Segunda Parte

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En su búsqueda por el fragmento de la decimonovena tabla de tipo que había caído en la tierra, queriendo destruirla de una vez por todas, Arceus viajó alrededor de todo el planeta, investigando en cada rincón en el que se le ocurriera que podía estar. Después de que había transcurrido un largo tiempo, dicha búsqueda terminó por llevarlo a Unova, lugar en el que por fin lograría percibir el poder que estaba emanaba, oculto en el interior de una montaña.

Si bien su deber era el de deshacerse de ella de inmediato, en su cabeza se había materializado un fugaz pero significativo pensamiento; una pregunta logró inundar la mente de aquel ser creador, una que jamás había formulado.

Arceus conocía bien el poder auto destructivo que los humanos habían desarrollado al usar a los Pokémon como armas de combate, pero... ¿qué pasaría si ellos pudieran usar a voluntad los poderes de dichas "armas"? Era una enorme duda que no podía dejar sin respuesta, y ya que solo sería contestada con acciones, con algo de lentitud, el poderoso Pokémon comenzó a elevarse en el aire, yendo a un lugar en donde podría ver todo lo que estaba por suceder, y simplemente, esperó...

-•-

Dirigiéndose a un sitio poblado en el que pudieran practicar y divertirse un poco, los tres amigos seguían con su camino dentro de la camioneta, emocionados por lo inexplicablemente poderosos que se estaban volviendo, y las bromas pesadas que serían capaces dd hacer. Al llegar a un pequeño pueblo, decidieron parar en uno de los supermercados, y al analizar su situación actual, optaron porque este fuera su primer punto en el que empezar.

-Andreu, ven y graba esto -Percy lo llamó de manera dicimulada, dándole luego la cámara- Voy a mover el carrito de esa señora, presta atención

Apuntando su cámara a donde aquella persona se encontraba, el muchacho comenzó a grabar como Percy decía en tono bajo el nombre del movimiento que necesitaría para lograr si su cometido, esperando que no lo escucharan, y como luego hacía que el aura del mismo color celeste de sus ojos rodease al carro en donde la señora llevaba los objetos que se disponía a comprar, para que después este se moviera un poco lento, y luego más rápido, pareciendo como si quisiera escapar de ella. La mujer por su parte, obviamente tuvo que perseguirlo.

-¡Corra que se le escapa! -Percy dijo, riéndose en voz baja.

Ubicado en otra parte del local, ocultándose en una estantería llena de muñecos de Pokémon de todas las regiones, Damian permanecía escondido viendo a un adolescente, mientras que Percy grababa ahora lo que parecía que iba a ser otra buena broma.

-Ponganle atención a esto -dijo Damian, estando bastante entusiasmado- Sombra Vil...

Al decir el nombre de aquel poderoso movimiento de tipo fantasma, y colocando sus manos en el piso, Damian creo una especie de sombre de un color morado oscuro, la cual se comenzó a arrastrar con lentitud por el suelo hasta llegar detrás de un chico, y a aumentar su tamaño rápidamente. Una vez que este se dió cuenta, su mirada de tranquilidad se convirtió en una de horror, y acto seguido, salio corriendo de lugar. Al verlo, no pudieron evitar reír con fuerza.

El tiempo que pasaban dentro de la tienda seguía transcurriendo, y las bromas no paraban de llegar. Las personas que se encontraban allí sabían que pasaba algo, pero no entendían qué. Una vez que había pasado tiempo suficiente, era ya hora irse, así que los adolescentes se dirigieron hacia la salida, pero faltaba una cosa, Andreu no había cometido ni una sola broma hasta el momento, y aunque no lo quisiera, antes de que se fueran, debía hacer una al menos.

-Vamos, amigo, Hazlo, nadie se dará cuenta de que fuiste tú -dijo Damian hablándole en voz baja al mimo tiempo en que grababa.

-T-tengo miedo, ni siquiera sé que hacer -Andreu aclaró estando detrás de un anaquel.

- Poder Sin Límites -  [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora