Nos casamos en las Islas Kakki. Sólo invitamos a un puñado de amigos y a nuestros hermanos. La fiesta fue tan deliciosa como el banquete que organizamos. Todo tropical. Todo dulce y salvaje como nosotros. Después de la boda todo regresó a su lugar, y con ello, a la rutina. Poco a poco noté cómo el mundo se desgastaba. Ya no me llamaban de tantos sitios para actuar o para hacer de modelo. Mi economía se resintió. Un día me ofrecieron un trabajo en una revista de moda, y aunque yo estaba ilusionada aquello le pareció a Kenny de una bajeza intelectual descomunal.Me dijo que no podía rebajar mi talento a hablar de moda y compresas a un montón de mujeres. Me sentí insultada, ¡pero si llevo toda mi vida modelando! ¡Pero si precisamente empecé a posar por él! La vida puede cambiar en un segundo. La vida puede destruirse en un segundo: y aunque nos demos cuenta de ello, lo promocionamos. Sabemos que nos dirigimos al desastre y no hacemos nada para solucionarlo. Mi matrimonio se dirigía hacia el desastre porque yo lo estaba dando todo por nosotros y él sólo se preocupada de ir a sus clases y ser alabado por sus estúpidos alumnos con sed de ser artistas. La monotonía nos volvió distantes. Éramos un matrimonio convencional en medio de un mundo de plástico y cartón convencional.
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La barbie asesina~(corto)
Teen FictionA Barbie no le gusta que le pongan los cuernosSangre, celos y dramas: así es la verdadera y trágica historia del amor entre Barbie y Ken