Jeno se consideraba a sí mismo un chico bastante reservado y pacífico, no solía llamar demasiado la atención con su forma de ser, casi podría afirmar que era incluso tímido.
Tenía pocos amigos a causa de no ser muy bueno socializando, eso se decía, aunque Mark, su vecino y mejor amigo le decía que era principalmente porque no lo quería, que fácilmente podría hacer los amigos que quisiera y aunque Mark era un año mayor, solía llevarse bastante bien con él.
Probablemente porque eran dos personas tranquilas y sensatas, pero no demasiado inteligentes.
Su madre durante las vacaciones de verano de sus catorce años lo había inscrito en una especie de tropa de boys scouts que se reunían cada semana y durante el verano, admitía que aquello no le había gustado del todo pero terminó cediendo cuando se dio cuenta de que aquello no lo mataría.
Fue ahí donde había a Na Jaemin, la persona más indescriptible del mundo.
Jaemin era un chico completamente opuesto a él, podía socializar en menos de un segundo, hablaba hasta por los codos, sonreía la mayor parte del tiempo, iba y venía de un lado a otro, era sumamente inquieto y parecía que los problemas lo seguían o era el chico quien los seguía.
Pero Jeno no se había atrevido siquiera a saludarlo, pues sentía que no encajarían de ninguna manera, eran completamente diferentes.
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La primera excusión a la que había acudido había sido en equipos de dos o tres personas, él siendo nuevo se había hecho a un lado esperando que el encargado lo acomodará en algún equipo.
— Eres muy lindo ― Jaemin se había aparecido frente a él, con una enorme sonrisa ― Mi nombre es Na Jaemin ¿Cómo te llamas? ―
— J–jeno, Lee Jeno ―
— ¡Taemin hyung! ― el chico alzo la mano llamando la atención del encargado ― Jeno y yo seremos equipo ―
— Bien, Jeno y Jaemin ―
Jaemin con el mismo respeto que un perro con una piedra, tomo su brazo para hacerlo caminar hasta donde se encontraban sus mochilas para prepararse para la siguiente caminata.
— Esto será emocionante ¿No crees? ―
— S–si ―
— ¿Te gusta caminar? ― pregunto colocándose la mochila en los hombros ― Tengo una idea que resultara muy divertida ―
— ¿Una idea? ― pregunto confundido ― Pero Jaemin, eso sería ―
— Nana, puedes decirme Nana ―
La excursión comenzó de la manera más tranquila, mientras caminaban Jaemin no paraba de hablar sobre sí mismo, sobre ser hijo único, que le gustaba el color rosa, que le gustaban las cosas nuevas, que aquellas excursiones eran sus favoritas pues había muchas cosas que hacer y muchas cosas más, a Jeno le costaba un poco llevar el ritmo de lo que hablaba pero lo logro.
Básicamente en aquella tarde Jeno supo muchísimo sobre Jaemin y aunque él apenas había hablado un poco, estaba feliz de que Jaemin hubiera confiado en él y que no le importará que apenas se conocieran o que hablara poco.
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— ¿Te gustan los bombones? ― pregunto Jaemin mientras se sentaba a su lado y le ofrecía una vara con un bombón bastante quemado ―
— S–si ―
— Cuando sea mayor seré el mejor chef ― continuo mientras preparaba otro bombón con un par de galletas haciendo un sándwich ―