o incluso se escapaban de los deberes reales y se iban a otros reinos a divertirse. Por las noches a veces cenaban con todos los sirvientes del castillo, o acudían a fiestas reales, se escapaban y se dormían en bosques hermosos o algo por el estilo, en múltiples ocasiones Icaboth intentaba besar a Yuul en los labios, pero esta lo evitaba y cambiaba de tema o simplemente se alejaba, ella aún no confiaba completamente en él, cualquier chica pensaría que estaba enamorada de él, pero no era así, después de todo su corazón lo había escondido en un collar que le habían regalado y nadie sabía de él, era imposible para ella enamorarse.
Su vida era un cuento de hadas, Icaboth era atractivo, su reino estaba bien, Morkets Rige era hermoso, sus paisajes, sus habitantes, todo era perfecto, hasta que cumplió 15, después de su cumpleaños todo cambió.

La Ladrona de SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora