No Es amor Es obsesion

pesadilla, obcecion y preocupacion

–Donde... Donde estoy...–. Izuku abrio sus ojos a acostumbrándose a la luz del cuarto dónde estaba, no pudo mover se, ¿la razón?, estaba a marrado a una silla frente a una gran mesa elegante, no podía soltarse, su quirk fue inhibido por el collar que poseía, no podia usar el one for all sin que se quite el collar, noto algo raro vestía un traje de gala

–Ya despertaste amor–. Unas manos lo abrason por detrás pegándose unos cálidos labios en su cuello midorilla vio quién era.

–¿Momo-san...?–. Viéndola vestir únicamente un vestido de bodas de una pieza, largas mangas como un belo que cubria su rostro, bien peinada para la ocación. –¿Para que el vestido?–. Se paralizo al oir la sonrisa dulce de la azabache.

–¿Para que más?, para nuestra boda–. Tomndolo del menton lo obligó a ver lo antes de golpear la mesa dejando un papel.

–¿Un acta de matrimonio?–.

–Si, ahora firma para estar finalmente casados mi conejito–. Midorilla vio la firma de momo ya puesta en la hoja de papel, tenia miedo, se sentia inutil e indefenso ante esto, momo yaorosu estaba obsesionada con el, ella estaba su a lado sus ojos describían la locura que tenía hacia el, pero no se dejaría intimidar.

–No–. Se nagaria a este trato. Yo estoy con–.

Slap*

Izuku sentía su mejilla arder por el golpe que le dio la presidenta de su clase, siento tomado por sus mejillas lo obligó a ver la, aterrado vio esos ojos llenos de locura.

–¡Manten ese nombre fuera de tu boca!,¡si vuelves a mencionar a esa perra juro que la matare!–. Bruscamente lo sento de nuevo en la silla, con pasos lijero siendo audible el sonido de sus tacones la azabache se retiró

¿a donde iria?, nego con la cabeza antes de intertar zafarse de las esposas que cubrían sus brazos, viendo a los lados intentó buscar algo que usar no habia nada, ni un telefono que usar, las puertas se abrieron entrando momo pero no venía sola.

–¡Uraraka-san!–. El estado de la chica era deplorable, estaba toda golpeada, el ojo derecho hinchado y morado, su la vio cortado amarrada a una silla de ruedas empujada por una tranquila azabache quien la sento al otro extremo de aquélla mesa.

–Bien mi conejito si no firmas ese papel y te olvidas para siempre de esta perra arrastrada la dejare vivir–. Sujetando del cabello a la castaña creo un cuchillo que colocó en su garganta.   –Firma y ella se ira–. Uraraka al verla tembló de miedo, tenis terror en unico ojo visible que aún podia ver.

–¡¿Que le hiciste?!–.

–¿Que le hice?, ¿que le hice?, ¡¿que te hizo?!–. Apretando el cabello de la castaña con un sonrojo permanente. –¡Ella te toco, te habló, te besó y tu la dejaste!–. Escupió con rabia viendo a la castaña a los ojos. –¡El colmo fue que te acostaste con ella!–. Coloco el cuchillo en su garganta sacando algunas gotas de sangre a la amordazada amante del mochi.

–¡Esta bien firmare!–. Ella se detuvo de asesinar a la castaña y se giro a ver lo.

–¿Firmaras?–. Una sonrisa de alegría y macabra se formo en sus labios.

–Si, solo dejala, no la mates por favor momo-san–. La azabache solo coloco algo en el cuello de la castaña ante de ir donde midorilla, estando atras de el solto su mano derecha dejándolo que únicamente firmé este papel y sería suyo.

–Y antes de que trates de hacer algo, este detonara la bomba que tiene en el cuello–. Mostrando un detonador con un boton rojo al pecoso quién lo vio con miedo como la castaña que estaba aterrada. –Firma mi conejito, seras mio y de nadie más–. Un bolígrafo fue puesto al frente, tubo que tomarlo para firmarlo con su nombre.