FULLMETAL DADCHEMIST

Capítulo 1: Caer en elecciones impulsivas

3 de noviembre de 1913

 Estación de tren de East City

 2:45 pm

 Nadie estaba allí para recibir a Edward Elric mientras se preparaba para bajar del tren.  Que estuvo bien;  fue como esperaba.  No debía regresar antes del sexto y no se le conocía por llegar temprano.  Había estado un poco preocupado a la mitad de Armestris de que Mustang de alguna manera supiera que llegaba temprano y que alguien lo estuviera esperando aquí.  No había ninguna razón para que esto fuera cierto, pero Mustang parecía saber siempre lo que Ed estaba haciendo, en algún momento incluso antes de que lo hiciera.

 Ed bostezó mientras miraba por la ventana antes de levantarse para recoger sus cosas.  Apretó su abrigo alrededor del bulto atado a su pecho mientras decía.  "Oh, no. Esto va a ser cien veces peor que un gato. Al nunca va a dejar pasar esto. Está bien, Buddy, voy a necesitar que me prometas que te mantendrás callado hasta que descubra esto. ¿Puedes hacer eso?"  ¿para mi?"  El bulto se retorció en respuesta a su voz y un suave maullido salió de los pliegues.  Ed suspiró mientras metía la mano en el interior con un solo dedo de la mano izquierda para frotar suavemente la parte superior de la suave y suave cabeza negra.  "Vamos, pequeño, trabaja conmigo aquí. Nadie puede saber de ti. Al menos hasta que pueda descubrir cómo esto no me convierte en el mayor hipócrita del mundo".

 Con cuidado, pero rápidamente, se abrió camino fuera del tren y entre la multitud hasta el baño más cercano mientras hurgaba en sus bolsillos.  Sabía que estaba allí en alguna parte, no lo habría dejado en el tren.  Justo cuando llegó al baño y estaba cada vez más preocupado, de hecho lo había dejado en el tren y su mano finalmente se cerró alrededor de la fría botella de vidrio en el fondo de su bolsillo.  Con un pequeño suspiro de alivio, rápidamente vació la botella en una segunda botella vacía con una mueca cuando algo del líquido blanco le salpicó los dedos.  Abrió el grifo de agua caliente y se enjuagó la mano antes de dejar correr el agua sobre la segunda botella, calentándola hasta que alcanzó la temperatura adecuada antes de pasar al baño más limpio que ofrecía el baño.

 Se sentó en el inodoro y desenvolvió la manta que cubría el bulto atado a su pecho dejando al descubierto el rostro de un pequeño bebé.  Metió la mano en el cabestrillo y sacó a un niño de no más de tres meses.  "Tengo leche en mi mano para ti, espero que aprecies por lo que estoy pasando".  Dijo mientras guiaba suavemente el pezón hacia la boca hambrienta.

 Ed había tomado muchas decisiones impulsivas en sus casi quince años, pero nunca había imaginado que lo llevaría voluntariamente a sostener una botella de leche en el baño de una estación de tren mientras trataba de encontrar una manera de mentirle a su hermano ...  arruinado esta vez.

 29 de octubre

 9:45 am

 Estación de King's Cross

 Plataforma 9 ¾

 Barty Crouch esperó al alquimista prometido mientras el tren despegaba.  Aparte de un puñado de brujas gastadas por los viajes, la única que bajó del tren hasta ahora fue un niño arrugado que llevaba una maleta vieja y estropeada.  Con impaciencia, se quedó mirando la puerta del tren con las manos entrelazadas a la espalda para evitar mirar su reloj una vez más.  La plataforma se aclaró cuando las brujas se deslizaron a través de la barrera o se aparecieron cuando el chico miró a su alrededor con cansancio mientras bostezaba una vez más.

 Lentamente, el niño se acercó a él, mientras el Sr. Crouch, de mala gana, volvió su atención brevemente al niño el tiempo suficiente para notar una leve cojera.  "¿Barty Crouch?"  preguntó el niño cortésmente con una voz cansada y rasposa.  Barty notó que el niño parecía desgastado con un abrigo rojo de gran tamaño sobre pantalones de cuero negro y chaqueta con botas negras y cabello largo rubio dorado en una trenza suelta.  El chico apenas le llegaba al pecho, incluso con los elevadores en sus botas y no podía haber tenido más de trece años en la evaluación de Barty.  Este niño tenía que ser el niño o el asistente del Alquimista que iba a conocer.