Capítulo 13

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Los días pasaban, y poco a poco se acostumbraron a una nueva dinámica.  Erika, Omar, y Mariana formaron esa pequeña y feliz familia que nunca imaginaron tener, una llena de amor, cariño, y atención.  Mariana intentó varias veces hablar con Elena, pero nunca le contestó las llamadas, y decidió dejarlo por la paz, aunque doliera en su corazón, y vivir su nueva vida al lado de Erika y su papá.

En la construcción del restaurante...

Omar: Hola mi vida, ¿para que me citaste? (Preguntó entrando a la oficina móvil)

Erika: Hola amor (se levantó de la silla, rodeando su cuello con sus brazos y dándole un dulce beso).

Omar: Hmmm, tus besos saben a fresa.

Erika: Justo eso estaba comiendo (dijo riéndose). Te cité por que te tengo una sorpresa.

Omar: ¿A si? ¿Cuál es? (Sus manos rodeando su cintura la estrecho más a su cuerpo, besando su cuello)

Erika: Amor, espera (jadeó suavemente)

Desde que Mariana se había mudado con ellos no habían tenido muchas oportunidades de estar juntos a solas, pues el departamento era pequeño y les daba pena que ella los fuera a escuchar.  Tomaban cualquier oportunidad que se les presentaba para amarse, y se morían de las ganas por estar juntos.  

Erika, se separó, tomando su mano, y se rio al ver el puchero en el rostro de Omar.

Erika: Mi amor, ¡el restaurante está terminado!

Omar: ¿En serio? ¡Que buena noticia!

Erika: ¡Si! Vamos para que lo veas. 

Tomados de la mano se dirigieron hacia el restaurante.  Esa tarde los trabajadores ya se habían marchado, y se encontraban solos.  Al entrar Erika prendió las luces, y Omar se quedó sorprendido.  Solo faltaban los muebles, plantas y decoración, pero todo había quedado perfecto, justo como se lo había imaginado.  El lugar tenía un ambiente bohemio, techos bajos de madera, paredes blancas, largas ventanas, espacios grandes, una barra de bar magnifica.

Omar: Esta espectacular, mi vida. Justo lo que tenía en mente.

Erika: Me alegra que te guste.

Omar: Sabes, en dos semanas es el cumpleaños de Mariana.  Dijo que no tiene ánimos de festejar, pero podríamos combinar la inauguración con una cena privada para nosotros en la terraza.  Invitamos a Mauro. 

Erika: Me suena bien.  En esos días mi amiga Natalie viene a visitar, la podemos invitar también, para que la conozcan.  Es un poco loca pero les caerá bien.

Omar: Estoy seguro que sí.  Ahora, en que me quedé..

Omar tomó a Erika de la cintura, acorralándola a la pared, y apagó las luces para que no se viera para adentro.

Erika: Omar.. (jadeó) te deseo tanto..

Omar la tomó de la nuca, enredando su mano en su pelo, y sus labios se unieron en un beso lleno de pasión, de un deseo desenfrenado que los consumía por dentro.  La mano de Erika bajó a su pantalón, desabrochándolo coló su mano adentro, acariciando su hombría.  Omar soltó un gemido que fue abogado entre sus labios.  Erika bajó, y liberándolo de su pantalón tomó a Omar en su boca, besando, acariciando con lengua.  Omar jadeando la tomó del pelo, perdido en placer, hasta que ya no pudo más.  Tomó a Erika de los muslos, subiéndola a su cintura, acorralándola de nuevo contra la pared.  Subió su vestido, rompiendo la panty de su cuerpo, y entró en ella de una ves, haciéndola soltar un fuerte gemido.  Erika rodeó su cintura con sus piernas, y se aferraba a su espalda, apretando fuerte con sus manos, ahogando sus gemidos en su cuello.  Omar la sujeto de su trasero, apretándolo, y se movía rápida y vigorosamente, volviéndola loca, hasta que los dos llegaron a ese climax maravilloso que los dejó sin aliento y con piernas temblorosas. Sus cuerpos vibrando de placer.  Omar la bajo cuidadosamente, abrazándola mientras controlaban su respiración.

Erika: Valió la pena la espera (dijo riéndose y escondiéndose en el cuello de Omar) Me debes un par de panties.

Omar: Te compraré todas las que quieras (riéndose) Eres maravillosa mi amor.

Con sonrisas cómplices cerraron el restaurante con llave y se dirigieron a su hogar.

Mansión de Elena...

Elena se encontraba en el despacho revisando unos papeles, tomando de una copa de vino.

Elena: ¿Estás seguro que estos papeles pasarán por reales si los inspeccionan?

Eduardo: Estoy seguro linda. ¿Cuando te he fallado?

Elena: Nunca, si no no me servirías y no estarías a mi lado.

Eduardo: Ay, que dura eres conmigo Elenita.

Elena: Edu, sabes que lo nuestro siempre ha sido una relación de conveniencia. Diversión de vez en cuando (se sentó en sus piernas, besándolo) y negocios el resto del tiempo.

Eduardo: Yo lo sé, y no me quejo (acarició sus piernas) ¿Que sigue entonces?

Elena: Pues con este testamento todo quedará a mi nombre. Solo hay que esperar el momento oportuno para que la muerte de Omar parezca un accidente.

Eduardo: Eres malvada, Elena.

Elena soltó una carcajada. Terminando el resto del vino de su copa.

Elena: Los muy estúpidos creyeron que me quedaría tranquila tan fácilmente mientras ellos son felices, pues no. No me voy a quedar con solo las migajas, yo lo quiero todo, toda la fortuna de Omar. Y nada me dará más gusto que verle la cara a esa idiota de Erika cuando pierda su familia perfecta, como lo hizo conmigo. Que sufra la desgraciada.

Con su plan en marcha Elena estaba decidida a terminar con la felicidad de Erika y Omar, sin importarle el sufrimiento que podría causarle a su propia hija.

Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora