Primera semana: Sci-Fi

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Primera semana: Aventura / Ciencia Ficción

Categoría: Ciencia Ficción.
Tema: Basado en la película Matrix.
Palabras: 1064.

dylmasfest

 ღ

—Tienes que parar con esto.

Dylan observó a la chica de ojos azules que estaba a su lado, sentada frente a una enorme computadora desde donde podía monitorear el movimiento dentro de la Matrix.

—Solo hazlo. Déjame entrar una vez más, lograré despertarlo esta vez.

La chica hizo un pequeño mohín ante ello, apretando los labios y arrugando sus pequeñas cejas en consecuencia.

—Es la última oportunidad, Dylan. Si ellos nos descubren, no podremos seguir haciendo este tipo de inmersiones. Ki lo dijo, para mantenerlos a raya... No importa si eres el Elegido, Dyl, pueden superarte, si Wicked —la computadora central— descubre tu ubicación, estaremos en problemas.

—No pasará. Lo traeré, esta vez lo haré. Tienes ubicada su cápsula ¿no? Monitorea los canales de desecho de las máquinas. Despertará.

No hubo discusión extra. Kaya obedeció, observando de reojo como el chico de los ojos miel, finalmente conectaba el cable detrás de su cabeza, recostándose posteriormente sobre la fría camilla de metal.

[...]

Observó a la rubia por quinta ocasión. Llevaba media hora hablando por teléfono mientras fumaba un cigarrillo. El ir y venir de la chica, ya lo tenía mareado.
Se suponía, que solo irían a beber una copa y después volverían al departamento de esta. Solo eso.

Soltando un suspiro, Thomas finalmente abandonó la mesa del balcón, caminando directamente hasta las escaleras del lugar. Necesitaba un descanso de la música, del ruido, de las luces. Apenas puso un pie en el exterior, el frío de la noche le recibió.
Bastaron dos minutos en la soledad de la acera antes de que Thomas notara al hombre de traje negro que se hallaba al otro lado de la calle, mirándole fijo.

De acuerdo, solo era un tío raro, nada más.

Dejando el pensamiento de lado, el inglés buscó dentro de su chaqueta, palpando la cajetilla de cigarrillos al instante. Apenas había colocado uno de los largos cilindros en sus labios, cuando unas manos en su espalda le hicieron reaccionar de inmediato. El golpe no se concretó. Pardos y mieles se encontraron al instante. Thomas perdió el aliento, y aunque quiso sonreír, Dylan le empujó de nuevo al interior del edificio.

—¿Qué demonios, Dyl...? —No lo había visto en días, para ser exacto, desde que habían llevado a cabo una pequeña reunión con los miembros del cast, hacía exactamente un año. Después de ello, había perdido rastro de él.

—Tienes que seguirme, Tommy. Por primera vez, tienes que creer en mí.

¿Cuándo no había creído en él? El inglés le observó confundido mientras atravesaban el mar de gente que había en la pista. Cinco minutos después, habían llegado a un largo pasillo, que desembocaba en lo que Thomas creía, era el callejón de junto.

—Dyl, me estás asustando, ¿qué haces en Londres? Pensé que habíamos...

No terminó la frase, no cuando los labios de Dylan habían acariciado los suyos en un apenas susceptible beso. El maldito beso.
Thomas había creído que su relación había acabado cuando la farsa con la británica había tomado más peso, justo después de la discusión en aquel bar de Los Ángeles, cuando habían acordado simplemente hablarlo después.

Pero evidentemente, ese después jamás llegó. Fue un desaliento total.

—Tienes que seguirme. Saldremos de aquí. De este mundo. ¿No lo sientes, Tommy? ¿Cómo si de repente todo esto fuera irreal? ¿Cómo si no perteneciéramos aquí? La verdad es simple, este mundo... —Dylan suspiró, moviendo la mano, tan rápido, que Thomas creyó que aquello realmente no sucedió. Pero el castaño lo hizo de nuevo. Un suave sonido de genuino asombro brotó de sus labios.

—¿Qué...? Mierda, este sueño es lo más raro, de verdad quería verte, pero jamás pensé que soñaría con fallas en la realidad y esto —Thomas rió por lo bajo, llevándose una mano a la cara dispuesto a simplemente dejarse ir.

No sucedió. El ruido a su alrededor lo ensordeció. Un fuerte zumbido atravesó sus oídos cuando la pared detrás de ello colapsó. Pudo sentir el segundo exacto en el que Dylan le abrazó, evitándole lo que probablemente fuera, lo peor del impacto. Dos segundos después, varios hombres de negro arribaron en su campo de visión.

"Lo tenemos. Vino por él. Procederemos."

Thomas no dio crédito a lo que escuchó a aquellos hombres hablar por el celular. No cuando Dylan le haló del brazo, sacándolo del lugar al instante. Había gritos y Thomas casi podía oler la sangre en el ambiente.

No, aquello no estaba sucediendo.

—Tienes que confiar en mí —murmuró el castaño mientras se abría paso por el mar de gente, hacia el exterior, hacia la calle.

De nuevo el frío le recibió. La idea de que aquello era un sueño se hacía cada vez más lejana. Las sensaciones eran demasiado reales como para ser ignoradas, aunque el hecho de que Dylan le estuviese conduciendo hacia un edificio aparentemente abandonado, también parecía carecer de sentido.

Subieron escaleras, Thomas perdió la cuenta del piso en el que estaban. Dylan se mantenía en silencio, observando por sobre su hombro, asegurándose de que los hombres no les siguieran. Aunque probablemente lo hacían, y les quedaba poco tiempo antes de... ¿De qué?

Dylan se detuvo en una habitación al final del pasillo. El lugar lucía abandonado y viejo. En el medio, tan solo había una mesa de madera y encima de esta, un viejo teléfono de disco.

—Escucha —Dylan le sujetó de los hombros y le observó fijamente. Sus mieles tan sinceros como siempre, lograban casi hacer suspirar al inglés—. Tienes que confiar en mí. Te sacaré de aquí, de la vida que ellos quieren para ti.

Thomas arrugó ambas cejas, cerrando los ojos por un instante antes de impulsarse en la dirección del castaño, dejando un escaso beso en la nariz de este. Thomas notó entonces, que la cicatriz de su accidente, había desaparecido.

—Siempre.

Cuando el teléfono sonó, Dylan tan solo le hizo el ademán de que debía contestar. Apenas Thomas levantó el auricular, todo se oscureció.

[...]

Agua, dolor, hedor. Las palabras se combinaron dentro de la cabeza de Thomas antes de que finalmente, pudiese sentir la calidez en sus manos. Hubo un beso en su frente, algo más que no pudo definir como ello en sus labios.
Los ojos le pesaban, pero al final, cedieron a la orden de su cerebro y se abrieron con lentitud.

Mieles y pardos se encontraron de nuevo.

—Bienvenido a casa, baby Trombone.

Notas finales: tarde como siempre, pero aquí está. Mejoraré la portada e.e esto es para no perder mi participación en el fest. :'D 

Dylmas is LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora