RECUERDOS.

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» ️Jueves, 25 de Enero 2014.

Mis manos sudaban, mis pies se movían de un lado otro mientras esperaba que él abriera la puerta.

¿Que tanto puede tardar en bajar de su recámara?.

El regalo que le traía ahora descansaba a un lado de la puerta, recargado a la pared, para que él no lo viera cuando saliera a recibirme. Estaba nerviosa, no sabía si le gustaría y eso me estaba matando. Solté y sujete nuevamente mi cabello, hasta que por fin sonó el seguro de la puerta y en cuestión de segundos apareció el recargado en el marco de la puerta.

Nadie hablo.

Sentía como me observaba de arriba abajo, mientras que yo miraba mis pies y seguía jugando con mis manos. Después de un rato, levanté mi mirada y el seguía ahí, pero ahora él observaba fijamente mis ojos mientras que una sonrisa comenzaba a dibujarse en su rostro.

—Tanto tiempo sin vernos, y aún sigues siendo demasiado tonta, Issy. —soltó mientras reía—. Ven, pasa.

El se dió la vuelta y comenzó a caminar al interior de su casa. Yo confundida por lo que había dicho, tome el regalo del piso y lo seguí, lo seguí hasta que llegamos a su sala de estar. Dejé el regalo en la mesita y me senté a su lado, tratando de tocar algún tema y dejar este silencio incómodo a un lado.

—Te traje un regalo, no se si vaya a gustarte. Aunque espero que sí, por qué...

Me interrumpió: —Shhh, todo lo que venga de ti me gusta, Isabella.

Y al escuchar eso, me sonroje. El se paró de su lugar y se dirigió hacia la grande caja que estaba sobre la mesita con un moño rosa adornando la tapa.

—¿Rosa?¿Enserio? —preguntó, mientras reía.

El observaba la caja como si no quisiera abrirla, como si quisiera dejarla así por siempre. Pero aunque quisiera, eso sería imposible. Mi regalo moriría asfixiado si no le entraba aire ahora.

—Abrelo. —le pedí—. Mi regalo necesita aire, Hood.

Y fue lo único que tuve que decir para que él levantará la tapa y sorprendido tomará lo que venía dentro de ella.

—¿Un perro?¿Me estás regalando un perro? —preguntó, confundido.

⤵️⤵️⤵️⤵️

Los tres estábamos acostados en la cama de Calum, Duke(así lo había llamado Calum al perro) se encontraba recostado en el pecho de Calum, mientras que él rascaba su pancita. Yo estaba a su lado, observando como jugaba con Duke, como a veces le pasaba los dedos por la nariz para que él perro lo mordiera. O, como lo hacía enojar pero al final terminaba rascando su pecho o su pancita para hacerlo feliz, de nuevo. Así estuvimos por un rato, hasta que Duke se cansó y se durmió, decidimos dejarlo en la cama rodeado de almohadas, para nosotros bajar a la cocina y platicar.

—¿Cómo te fue con tu papá, Issy? —preguntó Calum, mientras se sentaba en el taburete del otro lado de la barra—. Estuve esperando un mensaje tuyo, para vernos de vez en cuando, pero nunca lo recibí.

Hace un año, decidí irme a vivir con mi papá. Calum se negaba a eso, decía que como podía ir a vivir con una persona que años atrás me hizo daño, qué el podría hacerlo de nuevo, pero aún así lo ignore. Y me enojé profundamente con él, que decidí ya no hablarle. Me sentía mal, porqué él no apoyaba los cambios que buscaba hacer, yo en ese momento pensaba que el era un egoísta que solamente me quería tener para él, pero no era así. Y por eso había vuelto. Porqué como siempre, el tenía la razón. Mi papá no lo pensó demasiado para tratar de hacerme daño de nuevo.

—Perdón. Enserio, Perdón. —dije mientras lo observaba fijamente—. Yo no sabía que él volvería a tratar de hacerme daño. Pero solo entiendeme, no tengo una familia a quien buscar. No puedo depender siempre de ti, quería pasar tiempo con él y tratar de pensar que el había cambiado. —dije lo último casi en un susurro, y no porqué no quería que escuchará, sino, porque mi voz ya no sonaba lo suficientemente fuerte, mi garganta picaba y el nudo que se estaba formando en ella, cada vez era más grande.

»Extraño demasiado a mamá, a mis abuelos, pero no puedo hacer nada porque ellos ya no están. Solo lo tengo a él. Y ah pesar de que me ha hecho tanto daño, para mí sigue siendo mi padre. Y no sabes lo tanto que me odio por seguirlo queriendo, pero esa es la realidad. —suspiré—. No se que hacer, Calum. Mi vida en estos momentos apesta, y no veo una salida para ser feliz. Para salir de este hoyo en el que yo sola he cavado.

Calum me observaba fijamente, yo apenas y podía mantener mi mirada sobre la de él. ¿Porqué me ponía tan nerviosa? Iba a hablar de nuevo, cuando el me interrumpió.

—Todo estará bien, yo estaré para ti, siempre. Para ayudarte a salir de todos los hoyos que cabes tu misma, porqué para eso estamos los mejores amigos, no? —dijo, mientras me dedicaba una pequeña sonrisa. Y yo sin poder aguantar, comencé a llorar.

Yo no merecía tener como mejor amigo a Calum Hood.

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