El Gran Dia

CAPÍTULO 1

Desde chaval quise hacer aquello que todo el mundo aborrecía: la mili.¿Suena raro verdad? Pues claro, y más si vas en silla de ruedas. Pero bueno, si es algo que te apetece, pues hazlo. Conmigo era obvio que era imposible, ya que ir a entrenar y toda la pesca pues como que no. Pero un día empecé a indagar sobre ello, obtener información, llamar, etc. Y me dijeron que no podía entrenar, pero me harían unas pruebas especiales, adaptadas a mi alcance, yo me extrañé muchísimo porque no sabía que existían, a lo que les pregunté:

-¿En serio existen pruebas adaptadas para los que van en silla de ruedas?

A lo que me respondieron alegremente:

-Por supuesto que si, todo el mundo tiene derecho a hacer la mili, sea de una forma u otra, lo adaptaremos a las posibilidades del participante, como es por ejemplo tu caso.

Cuando me dijeron esto me quedé como que no me lo esperaba,pero bueno, ahí estaba yo, preocupado por las pruebas.

Pero antes de hacer nada, me dijeron:

-Antes de nada, has de firmar aquí, es un acuerdo en el cual especifica que accedes a entrar y confirmas tu asistencia a los entrenamientos, y sobretodo, que todo lo que veas o sepas aquí no podrá salir al exterior, porque no queremos que nadie sepa lo que hacemos aquí, lo que tenemos, como os entrenamos.

-Joer, nunca había firmado algo tan secreto

El primer día visité las instalaciones de dicha base. Nada mal, podría vivir ahí lo que fuese.

Al llegar a mi habitación conocí a mi compañero: Lucas. Al principio no nos llevabamos de fábula, pero bueno, nos íbamos conociendo.

-Cadete,¿está usted contento con su compañero de piso?

-No me quejo.

-Pues bien, porque que tendrá que aguantarle los próximos 2 años

-¿Y qué pasa después de esos 2 años?

-Usted tiene dos opciones: seguir aquí como informático y viajar quedándose siempre en la base por cada misión que haya, o dejar el ejército cobrar el cheque y largarse.

-¿Y Lucas?

-Lucas está recibiendo su entrenamiento para prepararse para una batalla. Él trabajará en Afganistán o Siria, como el resto de militares presentes aquí y ahora.

Entonces volví a mi habitación, digamos, con presión.

-Oye, Marcos, ¿y esa mala cara?

-Acabo de hablar con el coronel.

-Ah, ¿y que te ha dicho?

-Pues que después del entrenamiento tengo dos opciones: quedarme el resto de mi vida en todas las bases en las que seamos destinados para guiar a esta unidad o coger el cheque y largarme.

-Menudo marrón.¿Y qué piensas hacer?

-Tengo tiempo para pensarlo, pero de momento pienso quedarme aquí, si lo piensas, tenemos comida y cobijo,¿qué más quieres?. Por tu parte es más difícil porque es psible que acabes con una bala en tu cuerpo.

2 años y 3 meses después llegó el momento: fuimos destinados a Kabul. Fue el momento más tenso de mi vida.

-Oye Lucas. No te pavonees,¿vale? Consultame lo que quieras hacer si no quieres acabar como un colador de sangre, si te digo no es no, yo lo veo todo desde arriba tu no. Mucha mierda.

-Igualmente.-Contestó él riendo.

Con lo cuál empezamos la misión. Todo fue bien, hasta que nuestro equipo electrico empezó a fallar.

-Oye Lucas, no vayais ahí, es una emboscada, cada vez que os acercais a esa casa los equipos eléctricos fallan.

-¡Pero si ahi tienen a los rehenes!

-¿Concuerdan con la descripción?-Pregunté ansioso, nervioso.

-Si, son ellos.

-Ve.

Todo estaba muy silencioso. Todo iba bien, aunque sin poder ver lo que pasaba, entraban a ciegas. Uno de los compañeros cogió a los rehenes mientras Lucas seguía indagando, tratando de proteger a los rehenes heridos. Todos estaban en el helicoptero menos Lucas. Justo cuando ya había acabado, y estaba saliendo, en la salida, pisó una mina, lo que quiere decir, que había alguien queriendo una venganza. Murió mi hermano, mi compañero, ha caído un hermano de batalla. Después de eso, me prometí que eso no volvería a pasar con mi próximo compañero. Esta vez, nosotros tendremos nuestra venganza. Quien ríe último, ríe mejor.