La Tostada

3 0 0
                                    

Bueno, tengo ganas de contar esta historia desde hace tiempo.

Hace unos meses, estabamos esperando el nacimiento de mi prima "Fernandita". Mi tia estaba pasando por un embarazo complicado y le programaron una cesarea para tener la mayor posibilidad de que ambas estuvieran bien. Por esta razon mi tio (hermano de mi papá) le pidio donar sangre pues se la estaban pidiendo, él accedió.

Mi familia y yo vivimos en una ciudad llamada Atotonilco, el resto de mi familia paterna vive en Guadalajara y mi tio estaba decidido a venir por nosotros hasta acá con tal de que le ayudaramos. (Si se preguntan por que mi madre y yo ibamos tambien es porque queriamos dar apoyo moral y mi abuelita quería que fueramos a visitarla), al final se decidió que mi otro tio viniera por nosotros para poder llegar pronto, pues no tenemos carro.

Eso es el contexto de la historia. Ahora si viene lo interesante.

Cuando no nos quedaba casi nada de camino al centro medico, paramos en un semaforo. Como a tres carros de distancia estaba un coche negro, si lo veias asi, podias pensar que era un coche sin más. Grave error. Hacia calor y teniamos las ventanas abiertas, solo un poco pero no tardo mucho en llegarnos este olor caracteristico de la prima del cañamo (marihuana). En un principio no sabiamos si era ese carro, pero de apoco empezamos a reirnos de cosas que ni puta gracia, cuando dieron vuelta pensé que habia terminado, de pronto, mi tio dio vuelta en la misma direccion, cada vez ibamos mas alegres y se nos ocurrió que ellos tambien iban a donar sangre, nos reimos de una manera que ahora me parece exagerada, en ese momento fue lo más gracioso que pude haber escuchado en mi vida.

Gracias a lo más hermoso del mundo, nuestros caminos se separaron, bajamos a mi papá en el centro médico y llegamos a casa de mis abuelitos.

¿Quien pensaría que una jodida tostada, ni siquiera una calada haría que me la pasara todo el trayecto bien piche alegre y que toda una tarde me doliera la cabeza?

Un rato despues, sentía que me volvia a llegar el olor a marihuana, pero supuse que eran alusinaciones post-tostada y decidí dejarlo así. Cuando estabamos cenando, mi abuelita nos conto el mitote del vecino, que se habia hecho bien marihuano y que a veces, les llegaba el olor. Ahi fue donde la segunda oleada de olor cobró sentido.

Y esa es la historia de la tostada más jodida de mi vida. Y la del archivo multimedia para el vecino marihuano y los culeros del carro negro.








Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 08, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cosas AmorfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora