Habían pasado dos semanas desde que YongSun había llegado a aquel castillo. La reina había cambiado su actitud con ella notoriamente, pues ya no le gritaba o trataba mal.
La rubia ya lo sabía; sentía que aquella reina era su destinada, pero simplemente no lo quería creer, al principio la Alfa había sido muy mala con ella. Tenía miedo de ser cruelmente rechazada por aquella Alfa, pues YongSun debía admitir que aquella reina se le hacía demasiado atractiva, pero el rencor aún estaba allí.
Por otro lado, MoonByul no quería caer ante el encanto de aquella Omega. Se estaba empezando a enamorar, pero ella no lo podía aceptar, no podía caer por una simple Omega, no siendo la reina.
Ya era hora de la cena, por lo que YongSun se dirigió al comedor con la compañía de HyeJin, quien comería también allí al ser quien cuidaba de la rubia.
MoonByul estaba en la punta de la mesa, a su lado derecho estaba YongSun comiendo y HyeJin se encontraba al otro lado de YongSun. La cena era silenciosa, como todas las demás. Pero en ese momento, el silencio fue interrumpido debido a la puerta siendo abierta, dejando ver a un sirviente entrando.
-Su majestad – aquel sirviente se inclinó – le ha llegado una carta del reino de Daegu – Se acerco para entregar la carta a la reina.
-¡Retírate! – exigió la reina en cuanto tuvo la carta en sus manos.
El sirviente hizo una última reverencia y se retiró. MoonByul empezó a leer lo que decía la carta y gruño, HyeJin se confundió debido a la actitud de la reina. La Alfa noto la confusión de HyeJin y le entrego la carta, en cuanto HyeJin la leyó, jadeo sorprendida, pero con una sonrisa, mientras que YongSun decidió ignorar lo que estaba pasando.
ΩΑ
A la mañana siguiente YongSun se levantó animadamente y decidió bajar al comedor a desayunar. Ella noto que MoonByul no estaba allí, pero le restó importancia, ella comería sola con HyeJin.
YongSun decidió ir a su habitación, pero fue detenida, sintió que alguien agarro su mano. Al voltear, pudo ver a HyeJin con el rostro animado.
-YongSun, necesito que te pongas esta vestimenta – HyeJin le entrego una ropa más fina y elegante.
-¿Qué? ¿Por qué? – pregunto confundida.
-Habrá visitas de otro pueblo y todos lo que viven en el castillo, deben ir a recibir a los invitados – sonrío la Omega mayor.
-Está bien – dijo para agarrar las prendas e ir a su alcoba.
YongSun se cambió con la ropa que le indico HyeJin. La rubia se veía muy bonita, pues esa ropa le hacía ver muy elegante y radiante.
YongSun bajo y fue a donde se suponía era la entrada del castillo, en la puerta estaba MoonByul y HyeJin a su lado. Estaban todos los sirvientes en la fila a los lados del pasillo, dejando ver aquel pasillo ordenado y prefecto.
HyeJin le dijo a YongSun que se acercara a ella, por lo que YongSun se puso al lado de la mayor, quedando MoonByul en medio y las dos Omegas detrás de ella, una a cada lado; HyeJin a su izquierda y YongSun a su derecha.
Las puertas fueron abiertas, dejando ver la parte de afuera, donde había un carruaje azul con detalles de oro. De allí bajo una chica, aquella chica era pálida, cabello negro y ojos azules. Detrás de ella salió otra chica, tenía el pelo con tonos rojizos, entrando un poco en conflicto con sus ojos color ámbar.
-¡Den la bienvenida a la reina de Daegu, Bae JooHyun y a su Omega Bae SeulGi! – un guardia grito e inmediatamente todos los sirvientes y guardias se inclinaron con respeto.
HyeJin y YongSun se inclinaron levemente y MoonByul seguía firme en su posición. JooHyun se acercaba y tras ella estaba SeulGi, quien la seguía. Al fin ambas reinas quedaron cara a cara.
YongSun supo que aquella JooHyun era una Alfa, y como había gritado anteriormente el guardia, su acompañante era su Omega, pues tenía un aroma a algodón de azúcar, junto con el aroma de su Alfa, madera y pinos.
-Cuanto tiempo sin verte, hermanita – sonrió MoonByul, haciendo que SeulGi agachara su cabeza con sumisión.
-Deja a mi Omega en paz – gruño JooHyun al notar la mirada que le dio la contraria a su Omega.
-¿Terminaste enamorándote de mi hermana? – Pregunto con burla – que bajo has caído con eso Bea
-¡Cállate! ¡No se te olvide que soy mayor que tú, debes respetarme! – grito la pelinegra.
-¡Tu estas en mi territorio, respétame tu a mí! – le grito de vuelta la más joven.
-No eh venido aquí a pelear contigo – dijo con un calmado JooHyun.
-¿A qué has venido entonces? – MoonByul levanto una ceja.
-Esto mejor lo platicamos adentro – gruño JooHyun.
MoonByul y las dos Omegas detrás de ella se hicieron a un lado, dejando pasar a JooHyun junto con SeulGi. SeulGi no evito posar su mirada en aquella Omega rubia al lado de su hermana ¿Sera ese su Omega? Se preguntó SeulGi, pero al final decidió ignóralo.
-Ustedes dos vienen conmigo – le susurro MoonByul a los dos Omegas tras ella.
-¿Por qué yo? – soltó YongSun.
-¡Porque así te lo ordeno! – Y MoonByul empezó a caminar, sin darle oportunidad a YongSun de decir alguna otra cosa.
MoonByul guiaba a los demás a una sala, donde había sillones y una mesa en medio. Todos allí se acercaron y en un sillón se sentaron SeulGi y JooHyun y en el otro se sentaron YongSun, MoonByul y HyeJin.
-¿A qué vinieron? – Soltó de repente MoonByul.
JooHyun suspiro pesadamente – Nos están atacando – fue lo único que dijo.
-¿Y a mí qué? – pregunto sin interés.
-¡Están planeando entrar en guerra Moon! – Le grito – Sabes que Seúl y Daegu tiene alianza debido a mi boda con SeulGi, si nos atacan a nosotros, los atacaran a ustedes – La pelinegra trata de hacer razonar a la menor.
-Tienes razón... pero yo protegeré solo a mi pueblo – contesto MoonByul.
-¡MoonByul! Dos pueblos serán más fuertes que uno solo – reclamo JooHyun.
-¿De qué pueblo estamos hablando? – Pregunta con poco interés – si es uno fuerte, tal vez piense en ayudarte
-Busan – fue lo único que respondió, dejando a las otros tres sorprendidas.
Busan también era un pueblo poderoso y fuerte.
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My Queen (MoonSun)
FanfictionMoon Byul-Yi es una Alfa, Reina de Seúl, no era precisamente conocida por ser una reina amable y comprensiva, sino por su fuerte carácter y por ser uno de los peores reyes. Tiempo después llega inesperadamente un Omega al castillo, cosa que cambia...