El juego que no es divertido

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Nunca pensaron que lo divertido se convertiría en pesadilla. Quedarse solos en casa por un fin de semana era una experiencia que Juan estaba esperando desde los cinco años. Sin papá que le diga que se vaya a dormir. Sin mamá que diga que ordene su cuarto por más que todo esté en su lugar. Era la primera vez lo dejarían sólo, completamente sólo por un fin de semana.

Juan tenía que compartir la noticia con sus amigos, Benja y Alex. En una video conferencia empezaron a planear el fin de semana.

- ¿Qué haremos? - Preguntó ansioso Juan.

- Mafia 2 en la Play Station 3, en primer lugar - Propuso Benja.

- ¡Sí! Y después, Battlefield.- Agregó Alex.

- Tenemos que comprar algunas rubias boys. - Dijo Juan con una sonrisa picarona.

- ¿Te referís a chicas? ¿Dónde sacamos el número? - Benja se preocupó

Golpeándose la palma de la mano con la frente, Juan explicó:

- Rubias, es decir, ¡cervezas!

-¡OH! Ahora entiendo, je je - dijo Benja y agregó - Podría conseguir algunas películas de miedo ¿se prenden?

- Benja eso es para babies.

- ¿No me digas que tienes miedo? - Se burló Benja

- Benja, trae las películas que quieras. Juan, vos trae las "rubias" que decis vos. ¡Este va a hacer un muy buen fin de semana! - Cocluyó Juan.

Juan estaba muy ansioso de empezar el fin de semana libre de padres, sus mejores amigos, videos juegos, un poco de cervezas, pizzas, comida chatarra y ¿quién sabe? Quizás María y sus amigas se darían una vuelta.

El momento había llegado. Era viernes a las tres de la tarde y tocaron la puerta y Juan bajo las escaleras como un cohete. Su madre abrió. Eran Benja y Alex. Cada uno con un bolso para quedarse a dormir. Y como toda madre, empezó a dar recomendaciones.

- Chicos: Cuídense mucho. No hagan líos. No abran a nadie. No tomen. No fumen porquerías. No llamen chicas. No rompan nada. Y ni se les ocurra hacer fiestas.

- ¡Mamá! - Interrumpió Juan - Deja de molestar y vayan tranquilos. Mira la cara de estos ángeles.

- No te hagas el pícaro vos. - Dirigiéndose a los otros dos chicos. - Si pasa algo, llamen. Anoten los celulares.

- Si señora. No se haga problema. Vaya y disfruten tranquila. Todo estará como lo dejó.

- Eso espero.


Los tres chicos vieron como los padres de Juan se alejaban en el auto. Después, cerraron la puerta y encendieron la música. Se pusieron a saltar por toda la casa al ritmo de un rock. A los 20 minutos, un mensaje de texto sonó a Juan. Era su padre diciéndole que le había dejado un regalo en el freezer del garaje. Los chicos fueron empujados el uno al otro para llegar primero. Parados al frente del electrodoméstico, contaron hasta tres y lo abrieron. Encontraron un pack de seis cervezas bien frías. El pack tenía un cartelito que decía "con precaución".



Después de cenar, Alex aviso que tenía una sorpresa. Se fue hasta el living, en donde estaba su bolso. Revolvió hasta que encontró lo que buscaba. Regresó a la cocina con los brazos cruzados, cargando su tesoro. "hagan lugar" ordenó. Los chicos pusieron la caja de pizza, la gaseosa y los vasos a un costado. Cuando hubo suficiente espacio, Alex ubicó el elemento en el centro de la mesa.

- ¿Qué es eso? - preguntó Juan desconcertado.

- Es una ouija.

- A já. Y ¿Para que sirve? ¿Para escribir mensajes de textos al aire? - Benja escupió la gaseosa que estaba tomando al escuchar la broma de Juan y explicó:

- No, salame. La ouija es para llamar a los muertos, para hacer espiritismos. Quizás lo invoquemos a Charlie.

- ¿Quién es Charlie? Y ¿para que llamamos a los muertos? ¿Hacemos una fiesta con ellos?

Benja y Alex se quejaron de las ideas de Juan.

- Te podes comunicar con el mas allá. Podemos preguntar cosas del presente y del futuro. - Explicó Alex.

- ¡Che! Pero ¿no es peligros?

- ¡No seas gallina! ¿Se animan? - pregunto Alex muy animado.

- No se... No me atrae la idea. Contesto Juan. Los otros dos comenzaron hacer el sonido de una gallina. - Esta bien, esta bien ¿Que. Hay que hacer?

- Tenemos que poner todos los dedos indices sobre este triángulo de cartón. Y comenzamos a llamar a Charlie. El cartón se moverá si es que hay uno. ¿Entienden? - Benja y Juan asistieron con la cabeza- Bien. Empecemos.


Los tres tomaron su posiciones y Alex comenzó a hacer preguntas.

- ¿Hay alguien ahí? - La casa estaba en silencio. - Voces del mas allá, ¿están ahí? - Juan miro a Benja y empezó a sonreír - Repito. Voces del mas allá, ¿Están ahí? - Juan empezaba a contener la risa. - Juan, concentrate. - Pero el no podía contener la risa. Justo cuando estaba por evantar su dedo del triángulo, este se empezó a mover. Lentamente, se dirigió hasta la palabras "Si". Juan se puso serio por un instante y después dijo:

- Buen intento idiotas. Pero no me asustaron.

- Shhhhhh. Esto es serio imbécil. - lo regañó Alex. Hagas lo que hagas, no levantas el dedo. - Se quedaron en silencio unos segundo y luego Alex continuó - voz del mas allá, ¿Como te llamas? ¿Eres Charlie? - El triángulo no se movía. - ¿Sigues ahí? - el silencio volvía a reinar. De repente, el perro de Juan empezó a ladrar y gruñir enfurecidos. Los chicos saltaron del susto y el perro salió corriendo de la cocina como si persiguiera a alguien.

El juego que ya no es juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora