II

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Durante la primera semana en tu ausencia te pude ver, en retratos y en fotos de la casa, en las fotos familiares ahora solo veía tu rostro, ya no estaba el rostro de tu madre, ni el de tu padre, ni el de tus hermanos y hermanas estaban...

Ahora solo estaba el tuyo.

Incluso en aquel rompecabezas de dos mil piezas que armamos juntos donde había una mujer desnuda bañándose en un rio ante la tenue iluminación de la luna estabas tú, ya no era solo una mujer bañándose en el rio, ahora eras tú la que se encontraba tomando el baño en las aguas durante la noche.

La segunda semana fue mucho peor, pues antes de despertar te sentí arropándome, cubriéndome con las cobijas y dándome un tierno beso en la frente, una acogedora sensación de seguridad recorrió mi cuerpo, lamentablemente cuando ya me sentía completamente seguro la alarma me saco del sueño, mi mundo recayó de nuevo, mi felicidad se fue al abrir mis ojos, mi confort y seguridad se esfumaron entre la oscuridad de la madrugada.

La tercera semana justo a punto de dormir escuche a alguien en la regadera duchándose, la puerta estaba entreabierta, vi la silueta de una mujer, era tu silueta, reconocería tus cabellos pelirrojos donde fuese, escuche tu voz que me llamaba, entre susurros me decías —ven cariño, bañémonos juntos, el agua esta perfecta— sin poder creerlo me acerque poco a poco, estabas de espaldas —estoy muy cansada, ¿me podrías dar uno de esos masajes tan relajantes que tanto me encantan?— mis manos ásperas masajearon tus hombros, tu espalda y tu cintura, tus manos suaves sujetaron las mías y las guiaste entre tu cintura para que te abrazara, me pegue un poco a ti y bese tu cuello, pero enseguida tu piel se hizo pálida, tu cabellera se encaneció y se volvió áspera, la regadera comenzó a empaparte con sangre, di un paso hacia atrás, solo me dijiste ­­—Adiós— y de un parpadeo ahora estaba en el mismo sitio, pero solo, estaba en el baño, la luz se encontraba apagada y la regadera completamente cerrada.

Durante la cuarta semana tu fantasma me vino a visitar dos noches seguidas...

EL FANTASMA DE RAQUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora