Nos conocimos a los veintipocos. Íbamos a la misma escuela de Arte y sentíamos pasión por la pintura, por el cine y por la literatura. Kenneth escribía poemas maravillosos y yo hacía fotografía. Disfrutábamos viendo las películas de Woody Allen los viernes por la tarde, y a menudo quedábamos para tomar vino y debatir sobre el futuro. Un día, Kenny me pidió que posara desnuda para él, porque quería entregar mi retrato como trabajo de final de curso. Ese día yo estaba muy nerviosa, pero acabé cediendo porque en realidad me hacía ilusión mostrarle mi plástico juvenil, quizá con la esperanza de que aquel dia surgiera algo más. Surgió. Kenny y yo nos convertimos en dos amantes impecables como aquellos de las películas de amor que tanto nos gustaban. La vida nos sonreía y nosotros le devolvíamos la sonrisa. Mi corazón de juguete era lo más parecido a una bola de discoteca reluciendo en el cielo de la noche. Sabía que éramos especiales. Y, sí, vaya si lo éramos...
ESTÁS LEYENDO
La barbie asesina~(corto)
TienerfictieA Barbie no le gusta que le pongan los cuernosSangre, celos y dramas: así es la verdadera y trágica historia del amor entre Barbie y Ken