Kookie (JIKOOK)

Parte 4

Jungkook durmió hasta tarde. Era más de media mañana cuando saco su culo de la cama. Pero se sentía fantástico. Sus primeros pensamientos fueron para Jimin. Tal vez se podrían tomar una taza de café antes de irse a trabajar.

Cruzando la habitación, miró por la ventana. —Mierda. — El coche de Jimin no estaba aparcado en su sitio habitual. Recordar su noche con el capitán Park le trajo una sonrisa a sus labios.
Se sentía como Mary Poppins mientras dejaba caer su ropa interior y se dirigió a la ducha. Dado que la crema que quería para su café ya se había ido, Jungkook también podría parar en un Starbucks de camino a la universidad. Seguramente volvería a ver esta noche a Jimin y esperaba repetir su actuación. Esta vez quería a Jimin en su cama.

Una hora más tarde, estaba en el trabajo repasando un guión para una de sus clases.

Mandy apareció en su habitación. —¿Quieres tomar el almuerzo?

Jungkook se recostó en su silla y sonrió. —No puedo. No llevo aquí mucho tiempo y quiero salir temprano.

—Holgazán —dijo y se río. Entró en el aula y se sentó en el borde del escritorio—. A menos que, ¿hay otra razón por la que quieres regresar a casa? —Ella entrecerró los ojos—. Te ves... contento.

Jungkook no podía parar el calor que calentaba su cara.

—Oh, quiero detalles. Calientes y jugosos detalles. ¡Dime! 

Jungkook se rió. —Fue increíble.

—Pero pensaba que era hetero.

—Hasta que me inclinó sobre la mesa y me folló, estoy bastante seguro de que él también pensaba que lo era. Ayer por la noche no parecía importarle. —Su estómago se precipitó sólo con nombrar a Jimin. Pensando en su polla, su duro cuerpo y la forma en que lo había follado, Jungkook tuvo una erección—. Realmente me gusta.

—¿Así que esto podría ser serio?

Jungkook esperaba que así fuera. —No me gafes. —Jungkook barajaba los papeles sobre su escritorio—. No lo vi esta mañana, pero estoy seguro de que esta noche lo haré.

Mandy se levantó del escritorio. —Te mereces alguien grande. Me alegro mucho por ti... incluso si le quería para mí.

—Tú tienes a Indiana.

Ella movió las cejas. —Si, acepto. —Se dirigió hasta la puerta—. Nos vemos más tarde. Me muero de hambre. ¿Seguro que no quieres que te traiga algo cuando vuelva? 

—Estoy seguro. —Prefería terminar su trabajo, llegar a casa y pasar tiempo con Jimin. Habían follado, habían conectado, pero ellos nunca habían hablado casualmente por teléfono.
Durante dos años, compartían un porche y un patio, pero Jungkook no podía decir que habían sido algo más que amigos ocasionales.
Después de anoche, esperaba que fueran mucho más cercanos. Jungkook quería algo más que un polvo. ¿Pero Jimin?

Al caer la tarde, Jungkook estaba en casa. Jimin no. Y cuando se hizo tarde, se encontró escuchando puertas de coche, acechando por la ventana y mirando el reloj. Dios, estaba consumiéndose.
Siguió dándole vueltas a la noche anterior en su mente. Todo se había sentido tan bien, tan bien.

La puerta de un coche se cerró. Jungkook apartó su mirada de la oscura ventana. Tal vez era Jimin... tenia que ser Jimin. Cruzó la habitación y abrió la puerta.

Jimin se sobresaltó. —Hey.

—Hola. —Jungkook se apoyó contra la jamba de la puerta. Su corazón se aceleró y un hormigueo recorría su piel. Su pecho se tensó y tenía un nudo en la garganta. Tragando saliva, habló—. Tenía la esperanza de verte hoy.