desorden del sueño ☹ c.h

epílogo

Valerie había estado visitando a Calum más seguido. Le gustaba. También había dormido ahí varias noches, la hacia sentir segura. Ya no le gustaba su departamento, era horrible.

Ir al apartamento de Calum significaba ver a compañero, Michael. Últimamente, este estaba actuando con muchos cambios de humor. Valerie no sabia si esa era su personalidad de toda la vida o apenas había empezado, no sentía la necesidad de preguntar. Todo lo que ella sabia era que el estaba un poco sensible cuando estaba borracho, y eso pasaba muy seguido.

Val aveces se quedaba despierta con Calum, hablando o viendo películas. Entonces, alrededor de las 3am, Michael entraba a casa como si fuera la hora del almuerzo. Calum tenía una plática, que terminaba en pelea, con el y Michael lo ignoraba o simplemente no podían entender lo que decía de tan borracho que estaba.

Eran las dos de la mañana y Val se había quedado en casa de Calum. Tenia problemas para dormir, algo usual en ella. Pero esta vez no era por las pesadillas, era su mente. Estaba pensando mucho, tanto que no podía caer dormida.

Calum y Val estaban acostados, abrazándose, en la misma cama, bajo las mismas sabanas, bajo el mismo cielo.

Val se levantó, después de estar tratando por unos minutos de sacarse de los brazos de calum.

El cabello suelto y pegado a toda su cara la estaba fastidiando, así que se sacó la liga de la mano y lo amarró en una cola alta. Su cabello estaba enredado y su cara reflejaba cansancio. Pero había que reconocer que no estaba tan descuidada como hace dos meses.

Salió del cuarto de Calum, asegurándose de cerrar la puerta con cuidado, caminó a la sala. Tenia ganas de hablar con alguien, sobre cualquier cosa. Las palabras le estaban apunto de rebosar de la boca, creía que estaba sola, pero se equivocó.

Escuchó la puerta abrirse, y Michael entró. No estaba borracho.

Cuándo vio a Val parada ahí, habló “Dios, me asustaste”

“Lo siento” susurró Val mientras miraba la televisión, que no estaba prendida.

El silencio no fue tan cómodo como Val creyó que iba a ser. Michael se sentó a un lado de ella, ya que no había nada mejor que hacer.

“¿Por que estas despierta?” Michael la cuestionó. Valerie miró a Michael antes de contestar “No puedo dormir”

“¿Quieres algunas pastillas? Tengo unas” Dijo el chico, sonaba totalmente cansado, pero parecía más despierto que otros días. También sonaba como si fuera a romperse a llorar en cualquier momento.

“No, no creo que sean seguras” Respondió. Era verdad, ella dejo de tomarlas después de averiguar que solamente la hacían sentirse deprimida.

“¿Como estas?” Preguntó el de la nada.

”Bien. Ya sabes, bueno, cambias de tema muy rápido”

“Yo no estoy bien” Dijo el chico, ignorando el comentario de Valerie.

“¿Que pasa?” Lo miró de nuevo.

“Es simplemente que no puedo encontrar mi felicidad, ¿sabes? Espera, tal vez tu ya hayas encontrado tu felicidad, tal vez no… No se que estoy diciendo”

+

Esta era la vida de Valerie ahora. Pasaba todos sus días en el apartamento de Calum, y pasaban cada segundo del día juntos. Durante las horas de la madrugada, ella hablaba con Michael. Era la parte favorita del día para el chico, por fin había encontrado a alguien para hablar que realmente lo escuchara.

Y honestamente, Valerie estaba conforme con su vida ahora. Era normal.
Ella dormía sin estar pensando en que se iba a levantar gritando gracias a sus pesadillas. Se sentía segura.

Sí, las pesadillas seguían ahí pero ahora se cuidaba, comía, salía a ver el mundo exterior.

Por fin podía ver el mundo. Ya no era ella y su trastorno. Eso no la definía. Ya no.

Había encontrado algo, sin buscarlo.

Ahora escuchaba a Michael y dejaba que el se desahogara con ella.

Lo estaba ayudando de la forma que Calum la ayudaba a ella.

Era seguro.

Ella había encontrado la felicidad, su felicidad.