El balcón

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Esas palabras bastaron para que Barbara se la pasara llorando el resto del día, mis padres optaron quedarse en mi casa para asegurarse de que t/n estuviera bien y a salvo para mi era mejor que ellos se quedaran.

Mi madre había dicho toda la verdad en si  t/n era la única mujer por la cual daría todo, se que la cague una vez y no mas, quiero tenerla a mi lado de nuevo y ser felices pero no sabia como hacerlo. No me sentía capaz de nada.

-Me voy a ir con mis padres un tiempo al menos hasta que me encuentre mejor- dijo Barbara con la voz cortada

-¿Estas loca? No hay por que irte, tus padres están lejos- dije con una voz fría 

-No, tu no me pones atención por estar con esa estúpida vieja prefiero irme que quedarme aquí contigo y ella- tomo una de las maletas mientras seguía sollozando

-No harás eso aunque para ser sincero deje de sentir amor por ti, ahora solo estoy contigo por ese bebe, el verdadero amor de mi vida es ella y tu me quitaste la oportunidad de poder estar con ella. Todo fue tu culpa nunca me dejaste ser feliz, siempre te hice caso en todo fuiste mi amor y ahora ya no eres nada para mi, como puede ser posible que estés embarazada nunca me explique eso si nos cuidamos bien, ahora vete si quieres pero solo te digo que me haré cargo de ese bebe pero tu y yo jamas volverá a suceder la arruinaste- ahora mis lagrimas comenzaron a correr por mis mejilla

 -Eres un tonto, ella jamas te va a querer como yo por eso se fue y te dejo- tomo todas sus cosas y salio corriendo de la casa

El enojo se hizo presente en mi, sentía una gran culpa por no haber hecho nada cuando mi t/n se sentía mal, por no haber estado cuando ella mas me necesitaba me aleje de ella y ahora que me había perdonado no la merecía. 

Mil veces maldito Mario, siento que soy la peor persona en este momento carajo, las horas pasaron y yo me consumía poco a poco en ellas note que ya comenzaba a atardecer, mis ojos ardían por lo hinchados que estaban, en ese tiempo pensé muchas cosas y una de ellas era pedirle perdón a t/n así que eso haría. Me levante de la cama para luego ir a su habitación y verla recargada en el balcón mirando un bello atardecer, se veía tan linda con ese vestido blanco resaltando su pequeño cuerpo, cada parte de ella era perfecto, me acerque sin hacer ruido y al llegar hasta ahí la abrace por detrás formando un abrazo.

  -Mierda Mario me asustaste- los latidos de su corazón se aceleraron y lo podía escuchar

 -Lo siento no era mi intención- rodee su cintura con mis brazos 

 -No debías estar con Barbara en estos momentos- ella se dio vuelta quedando enfrente de mi

 -Ya no mas, la termine de una vez por todas, comenzaba a fastidiarme la verdad ¿Pero quien la necesita aquí? Yo quiero decirte algo- pegue su cuerpo al balcón 

-Es estresante pero yo juraba que la amabas muchísimo y si claro dime todo lo que me quieras decir- ella sonreía nerviosa

-Ahora que ya todo termino me di cuenta que a la mujer que realmente amo es a ti, por mas que trato de olvidarte no puedo, es como si estuviera en un tipo de hechizo que me hace volver a ti, se que la cague muchas veces pero juro que eso no volverá a pasar, si tu me das una nueva oportunidad me harías el mas feliz- dije mirando sus ojos

Sus mejillas tornaron de un color rojo y sus ojos se llenaban de lagrimas algo que no sabia como expresarlo, me miro a los ojos y se acerco a mi tanto que podía sentir su respiración, sus labios estaban a centímetros de los míos. Ambos los unimos  en un tierno beso.

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