°Cap.11°

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- Tengo que ir a ver a Hoseok

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- Tengo que ir a ver a Hoseok. - Comentó Kyung comenzando a caminar hacía las escaleras.

- No creo que sea prudente, joven Kyung, Hoseok necesita estar sólo. Es mejor que esperemos a que se tranquilice... - Musitó él señor Youn Soo deteniéndolo.

- No, él nos necesita ahora más que nunca, y yo no puedo dejarlo sólo en éstos momentos. - Respondió de manera firme, subiendo con rapidez cada escalón.

Después de que él Príncipe Jung salió de la iglesia, cada invitado que se encontraba allí recibió una cordial disculpa de parte de él señor Youn Soo y él joven Kyung. Todos sabían que esto marcaría la vida del Omega, y lamentablemente no estaban seguros de cómo lo iba sebrellevar, todos esperaban que esto no afectara a su reino y pueblo, ya que apesar de que no hubo una boda, tampoco se hizo la más esperada ceremonia, la coronación de su Príncipe, dejando de nuevo al pueblo sin un Rey.

- Hoseok...por favor hablemos... - Musitó fijándose en él Omega yacente en él suelo.

La habitación permanecía totalmente destrozada, las prendas blancas se encontraban tiradas por todas partes, y el tocador estaba destroza.

Los ojos de Hoseok se mantenían hacía al frente, siguiéndolos se dió cuenta de que aquella mirada se encontraba perdida en un punto indefinido.

- Hoseok...yo -

- Sal de aquí, Kyung... - Pronunció Hoseok sin quitar la vista del frente, y cuándo lo hizo, la penetrante mirada y sin luz se posó en él.

- Se qué estás-

- ¡Por favor Kyung!, no me hagas desquitar mi ira y dolor contigo. Lo menos que necesito es qué estés aquí, no quiero que nadie venga a darme sus lamentos cómo si alguien hubiera muerto. Así que por favor, déjame estar sólo... - Interrumpió, la voz rasposa y llena de dolor se hizo audible para el Beta.

Soltando un pequeño suspiro respondió:

- D-De acuerdo, te entiendo... - Murmuró, saliendo de la recámara con una horrible sensación dentro de él.

Quería ayudarlo, pero el qué Hoseok no quisiera hablar ni ver a nadie se lo impedía, y lo entendía perfectamente, sabía que en éste momento debería estar guardando todo su dolor por dentro, y eso lo hacía preocuparse aún más.
Por que cuándo vió la mirada del Omega, supo que algo dentro de él había cambiado, ya que aquéllos preciosos ojos que siempre mantenían ése hermoso y característico brillo en ellos ya no estába, y esperaba que eso no se convirtiera en algo malo.

(...)

- ¿C-Cómo está?, ¿Hoseok se encuentra bién? - Preguntó la señora Jun preocupada.

- Él no quiso hablar conmigo, pero por cómo lo veo, creo está intentando ocultar su dolor...la habitación estába completamente destrozada cuándo entré.

- Tengo que ir a verlo... - Musito intentando caminar hacía la recámara del Príncipe Jung.

- Señora Jun, creo que lo mejor es dejarlo sólo...el enserio no quiere que nadie vaya a verlo. - Comentó.

- ¡Pero el está sufriendo!, yo tengo que estar con él... - Declaró, con la voz entrecortada.

- Lo se, y yo también quiero apoyarlo, pero el me dijo que no quería desquitar su dolor con ninguno de nosotros, así que lo mejor que podemos hacer es esperar hasta mañana para poder hablar con él... - Respondió.

El estruendo de la puerta siendo azotada con fuerza hizo atraer las miradas de la señora Jun y el joven Kyung hacía esa dirección.

- ¿Donde estuviste Yonming?, ¿Por qué no te presentaste en la iglesia? - Cuestionó Kyung.

El rostro abatido e hinchado del Omega se hizo visible ante los ojos de todos en la sala.

- Porsupuesto que fuí...¡e-el que ustedes no me hayan visto es su problema!

- ¿Entonces porqué estás llorando? - Preguntó extrañado.

- Por que me duele, me dolió lo que ése infeliz le hizo a mi primo...él no merecía aquello...pero si no me quieren creer, a mi no me tiene por que afectar. - Concluyó, subiendo con rapidez hacía su habitación.

Nadie de los empleados o familiares del Reino habían visto por ningún lado al Joven Yonming, ya que sabían perfectamente que aquéllos dos Omegas se trataban cómo hermanos y al no verlo por ninguna parte en la horrible tragedia que pasó el Príncipe Jung los había dejado un poco extrañados. Y porsupuesto que para la señora Jun y él joven Kyung eso los hacía mantener algunas sospechas.

(...)

El obscuro cielo de la noche y la maravillosa luz brillante de la luna era acompañado del perceptible silencio en el jardín. Su hermoso cabello rubio castaño se encontraba totalmente desordenado, mientras que una elegante y larga bata negra cubría su cuerpo.

Sus ojos se mantuvieron fijos sobre los distintos adornos blancos acomodados por todo el lugar, las largas mesas y lujosas sillas se hallaban colocadas sobre el verde césped. Una bolsa negra era sostenida en su mano derecha, abriendola con una basta lentitud, sacó el contenido de la misma.

Sus piernas comenzaron a moverse, mientras que el traje blanco se arrastraba sin pudor por el suelo. Tiró las prendas caras y lujosas frente a él, al igual que los lustrosos zapatos y joyas que usó, vaciando la sustancia del recipiente rojo por el cúmulo de ropa yacente en el pasto, sacó una pequeño encendedor de su bolsillo, y la minúscula llama color azul salió por el orificio del mismo.
Lanzando aquél encendedor hacía abajo, el refulgente e intenso color del fuego se reflejaba visiblemente por sus ojos, viendo como cada prenda y joya se quemaba y encendía de manera espectacular ante él.

- ¡Hoseok!, ¡¿Que mierda estás haciendo?! - La voz exaltada de su primo se oyó por detrás.

Llamándolo reiteradas veces y sin obtener respuesta alguna, la mirada de confusión y desconcierto se posó sobre el Príncipe Jung, viendo cómo el rostro vacío y sin ninguna emoción reflejada en el hacía que una gran corriente de escalofríos pasara por su columna.

Dando medía vuelta, sus piernas comenzaron a moverse de regreso hacía el palacio, la seguridad y porte en cada paso que daba era indescriptible.
Mientras que el fuego se intensificaba y consumía cada prenda detrás de él.

Yonming vió con temor y desasosiego al Omega, percibiendo una nueva y distinta persona en su primo. Aquélla amabilidad y alegría que siempre emitía había desaparecido, cambiando a una personalidad fría e indiferente totalmente opuesta a la que él conocía.

 Aquélla amabilidad y alegría que siempre emitía había desaparecido, cambiando a una personalidad fría e indiferente totalmente opuesta a la que él conocía

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"𝐌𝐲 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞" °Vhope° °Junghope° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora