Capítulo 2

689 142 72
                                    

Lo primero que sentí fue un frio que me calaba hasta los huesos y entraba a través de lo ligero de mi ropaje. La heladez del ambiente contrarrestaba con la mano cálida que se aferraba a mí como si fuese una balsa en medio de un océano salvaje.

Ground Zero se encontraba allí, tan tangible como mi cuerpo, respirando con dificultad. Sus ojos estaban cerrados en una mueca de dolor. Su cuerpo se encontraba mal trecho, con docenas de heridas en los brazos y rostro, pero la que más preocupaba era una en su abdomen donde brotaba sangre a un ritmo alarmante.

No sabía que estaba sucediendo ni cómo es que aquel héroe se hallaba frente a mí en carne y hueso, pero no podía dejarlo a su suerte. Debía de hacer algo por él.

- ¡Hey! -Le dije, agachándome a su lado- Vas a estar bien, solo no te muevas o duermas, por favor

Sus ojos revolotearon, pero no se abrieron del todo y solo dejo escapar un pequeño gemido de dolor, apretando su costado.

Busqué entre sus ropas un celular, sabía que él siempre cargaba uno en sus bolsillos, junto con la licencia que constataba que era un Héroe. No tuve que buscar por mucho tiempo, lo encontré en sus pantalones y apreté el primer número que me apareció, ni siquiera me fije de a quien le hablaba, tenía que avisarle a alguien lo antes posible o si no Ground Zero se nos iba a enfriar.

— Bakubro ¿Qué pasa? — Respondió la otra persona en el segundo timbrazo, lo cual agradecí. Sabía exactamente quién era al escuchar ese saludo.

— Ground Zero está herido— Dije sin rodeos— Necesito ayuda. Está sangrando demasiado.

— ¿Quién eres? ¿Qué le paso a Ground Zero? ¿Dónde está?

— No sé qué le pasó, simplemente me lo encontré. Tampoco sé exactamente dónde estamos— Eche un vistazo alrededor, pero nos encontrábamos en un callejón oscuro y no había ningún letrero con el nombre de la calle — ¿Puedes rastrear la llamada? No creo que pueda soportar mucho tiempo. Ha perdido mucha sangre.

A mis pies había un charco carmesí para nada reconfortante.

— ¡Joder! No se muevan, iré para allá.

¿Movernos? ¿A Dónde? Pensé con sarcasmo. Katsuki apenas y podía quejarse de dolor y yo no entendía que demonios hacia allí cuando minutos antes estaba a nada de tomar el elevador e irme a mi departamento.

— No te preocupes, Ground Zero-san— Le dije a Katsuki, arrodillándome a su lado— Red Riot está en camino.

Su rostro se giró hacia mí, sus ojos índigos se abrieron, empañados por el dolor, pero estaba intentando ubicarme.

— ¿Quién eres? — Gruñó en un susurro

— Izuku Midoriya. No hables, guarda tus fuerzas. Pronto te sanarán y estarás como nuevo.

— Yo...

— Que te calles— Le dije preocupado por su estado. Con cada segundo que pasaba su piel tornaba de un tono tan blanco como el papel y su toque se estaba volviendo frio — ¡Diablos! Espero que Kirishima llegue pronto.

- ¿Cómo...

Supuse que deseaba saber cómo es que sabía el nombre de su amigo, algo que era poco conocido, pero no había tiempo de ponerse a dar explicaciones. Ni siquiera yo tenía las respuestas considerando en donde me encontraba.

—  No importa.

Por fortuna mis plegarias fueron escuchadas porque no pasó mucho cuando las sirenas comenzaron a sonar no muy lejos de donde nos encontrábamos. Pronto ayudarían al héroe y yo, bueno, averiguaría como regresar a casa.

Realidad Paralela I KATSUDEKU IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora