(( 🍪 )) PILAR

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Cuando Kyōjurō abordó aquel tren —inmarcesible y metálico— tuvo el presentimiento de que ese sería su último viaje

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Cuando Kyōjurō abordó aquel tren —inmarcesible y metálico— tuvo el presentimiento de que ese sería su último viaje. Un frío fantasmagórico le recorrió la espalda, causando que todos sus instintos despertasen y advirtiesen el peligro inminente oculto entre los vagones. Fue una corazonada, una ilusión, un presagio; el tufo a muerte lo sintió al momento de entrar y sentarse.

Pensó que solamente eran desvaríos suyos y lo ignoró. Comió la deliciosa cena, platicó con los alegres cazadores que le acompañaban e incluso, se permitió bromear y sonreír; no obstante, esa incomodidad continuaba erizándole los vellos rojizos. Fingió estar bien y no dejó que aquellos pensamientos malignos perturbasen su velada, pues debía concentrarse en derrotar al demonio.

Kyōjurō luchó. Luchó como buen soldado y obediente subordinado, batalló con todas sus fuerzas, protegiendo al más débil y velando por la seguridad de los pasajeros. Ya no había tiempo para seguir escrutando aquel sentimiento bochornoso, debía demostrar madurez para no perder el ritmo durante la batalla y calma para no caer derrotado.

Porque Kyōjurō era un pilar. Desde el momento en que sus toscas manos tocaron la empuñadura de una espada, supo que cazar demonios no sería fácil. Su padre se lo había profesado miles de veces, de sus habilidades y estrategias dependían las vidas de muchas personas, cualquier signo de debilidad y cobardía estaba estrictamente prohibido. Kyōjurō era fuerte, su madre se lo había dicho, y ese poder que se escondía entre sus musculosos brazos, tenía que usarlo para salvar al indefenso.

Cuando Kyōjurō cayó derrotado y su sangre manchaba el suelo, por fin logró disipar esa horripilante sensación. Sí, moriría, sí, ya no podría ver el nuevo mundo sin demonios, sí, había fracasado; pero tenía la certeza y el orgullo de que su espíritu insaciable de lucha y justicia, renacería como un fénix en los corazones de los que buscan un mundo mejor.

feito, pero YOLO

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feito, pero YOLO.

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pergaminos de fuego | kyojuro rengokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora